Stop a la deslocalización | Institución Futuro

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Hace mucho se está hablando últimamente sobre los cambios de sedes de las empresas y la repercusión que puede tener para la Hacienda Foral. Sobre todo a raíz de conocer que varias empresas muy conocidas en nuestra tierra han trasladado su sede social a otras regiones. En lo que vamos de año se han ido de nuestra región 55 y solo han llegado 14, lo que arroja un saldo de menos 41 compañías. Merece la pena recordar que las personas jurídicas tendrán su domicilio en Navarra y aplicarán su fiscalidad siempre que en el mismo esté efectivamente centralizada su gestión administrativa y la dirección de sus negocios. En los supuestos en que no pueda establecerse el lugar del domicilio de acuerdo con estos criterios, se atenderá al territorio donde radique el mayor valor de su inmovilizado.

Normalmente el cambio de domicilio social de una empresa –información que es pública- suele llevar aparejado también el cambio de domicilio fiscal –ésta no es pública-, salvo que la empresa tenga su dirección efectiva en otro lugar diferente que el domicilio social. Lo que queda claro es que la decisión del cambio del domicilio social se toma por parte de la propia empresa; se propone y aprueba en la Junta General de Accionistas. Igualmente es importante tener en cuenta y recordar que la dirección de los negocios suele recaer sobre los principales ejecutivos de las compañías. Para atraerlos y retenerlos la fiscalidad suele ser un punto importante a tener en cuenta.

Para una empresa que factura menos de 10 millones de euros la normativa fiscal a aplicar será la del domicilio fiscal donde ingresará el 100% de los impuestos. Para las empresas navarras grandes (más de 10 millones de euros) la normativa a aplicar será igualmente la de su domicilio fiscal e ingresarán los impuestos de sociedades en Navarra y en el Estado según el reparto de su cifra relativa de negocios en cada territorio.

Algún político navarro ha llegado a decir que si se ingresa por cifra relativa no es muy relevante donde se tenga el domicilio social y fiscal. Me preocupa este comentario y es lo que me ha animado a escribir este artículo. El cambio de domicilio social tiene implicaciones más allá de las fiscales. Implica una pérdida de arraigo y de vinculación con Navarra, con todo lo que eso puede conllevar en la toma de decisiones, a corto y a largo plazo. A pesar de que estamos en una economía global, no es lo mismo tener vínculos con Navarra que no tenerlos. Por ello, hay que trabajar esos vínculos con todas las herramientas a disposición, entre ellas, la fiscalidad y la relación ágil con la administración.

En Administraciones cercanas, como por ejemplo la vizcaína, es habitual verles luchar, defender y apoyar el mantenimiento del domicilio social y fiscal de sus empresas. Empresas como Iberdrola, BBVA, o Siemens Gamesa mantienen su domicilio en Vizcaya aunque la mayor parte de su negocio esté fuera. En el caso de Siemens Gamesa resultaría más explicable que estuviera en Navarra, dado que todo el trabajo de desarrollo empresarial se ha hecho desde nuestra comunidad. Pero para ello hay que tenerlo como objetivo prioritario y trabajarlo.

Menos se habla sobre el cambio del domicilio fiscal de las personas físicas, aunque la repercusión para Hacienda es igualmente muy relevante. El domicilio fiscal de una persona será donde tenga su residencia habitual, es decir, donde permanezca más de 183 días al año. Se presume que es donde tenga su vivienda habitual y tributará con la normativa de su comunidad tanto en IRPF como en Patrimonio. También en Sucesiones y donaciones se tendrá en cuenta el domicilio fiscal, salvo algunas excepciones relacionadas sobre todo con los inmuebles.

En un país como el nuestro, en que cada comunidad establece una normativa impositiva tan diferente, es normal que se plantee el elegir por parte del contribuyente el domicilio fiscal más ventajoso. Y eso es lo que está pasando: la espantada de importantes contribuyentes navarros. Comunidades con el impuesto de Patrimonio bonificado al 100%, con escala de IRPF, donaciones, sucesiones, etc. más bajas y una previsión de futuras rebajas para relanzar la economía, hacen que estas regiones sean mucho más atractivas y atraigan a contribuyentes que tenían su domicilio habitual en otra comunidad y les compense el cambio. Para lograr retener a sus contribuyentes y atraer a otros para que vengan a trabajar y tributar a Navarra, el Gobierno de Navarra debiera cambiar por completo su planteamiento fiscal, haciéndolo más competitivo. El objetivo debiera ser el hacer uso de la autonomía fiscal y financiera que tiene nuestra región y modificarla para estar al menos como el mejor, como siempre había sido. El resultado será un incremento significativo de contribuyentes y de ingresos fiscales.

El País Vasco lo tiene claro y trabaja en esta dirección. La reforma fiscal que PNV y PSE han pactado incluye medidas que agrandarán aún más la brecha fiscal con Navarra, donde ciudadanos y empresas seguirán teniendo una fiscalidad menos favorable. Otras Comunidades que no disponen de nuestra singularidad foral también están haciendo, dentro de sus posibilidades y desde hace ya mucho tiempo, modificaciones importantes orientadas a beneficiar a sus empresas y ciudadanos, véase Madrid o Aragón. Estamos en un momento en que en lugar de recaudar más para así poder gastar más, debemos dejar en manos de los contribuyentes el ahorro que una eficiente administración obtenga de la buena gestión de nuestros impuestos. Ese debería ser su objetivo.

Sin embargo, lo que hace el Gobierno de Navarra es aceptar tener una fiscalidad “exigente”, como así la denomina la Presidenta, para mantener los estándares de vida actuales. En este caso, como viene produciéndose, el resultado es que cada vez un número significativo de contribuyentes de altos ingresos y patrimonio se están deslocalizando, con la pérdida de ingresos fiscales correspondientes y poniendo en riesgo la sostenibilidad de que los estándares de vida a los que se refiere la Presidenta. Por favor, espabilemos y defendamos a nuestras empresas, que son las principales creadoras de empleo de calidad de una región. Apoyémoslas con una fiscalidad competitiva y un acercamiento de la administración para ayudarle en todo lo que requiera. De esta forma no se deslocalizarán nuevas empresas y me atrevo a predecir que vendrán otras muchas nuevas.

José María Aracama. Vicepresidente del think tank Institución Futuro

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Isabel Larrión