Castillos en el aire y nubes de puntos – Adyd Group

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-.¡Ha del castillo!

-.¿Quien vive?

….pues aquí, Óscar otra vez con su historieta después de un tiempo de parón.

Vamos a empezar en modo cultureta y según la RAE, hacer castillos en el aire es tener ilusiones lisonjeras con poco o ningún fundamento. Pues vamos a ver si somos capaces de llevar la contraria a la RAE.

Venga, decidme que no sentís admiración cuando vais por una carretera de una de las dos Castillas o por Navarra o por cualquiera de nuestras estupendas provincias y veis en lo alto de un cerro o colina un montón de piedras. Con sillares más o menos tallados, formando largos paños de muralla. Con imponentes torres del homenaje. Pero al resguardo de almenas o con desafiantes y pequeñas torres barraganas.

Montones de piedra que no contemplamos en nuestro camino por las carreteras. Si no montones de piedras que nos contemplan a nosotros. Viéndonos pasar con prisas de un lado a otro. Mientras, ellas disfrutan viendo pasar el tiempo como Bárbol disfrutaría en el bosque de Fangorn (venga, no os quejéis que ya hacía mucho que no metía nada friki de la Tierra Media en El Señor de los Anillos).

Y si, en muchos casos son montones de piedras. Al igual que me parece un montón de piedras la pirámide de Keops… pero que montón ¿eh?… ese, es el MONTÓN. Inabarcable, ni física ni mentalmente. Nunca he encontrado un calificativo para describirla. (Perdón que me disperso).

Volvamos a los castillos… me encantan.

Olite, Berlanga de Duero, Peñafiel, Alcázar de Segovia, Belmonte, Loarre,… Todos distintos y a cuál más bonito. Pero al igual que al mismísimo Barbol, han de ser cuidados, protegidos y restaurados. Y es en el proceso de restauración, donde nosotr@s delineantes, modeladores, arquitectos, ingenieros, etc. entramos.

La tecnología actual de escaneado terrestre o mediante dron, nos permite obtener nubes de puntos de una gran calidad. Con las cuales, desarrollar con gran precisión aquellas labores de diseño que de otra manera sería mucho más laboriosa, imprecisa y costosa tanto en tiempo como en dinero. Hasta nos permite el evitar riesgos humanos. Ya que la toma de datos en un monumento en estado ruinoso podría conllevar peligros para los técnicos en la toma de datos.

Una vez obtenidas las nubes las podemos importar en nuestros programas de modelado (Revit, Allplan, ArchiCAD, AutoCAD Plant 3D, Navisworks). Es aquí donde entran las labores de oficina técnica donde ingenier@s, arquitect@s y modelador@s levantaremos nuestros castillos en el aire. Totalmente rehabilitados, reconvertidos, totalmente sólidos y en vez de sin fundamento (como dice la RAE) con mucho perejil.

Por cierto… ¿os acordáis de nuestra amiga Skynet? Pues por muy moderna que sea, también le molan los montones de piedras y está dándole el procesador para lograr que la nube de puntos no solo sean puntos sueltos, sin propiedades asociadas salvo x/y/z. Si no que sea capaz de identificar objetos y con ello darles la propiedad de muro, puerta, viga, suelo, etc.  y todos los datos asociados que sean necesarios.

Con esta gran herramienta como es la nube, podremos realizar la restauración o las labores de consolidación que necesitemos. O no, si no obtener un gemelo digital. Un duplicado de nuestro castillo en el cual predecir/evaluar el desgaste de las infraestructuras, diseñar instalaciones nuevas o si fuera necesario poder reconstruir fielmente el monumento en caso de catástrofe (como por ejemplo en Notre Dame, donde se está utilizando un gemelo digital para la reconstrucción).

Por otro lado, y dejando ya de lado un poco la nube. En la reconstrucción, se puede intentar igualar el material nuevo con el existente, utilizar más o menos acero cortén, estructuras de madera o metálicas, cristal… O en la decoración interior podemos buscar piezas originales de la época o si andamos más justos de presupuesto ponemos alguna imitación de armadura medieval de un almacén oriental (que alguna he visto y aún tengo pesadillas). Que la verdad, casi es mejor no poner nada en esos casos. Que una buena pared de piedra sin nada en medio también tiene su encanto. Pero bueno, estos temas que son un poco más arquitectónicos los podríamos ver quizás algún día en otro post.

Espero que cuando vayáis a Peñafiel disfrutéis de su castillo reconvertido en museo del vino, de Olite y su palaciego castillo, de Sigüenza y su confortable Parador o de Loarre… áspero, sobrio…brutal. Y que sí. Si es posible juntar alta tecnología con montones de piedras. Solo espero que algún día tengáis la suerte de trabajar en algún proyecto de estos. Pero no me lo contéis. ¡¡Porque la envidia es muy mala, burrarum!!

Recapiti
Noelia Ortega