Entre realidades y f(r)icciones - 19N

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Podría parecer una trama de thriller político escrita y dirigida por figuras como Aaron Sorkin, John Madden, George Clooney o Rodrigo Sorogoyen, pero no. No ha sido necesario un guión ficticio. Los resultados de las elecciones municipales en Barcelona del pasado 28 de mayo, y las lógicas (o no tan lógicas) políticas desencadenadas a posteriori han sido más que suficientes para tenernos a todos intrigados y entretenidos hasta el mismo día del plenario de investidura. Y es que, una vez más, la realidad demuestra que puede superar a la ficción. 

Ya antes de las votaciones de hace tres semanas, avanzábamos que la incertidumbre sería la gran protagonista en los comicios barceloneses. La capital catalana cerró las urnas sin que ningún candidato tuviera una vía evidente hacia la alcaldía, pues las sumas para alcanzar los deseados 21 concejales que conforman una mayoría absoluta no eran claras ni naturales. 

Las tres semanas que han precedido la votación del 28M han sido una auténtica montaña rusa para los candidatos y sus formaciones. En momentos parecía claro un pacto a tres bandas con PSC, Comuns y ERC (llegando a hablarse de una alcaldía rotativa con sus tres líderes); en otros momentos no había ninguna opción más evidente que la alcaldía en solitario de Xavier Trias y su candidatura de Junts; incluso se habló de un pacto entre las dos fuerzas más votadas, Junts y PSC, para volver a la sociovergencia; y, finalmente, los días y horas antes del pleno del pasado sábado 17 de junio, todo parecía indicar que un acuerdo entre Xavier Trias y Ernest Maragall (ERC) iba a fructificar en un gobierno de las dos fuerzas nacionalistas en el consistorio de la capital catalana. Pero, como si de la mejor de las piezas cinematográficas se tratara, tuvimos plot twist final.

Menos de una hora antes de la sesión de investidura, los Comuns, liderados por la hasta ahora alcaldesa Ada Colau, anunciaron que darían su apoyo y sus 9 votos a Jaume Collboni, el alcaldable del PSC, la formación que quedó en segunda posición el 28M. Todas las miradas se trasladaron, entonces, al PP, encabezado por Daniel Sirera y que con sus 4 concejales se posicionaba como clave para la potencial investidura de Collboni para apartar a Xavier Trias de la alcaldía a pesar de haber sido la candidatura más votada tres semanas atrás. Los populares certificaron lo que ya habían ido avanzado en las semanas previas y, con sus votos favorables, culminaron el drámatico giro de guión en el último acto para investir a Jaume Collboni como nuevo alcalde del Ajuntament de Barcelona.

Esta poco ortodoxa entente de socialistas, comunes y populares dejó con la miel en los labios a Junts y ERC, que apenas una hora antes del plenario de investidura se veían ya con la alcaldía y el gobierno de la Ciudad Condal en sus manos. Cabe destacar que el sumario de votos entre PSC, BComú y PP era una de las opciones que se habían sondeado con más fuerza en las tres semanas previas a la investidura, sobre todo desde el frente socialista para alcanzar la alcaldía de Collboni. Sin embargo, los vetos y tajantes declaraciones de las dos formaciones que necesitaban los socialistas enfriaron dicha opción, incluso llegando a congelarla para, a la postre, convertirse en el inesperado plato estrella. 

Un gobierno en minoría, ¿por el momento?

El PSC ha demostrado, una vez más, su capacidad casi sin igual de captar y afianzar poder y capital político. Collboni fue investido el pasado sábado con el voto de 23 concejales, dos por encima de los 21 que establece la mayoría absoluta en el consistorio barcelonés. El apoyo de Barcelona en Comú y Partido Popular a la candidatura socialista no se dio tras un acuerdo de gobierno si no, a priori, en un simple apoyo externo para propiciar la alcaldía de Collboni y evitar así que Xavier Trias liderara el Ajuntament los próximos cuatro años (y avanzando su retirada del Ajuntament y de la política). 

Así pues, el nuevo gobierno de la capital catalana será socialista en minoría, sumando únicamente 10 de los 41 concejales que componen el consistorio, lo que augura una gobernanza cuanto menos compleja. Aquí se abre la posibilidad que haya un nuevogiros de guión y que, finalmente, los Comuns terminen entrando en el gobierno. Es una posibilidad que ya se ha sondeado en las horas posteriores a la sesión de investidura y que permitiría a Collboni tener mayor maniobrabilidad política (si bien la suma de ambas formaciones seguiría sin llegar a la mayoría absoluta). De hecho, Collboni ya ha anunciado en sus primeras horas como alcalde que “Aspiro a tener una ciudad gobernable…Contemplo todas las posibilidades. Somos un partido que estabiliza las instituciones, no que las desestabiliza”. 

Resultados de las elecciones del pasado 28M. Vía: Ajuntament de Barcelona

En cualquier caso, en coalición con Barcelona en Comú o no, Collboni y los socialistas deberán pasarse los próximos años demostrando su capacidad negociadora, curando los rencores y heridas que ha generado esta campaña y postcampaña tan extraordinaria. Deberá emplearse a fondo para conseguir gobernar con eficacia, impulsar sus políticas y llegar a acuerdos con la oposición, llámese Junts, ERC, PP o BComú. 

El nuevo Ajuntament

A falta de que se vayan desvelando las incógnitas aún pendientes (incluyendo la ya mencionada potencial inclusión de alguna formación política al nuevo gobierno más allá de los socialistas), Collboni ya ha oficializado el primer reparto de carteras.

Laia Bonet ocupará la primera tinencia de alcaldía, encargándose de las áreas de Urbanismo, Movilidad, Vivienda, Infraestructuras, Ecología y Espacio Público. Por su parte, el flamante fichaje Maria Eugènia Gay ostentará la segunda tenencia de alcaldía, liderando las áreas de Cultura, Deportes, Educación, Coordinación Territorial, Derechos Sociales y Ciclos de Vida. A su vez, la tercera tinencia de alcaldía será la de Albert Batlle, al cargo de las áreas de Seguridad, Convivencia, Régimen Interior y Prevención. Por último, Jordi Valls ocupará la cuarta tenencia de alcaldía, manejando las áreas de Economía, Hacienda y Promoción Económica. Además, Albert Dalmau, ya con experiencia ejecutiva en el Ajuntament barcelonés, ha sido nombrado como el nuevo gerente municipal. 

Más allá de los nombres ya conocidos y de las políticas más mediáticas (tranvía, ejes verdes y supermanzanas, vivienda…), desde 19N Strategies queremos poner el foco en lo que cabe esperar del nuevo ejecutivo barcelonés a nivel de estrategia en el ámbito digital, tecnológico y emprendedor. Tal y como ya informamos, es precisamente el PSC uno de los partidos que más contenido y más explícito ofrecía en su programa electoral en estas áreas. 

Entre sus propuestas, destacamos la lucha contra la brecha digital, tanto a nivel de educación infantil y juvenil como a nivel de educación para la tercera edad; impulsar una formación y uso responsable de las herramientas digitales y las TIC entre jóvenes; garantizar la conectividad digital en la ciudad con infraestructuras digitales de alta calidad; o desarrollar un modelo de resiliencia urbana de la ciudad basado en herramientas digitales e inteligencia artificial.

La candidatura de Collboni también apuesta por el impulso de hubs para acelerar el emprendimiento en áreas clave y de alto valor añadido; ampliar y reforzar el Deep Tech Node y los Fondos municipales de Inversión en Investigación e Innovación para impulsar más startups. Asimismo, se plantea la promoción de Urban Innovation Labs como espacios de testeo de soluciones innovadoras, y también le desgravación fiscal para Investigación e Innovación. Por último, también destacamos la voluntad de digitalizar inteligentemente el Ajuntament de Barcelona (Smart Digitalization), así como el apoyo a la digitalización para el pequeño comercio de la ciudad, entre otras medidas incluidas en el programa. 

Mucho aún por ver

No sabemos si esta película ya está lista para proyectar los créditos finales o aún quedan giros de guión y escenas que quedaran en nuestras retinas por mucho tiempo. Lo que sabemos a ciencia cierta es que Barcelona ya tiene un nuevo alcalde, el socialista Jaume Collboni, que toma el relevo a ocho años de mandato de Ada Colau, y que, por segunda ocasión consecutiva, la lista más votada en los comicios locales barceloneses no consigue la alcaldía de la ciudad. Intriga hasta el final… y es que, efectivamente, la realidad suele superar a la ficción.

Recapiti
Lluís Ollé