Como agricultor aprendes año a año a convivir con la incertidumbre. La actividad agraria implica desafíos constantes que en muchos casos no puedes controlar. ¿Cómo se va a comportar el tiempo? ¿Qué ocurrirá en los mercados? ¿Habrá gastos imprevistos? ¿Podré mejorar el rendimiento de mi cultivo?
La incertidumbre es el peor enemigo del agricultor. ¿Pero y si en vez de convivir con la inseguridad en el campo te rodeas de algunas herramientas que te aporten más tranquilidad? Sigue leyendo porque te vamos a contar cómo puedes reducir la incertidumbre en la agricultura y aumentar la rentabilidad gracias a los productos biológicos.
Producir alimentos de manera eficiente, sostenible y rentable significa afrontar importantes desafíos en el contexto actual. Las condiciones climáticas son cada vez más extremas y menos predecibles, con situaciones de sequías, inundaciones, olas de calor… eventos climáticos inusuales que ponen a prueba a nuestros cultivos.
La disponibilidad de agua para riego es un recurso cada vez más limitado, mientras que los costes de producción aumentan la presión sobre la rentabilidad de los agricultores. Todo ello en un escenario de nuevas regulaciones que exigen que la producción de alimentos sea cada vez más amable con el medio ambiente.
De qué hablamos cuando decimos productos biológicos
La utilización de productos biológicos en los cultivos puede separarnos de la incertidumbre y acercarnos a una posición de más tranquilidad. ¿Por qué? Porque nos permite aumentar la eficiencia de los cultivos a la hora de utilizar recursos como el agua, los nutrientes o el propio suelo, ayudándolos a ser más resilientes frente a las condiciones de estrés, tanto climático como proveniente de plagas y enfermedades. Cultivos más sanos, más productivos y, por tanto, más rentables. Y, además, de una forma más respetuosa con el medio ambiente y reduciendo nuestra dependencia de soluciones de síntesis para mantener los niveles de producción.
Estos productos biológicos ya no son un complemento sino una poderosa herramienta para ayudarnos a proteger y potenciar la rentabilidad de nuestros cultivos.
Pongamos algunos ejemplos:
- Microorganismos beneficiosos. Se trata de cepas de microorganismos seleccionados que pueden tener una actividad bioestimulante, mejorando la absorción de nutrientes y agua e impulsando el crecimiento, calidad y productividad de las cosechas; o bien biofertilizante, logrando mejorar la disponibilidad de nutrientes para las plantas, ayudando a su nutrición y crecimiento.
- Estimulantes de crecimiento. Estos productos contienen compuestos naturales que estimulan el crecimiento y la resistencia de las plantas. Pueden incluir aminoácidos o extractos de algas, por ejemplo.
- Control biológico de plagas. Se trata de introducir depredadores naturales en el entorno del cultivo para controlar las poblaciones de plagas.
Obtener un plus en tus cultivos
Aunque, evidentemente, la incertidumbre en la agricultura no puede desaparecer por completo, sí podemos adoptar algunas estrategias para lograr producciones más eficientes y rentables.
En la agricultura convencional protegemos nuestros cultivos con el uso de productos químicos. ¿Tiene sentido utilizar también productos biológicos? Incluir o no biológicos puede ser la diferencia entre un buen rendimiento y un rendimiento excelente. Pero también puede ser la diferencia entre un rendimiento terrible por una mala cosecha y un rendimiento que salve el año.
Un agricultor que desee una producción más rentable y predecible considera los productos biológicos no como una opción, sino como una necesidad para mejorar su día a día.
La apuesta por cultivos extra eficientes
Los agricultores tienen que producir de acuerdo con nuevas normativas y demandas de sostenibilidad por parte de la sociedad. ¿Dónde se encuentra el equilibrio entre una producción rentable y una producción sostenible para el agricultor? En la eficiencia. La eficiencia es el punto de equilibrio que nos permite producir mejor. Conseguirlo no es fácil, pero los productos biológicos nos ayudan a cuidar y aprovechar cada centímetro de suelo, cada gota de agua y cada gramo de nutriente.
Los productos biológicos es la respuesta de la naturaleza para situarnos cada vez más cerca de cultivos extra eficientes. Un claro ejemplo es el uso de cepas seleccionadas de microorganismos beneficiosos que nos ayudarán en el camino de la eficiencia.
Es lo que ocurre con el hongo micorrícico Glomus Iranicum var. tenuihypharum, el cual establece con los cultivos una relación simbiótica. Esta simbiosis planta-hongo aporta importantes beneficios a las dos partes: aumenta el sistema radicular del cultivo y activa procesos metabólicos clave como la propia fotosíntesis. También permite a los cultivos incrementar la captura de CO2 y hacer un uso más eficiente del agua (WUE) y los nutrientes (NUE).
La agricultura afronta en la actualidad enormes desafíos a los que se debe ofrecer una respuesta. El aumento de las temperaturas y los cambios en las precipitaciones; la escasez de agua; la pérdida de biodiversidad; la seguridad alimentaria del planeta; plagas y enfermedades que cambian y aumentan; la protección del medio ambiente o las modificaciones en los patrones de consumo probablemente sean los más importantes. Los productos biológicos ofrecen respuestas para afrontar todos estos retos, para producir más con menos y aprovechar mejor los recursos.
¿Y si lo hacemos mejor, con menos incertidumbre, siendo más eficientes y sostenibles?
¿Quieres saber más sobre nuestros bioestimulantes basados en nuestro hongo micorrícico Glomus iranicum var. tenuihypharum?