Desde ACOM condenamos enérgicamente que el Ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, se haya visto obligado a cancelar su participación en los actos del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto en el Parlamento Europeo, en Bruselas. Esta decisión fue tomada debido a preocupaciones de seguridad, coincidiendo con el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz, y en respuesta a una denuncia presentada por la Fundación Hind Rajab, una organización filoterrorista islamista.
La Fundación Hind Rajab, que fue creada en septiembre pasado en Bruselas en nombre de una niña palestina supuestamente asesinada durante una operación israelí en Gaza, se dedica a emprender acciones legales contra funcionarios israelíes en el extranjero. En su afán de judicializar la guerra, la fundación ha presentado demandas contra 28 soldados israelíes en 8 países, utilizando las redes sociales para recopilar información sobre los militares israelíes con el fin de ponerlos en peligro.
Detrás de la Fundación Hind Rajab se encuentran Karim Hassuon y Dyab Abu Jahjah, dos figuras clave vinculadas a Hezbolá, que residen en Bélgica y difunden una ideología extremista, además de promover la islamización en Europa. Abu Jahjah ha expresado públicamente su apoyo a los atentados del 11 de septiembre y defiende la aplicación de la ley Sharia en Europa. Además, desde el gobierno israelí se reveló que Abu Jahjah recibió entrenamiento militar de Hezbolá en 2003.
El terrorismo islamista, que busca completar el genocidio del nacional-socialismo alemán destruyendo Israel y al pueblo judío, ha logrado una victoria en Europa gracias a la miserable cooperación del gobierno belga. El Ministro Chikli no pudo asistir al Parlamento Europeo debido a que las autoridades belgas no le garantizaron inmunidad diplomática, y se temía que organizaciones pro palestinas pudieran presentar una moción legal para su arresto al llegar a Bruselas.
En el supuesto corazón de Europa, imponen su ley los asesinos de Hezbolá, Hamás y el régimen de Teherán. Esta situación representa una vergüenza para Europa, para sus instituciones, cada vez más indignas, y para el despreciable gobierno belga, que ha demostrado ser incapaz de garantizar la libre circulación de los defensores de la civilización occidental.
Bélgica ha sido un refugio para terroristas de ETA y, hoy en día, alberga a varios golpistas españoles condenados por el Tribunal Supremo de España. Sin embargo, el país no asegura que un ministro de una democracia aliada no sea detenido por presiones de un terrorista que ha montado un “chiringuito” legal para utilizar las débiles instituciones belgas con el fin de amenazar con su detención. Es hora de que sean expuestos los vínculos de la Fundación Hind Rajab y sus responsables con el terrorismo internacional.
Las democracias europeas deben poner fin inmediatamente a este acoso y persecución a los soldados israelíes por parte de este brazo del terror. Las autoridades de cualquier país serio deben abstenerse de fomentar medidas que apoyen una agenda extremista que paga deudas a los terroristas y sus líderes, y que solo busca dividir y sembrar el odio. En el caso de España, pedimos que la justicia actúe con firmeza contra estos grupos y exija la responsabilidad de quienes los apoyan. Instamos a la comunidad internacional a que siga tomando nota de las acciones de gobiernos que apoyan este tipo de iniciativas peligrosas. La agenda de Sánchez y su gobierno, que fomenta el odio contra los judíos y el Estado Judío, debe ser rechazada categóricamente. Las medidas de este gobierno, con tendencias autoritarias y mafiosas, atentan contra la convivencia en Europa y alimentan la división.
