El reconocimiento de la violencia económica como violencia de género: un paso clave en la lucha por la igualdad
La reciente noticia sobre el nuevo Pacto de Estado que reconoce la violencia económica como una forma de violencia de género marca un hito fundamental en la lucha por la igualdad de género y la protección de las mujeres en situaciones de vulnerabilidad. Este avance no solo supone un cambio en el marco legal y de políticas públicas, sino que también responde a una reivindicación histórica de organizaciones y entidades que llevan años denunciando esta realidad y trabajando para erradicarla.
¿Qué es la violencia económica y por qué es violencia de género?
La violencia económica es una forma de control y dominación que busca limitar la autonomía financiera de las mujeres, impidiéndoles acceder a recursos, trabajo o educación, y restringiendo su capacidad de tomar decisiones sobre su propio dinero. Se manifiesta en situaciones como:
- Control absoluto de las finanzas del hogar por parte de la pareja.
- Prohibición de trabajar o acceso limitado a oportunidades laborales.
- Endeudamiento forzado, manipulación financiera o apropiación de ingresos.
- Limitaciones en el acceso a cuentas bancarias o bienes comunes.
Este tipo de violencia no solo afecta la independencia económica de las mujeres, sino que las coloca en una situación de vulnerabilidad extrema, dificultando su salida de contextos de abuso y perpetuando ciclos de pobreza y dependencia.
La importancia del reconocimiento institucional
El reconocimiento de la violencia económica como una forma de violencia machista supone un avance crucial en la visibilización de este problema y en la generación de herramientas para su prevención y erradicación. Incorporar esta dimensión en las políticas de protección y en los protocolos de actuación de los servicios sociales y jurídicos es esencial para garantizar que las víctimas reciban el apoyo adecuado.
En nuestra entidad, llevamos años trabajando para que este reconocimiento sea una realidad. A través de nuestro programa de Salud Financiera y Violencias Económicas, hemos desarrollado acciones de incidencia ciudadana y política para poner este problema en la agenda pública y exigir respuestas eficaces.
Sin embargo, la piedra angular sigue siendo contar con una legislación específica. Actualmente, la violencia económica no está regulada como violencia de género en nuestro ordenamiento jurídico. En nuestro reciente estudio Violencias económicas y salud financiera: Un estudio jurídico, realizado en colaboración con la Universidad de Oviedo, constatamos como este hecho:
- Dificulta que las víctimas puedan denunciar y recibir medidas de protección necesarias, como ocurre en otros tipos de violencia de género, quedando a expensas de la interpretación de cada juzgado o Tribunal.
- Permite que muchas situaciones de violencia económica no sean sancionadas, dejando margen para que los agresores continúen con sus practicas.
- Genera obstáculos en la aplicación de la ley. Los jueces , juezas y fiscales pueden encontrar complicado encajar estos casos en figuras delictivas existentes (como impago de pensiones o administración desleal), lo que puede derivar en resoluciones insuficientes o desestimaciones de las denuncias cuando no hay indicios de otros tipos de violencia.
Formación y sensibilización: claves para el cambio
Además de la incidencia política, una de las herramientas más poderosas para combatir la violencia económica es la formación. Desde nuestra organización, impartimos formaciones a profesionales del sector social para que puedan identificar y abordar casos de violencia económica con mayor precisión y sensibilidad. Estos talleres proporcionan conocimientos sobre derechos financieros, acceso a recursos y estrategias para empoderar a las mujeres que han sido víctimas de esta forma de violencia.
La sensibilización de la sociedad es también un pilar fundamental. La violencia económica, al no dejar huellas visibles como otros tipos de violencia, tiende a minimizarse o normalizarse. Es necesario un cambio cultural que permita reconocerla y combatirla con la misma determinación con la que se enfrentan otras formas de violencia machista.
Hacia un futuro con mayor protección y autonomía
El reconocimiento de la violencia económica en el marco de la violencia de género es un paso adelante, pero aún queda mucho por hacer. Es imprescindible seguir trabajando en la creación de mecanismos que protejan a las víctimas, garantizar el acceso a recursos económicos y educativos, y fortalecer las redes de apoyo para que ninguna mujer se vea forzada a permanecer en una situación de dependencia y abuso.
Desde nuestra entidad, reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando para que todas las mujeres puedan vivir libres de violencia en todas sus formas, incluyendo la violencia económica. Seguiremos impulsando la formación, la sensibilización y la incidencia política para que este problema no quede en el olvido y para que cada vez más mujeres puedan recuperar su autonomía y su derecho a una vida digna.
En mayo lanzamos una nueva edición de nuestra formación dirigida a profesionales. Se trata de un curso de 25h sobre prevención de violencia económica y salud financiera con una formación integral e interactiva. Las plazas son limitadas y su objetivo es formar profesionales del ámbito social en salud financiera y violencias económicas para su detección, intervención y erradicación. Si quieres participar, en nuestra web tienes toda la información y el formulario de reserva de plaza.
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