“No recuerdo el año exacto en que nos fuimos, pero fue hace mucho. Era muy pequeña. Todo pasó muy rápido y me asustó el sonido de las armas y el pánico general en mi comunidad”, cuenta Rosa, de 14 años. Vive con su madre, su hermana y su hermano en un centro de reasentamiento, tras haber huido del conflicto armado en Cabo Delgado, la provincia más norteña de Mozambique.
Siete años de conflicto y más de un millón de personas desplazadas
Desde 2017, el conflicto ha forzado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares. Aunque algunas han podido regresar, más de medio millón siguen desplazadas.
Rosa aún recuerda con claridad cuando tuvieron que huir:
“Caminamos durante varios días con otras personas de mi aldea. Pasábamos las noches en el bosque sin dormir. Solo los más pequeños lograban conciliar el sueño”.
Tras varios días, su familia logró llegar a una zona más segura de la provincia, donde tuvieron que empezar de nuevo. La vida en el centro de reasentamiento fue difícil al principio, pero Rosa asegura que ahora está mejor, a pesar de que cada vez más familias llegan huyendo de la violencia.
“Aquí me siento mejor. Ahora puedo dormir. Durante mucho tiempo no pude. Pensaba que me despertarían los disparos y tendría que volver a correr al bosque. Aún pienso en volver a nuestra aldea, pero no ahora, porque me da miedo”, explica.
Apoyo a las familias desplazadas y fortalecimiento comunitario
La madre de Rosa ha conseguido cultivar un pequeño terreno donde planta maíz, cacahuetes, judías, calabazas y sandías. Esto les permite alimentarse y vender parte de la cosecha para cubrir otras necesidades.
Rosa también ha hecho nuevas amigas en el centro y, aunque al principio hubo tensiones con la comunidad local, la relación ha mejorado:
“Al llegar, no se llevaban bien con nosotras. Decían que nos íbamos a comer su comida o que traeríamos enfermedades”, recuerda.
Plan International trabaja en Cabo Delgado para responder a las necesidades urgentes de las personas desplazadas, distribuyendo artículos esenciales como kits de higiene, jabón, bidones, filtros de agua, cubos, esteras, mantas y mosquiteras.
Educación en emergencias: una respuesta clave
Gracias a la financiación de la Unión Europea, también se han puesto en marcha proyectos educativos que incluyen:
- Construcción de aulas temporales y letrinas
- Formación docente
- Entrega de material escolar
- Espacios seguros para la infancia más pequeña
Rosa asiste a una de estas aulas y reconoce que Plan ha sido clave en su vuelta al colegio:
“Las clases van bien. Me dieron un uniforme, cuadernos, bolígrafos, lápices y una mochila. Antes no sabía leer, pero gracias a este apoyo estoy rindiendo mucho mejor”.
Sin embargo, aún hay muchos niños y niñas que tienen clase al aire libre, bajo los árboles y sentados en el suelo:
“Si no fuera por la ayuda que ya hemos recibido, no sé qué habría pasado con nosotras, porque sin apoyo, los profes no pueden atender a todos los niños”.
El riesgo de abandonar la escuela y la importancia del acompañamiento
La pobreza y el desplazamiento han provocado que miles de niñas abandonen la escuela. Algunas lo hacen para ayudar a sus familias, otras por matrimonios forzados o embarazos tempranos.
“Conozco a niñas que han dejado de estudiar porque se casaron o se quedaron embarazadas”, cuenta Rosa, que está en quinto curso. “En el campamento, Plan International nos da charlas para que prioricemos el colegio y retrasemos el matrimonio. También vienen nuestras familias”.
El impacto de una respuesta sostenida
Para Rosa, el proyecto de Plan International es esencial. Las necesidades siguen aumentando y los ataques continúan obligando a más personas a desplazarse:
“Si el proyecto se detiene, muchas actividades se pararán y muchas personas sufrirán. No es solo lo que recibimos: las aulas, los baños, los uniformes, el material escolar. Es que muchas familias han quedado separadas, hay personas heridas, otras han muerto, y hay niñas y niños que han sobrevivido, pero no están bien psicológicamente. Muchos ni siquiera pueden estudiar. Gracias a este proyecto, estamos recibiendo ayuda y estamos mejorando”.