El Dr. Marcos López Hoyos, jefe de Inmunología de Valdecilla y Director Médico del IDIVAL, analiza en esta entrevista para el Colegio de Médicos de Cantabria, la realidad de esta especialidad con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización que se celebra del 24 al 30 de abril
-Estos días se celebra el Día Internacional de la Inmunología y la Semana de la Inmunización para concienciar a la sociedad de la importancia de esta especialidad ¿qué hay que transmitir a los ciudadanos?
La inmunización a través de las vacunas ha supuesto uno de los principales hitos en Salud Pública junto con el agua potable. Y el mejor ejemplo lo podemos encontrar en la reciente pandemia y como consiguieron salir de ella. El fundamento de la vacunación reside en la generación de memoria inmunológica específica frente al antígeno que se diseña la vacuna. El avance en el conocimiento y definición de los mecanismos implicados en la respuesta inmunitaria ha sido exponencial en este siglo XXI con una clara traslación clínica tanto a nivel
diagnóstico como terapéutico, con las nuevas formas de inmunoterapia (anticuerpos monoclonales, anticuerpos biespecífico, terapias CAR y otras terapias celulares).
-Fuiste el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) hasta hace 1 año ¿cuál es el objetivo de esta sociedad científica después de la crisis del Covid?
El objetivo de la SEI es promover el posicionamiento de nuestra ciencia en la biología y su aplicación en Medicina. Como he mencionado, es una disciplina que ha adquirido un elevado grado de desarrollo, el cual se ha trasladado a la clínica. Sin embargo, y a pesar de la gran difusión que se dio y el escaparate que supuso la pandemia COVID, aún es una gran desconocida entre la población general y entre nuestros colegas de otras especialidades.
Tengamos en cuenta que la inflamación está implicado en casi cualquier proceso en Medicina y la respuesta inflamatoria es una respuesta inmunitaria. Además, más recientemente hemos aprendido que el sistema inmunitario también se encarga de reparar la homeostasis tisular en cualquier fenómeno inflamatorio. Como Sociedad Científica seguimos reivindicando nuestro espacio en los hospitales y, sobre todo, en aquellos de alta complejidad. No entendemos la ausencia de Servicios de Inmunología aún en hospitales universitarios de nuestro país y donde existen las plantillas están infradimensionadas en términos generales. La SEI es multidisciplinar con la vertiente asistencial, pero también docente e investigadora. De forma paralela, el peso específico de la Inmunología en la universidad española y en los Institutos de Investigación también es insuficiente. La SEI está elaborando mapas de presencia de nuestra disciplina en los tres ámbitos para reclamar la presencia que exige una ciencia tan transversal y con tanta aplicabilidad.
-También eres jefe de Inmunología de Valdecilla y director científico del IDIVAL, y lideras proyectos tan importantes como el de Cohorte Cantabria ¿cómo va esta gran apuesta cántabra?
Cohorte Cantabria ya se puede considerar un proyecto establecido en Cantabria que se encuentra, buscando un símil, cursando el bachillerato. Ahora debe superar la prueba de acceso para llegar a la Universidad y consolidarse. Está en una posición estupenda, porque cuenta con el apoyo de la sociedad cántabra (llevamos ya más de 46.000 voluntarios) y del gobierno que lo ha dotado de una peculiaridad
propia. Se trata de una plataforma estupenda para desarrollar proyectos de investigación de Medicina de Precisión. Así lo consideran numerosos investigadores que se acercan a nosotros desde países como Alemania, Polonia, Estados Unidos o Hungría. También lo hacen desde el resto de nuestro país y ya comprobamos como los investigadores de Cantabria ya se apoyan en la Cohorte para plantear y desarrollar sus proyectos de investigación. Actualmente ya contamos con tres publicaciones y 11 proyectos de investigación financiados en distintos ámbitos y que se apoyan en Cohorte Cantabria.
-Valdecilla es líder en muchas especialidades ¿también lo es en inmunología?
Considero que sí. La participación de Inmunología en la vida diaria del hospital y su relación con multitud de especialidades del hospital, participando activamente en la docencia universitaria de Inmunología y siendo uno de los servicios que conforman el grupo de Inmunopatología del IDIVAL ratifican ese liderazgo. No sólo esto, los 5 miembros de la plantilla facultativa de Inmunología participamos en y lideramos grupos de trabajo en la SEI y en otras instituciones, en comisiones de trabajo oficiales, y en grupos internacionales. A pesar de nuestro tamaño pequeño, somos un servicio que cubre todas las áreas de la especialidad y somos considerados referencia por nuestros colegas. Esto se consigue con un equipo cohesionado y comprometido y, especialmente, inconformista y en busca de seguir mejorando continuamente, como lo hemos demostrado con la consecución de la acreditación ISO 15189 junto con la que ya contábamos en HLA de la Federación Europea de Inmunogenética.
-Con respecto al covid, parece que la sociedad lo ha olvidado pero seguro que ha dejado consecuencias, como el covid persistente, por ejemplo...
La sociedad lo ha olvidado en el día a día, pero estoy convencido que la gente es consciente de lo que ha supuesto. En estos 5 años, el SARS-CoV-2 ya no es un desconocido para nuestro sistema inmunitario como lo era en 2020. Hemos generado memoria inmunológica por las infecciones pasadas y las vacunas. Sin embargo, ha habido complicaciones agudas pero también crónicas, entre las que se encuentra el COVID persistente. Se trata de una entidad asociada a esta infección y que se encuentra en el ámbito neurológico y muscular sobre todo. Los
mecanismos se están estudiando así como la definición clara de esta entidad clínica.
-El covid también trajo controversia alrededor de las vacunas ¿hay muchos negacionistas? ¿qué hace el sistema de salud cuando se cuenta con padres que no quieren vacunar a sus hijos?
Que nadie tenga ninguna duda. Las vacunas consiguieron vencer la pandemia. Sin ellas, habrían fallecido muchos millones de personas a día de hoy, con numerosas complicaciones y con una parálisis de la sociedad total. Cualquier vacuna que se administra a la población en primer lugar son seguras y, por supuesto, son efectivas a la hora de prevenir las infecciones y, si no, al menos evitan complicaciones de esas infecciones.
Estamos recibiendo cada día de forma más frecuente noticias de casos de sarampión en países como Estados Unidos o incluso en nuestro país, donde de formar habitual las tasas de vacunación pediátrica son muy buenas. Se trata de una irresponsabilidad enorme por parte de los padres que deciden no vacunar a sus hijos.
Acaba de salir publicado en JAMA un estudio epidemiológico a partir de las cifras de reducción de vacunación frente a la triple vírica y a la poliomielitis, que predice como a este ritmo, el sarampión puede volver a ser una infección endémica en un país tan avanzado como Estados Unidos. El resto de infecciones víricas no sigue el mismo ritmo porque la tasa de replicación de los otros virus no es tan elevada como la del sarampión. Sólo quisiera añadir también que la vacunación no es solo cuestión de los niños, sino que curiosamente el calendario vacunal se está expandiendo por la franja de edad más avanzada, a partir de los 65 años, puesto que la población mayor tiene un sistema inmunitario más débil que precisa ser estimulado a través de las vacunas porque en ella las infecciones causan mucha mayor morbi-mortalidad que
en los niños.
-Para terminar, ¿cómo ves el futuro de la predicción de futuras enfermedades y de la IA en la inmunología?
La inmunología se dedica de forma específica a las inmunodeficiencias o lo que ahora llamamos errores innatos de la inmunidad, que son de causa genética. Hace 20 años, apenas había 10 mutaciones descritas. Hoy pasan de 500. Las mutaciones causantes de estas enfermedades han contribuido también al mejor conocimiento del funcionamiento del sistema inmunitario. A todo ello, se suma la participación de la Inmunología en la mejora de los procesos diagnósticos, no sólo en el laboratorio, sino, por ejemplo, con su aplicación a técnicas de imagen como el PET, mediante el empleo de anticuerpos dirigidos frente a moléculas de respuesta inmunitaria.
Si cada día son más las inmunoterapias en cada una de las especialidades médicas, nos queda por desarrollar y mejorar aún más el uso de los marcadores inmunológicos en la indicación y monitorización de estos tratamientos. Y, por supuesto, la IA está adquiriendo un enorme desarrollo en Inmunología. Ya existen modelos de redes neuronales para predecir enfermedades a partir de secuencias génicas de fragmentos variables del receptor de las células T (TCR), o se establecen cluster de poblaciones celulares con herramientas de IA para predecir o asociar pronóstica en enfermedades donde están implicados procesos inmunitarios. La IA la aplicamos incluso en nuestro Servicio buscando
combinaciones de epítopos HLA implicados en el rechazo humoral en trasplante de órganos sólidos por anticuerpos anti-HLA. Esta herramienta nos ayuda a definir de forma más precisa distintos grados de sensibilización pre- y post-trasplante. De esto y todo el avance que experimentamos en Inmunología trataremos durante el próximo congreso de Inmunología que se celebrará en mayo en nuestra ciudad y donde celebraremos el 50 aniversario de la SEI en una reunión donde esperamos contar con 600 congresistas.
