Cómo vencer al algoritmo - INCIS

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Pararse ante un vídeo más segundos de la cuenta o dar un like sin querer a una publicación puede ser suficiente para que, poco después, recibas recomendaciones de contenidos similares. Ves igualmente ese post sobre Trump, León XIV o la teoría conspiranoica del apagón y, sin darte cuenta, entras en un bucle de informaciones similares que, lejos de generarte conocimiento acerca de un tema, te dirigen hacia una única idea, tono u opinión.

El algoritmo, esa operación matemática que pretende anticiparse a nuestros gustos, se puede entrenar o incluso derrotar. ¿Con qué finalidad? Con la de tomar el control sobre los temas y enfoques que quieres consumir. Eso sí, sin dejar de tener en cuenta la posibilidad de que el usuario considere esta herramienta como una ayuda para el día a día, capaz de conocerle mejor que a sí mismo. Consecuentemente, todo depende de si el consumidor se siente cómodo con él o, de lo contrario, si es capaz de ejercer la voluntad necesaria para escapar del algoritmo.

Las dudas son de lo más común y nada evitables. ¿Quién quiere que yo quiera lo que creo que quiero?, canta Jorge Drexler en ¡Oh, algoritmo!, canción que precisamente cuestiona las condiciones que llevan a uno a querer o desear algo según su entorno.

La forma más fácil de elegir qué ver en redes sociales o, en general, en internet es activar filtros como el orden cronológico o silenciar palabras clave. En el primer caso, accedes a la mayoría del contenido, incluso de más. La sobreinformación podría ser un inconveniente a superar. Justo lo contrario ocurriría si silencias palabras que resulten molestas: se eliminarían los contenidos no deseados, pero correrías el riesgo de no acceder a otros que, por lo contrario, sí pretendes ver.

Una de las redes sociales que más controversia genera en torno al algoritmo es X. Así, varios usuarios han eliminado su cuenta y han emigrado a la alternativa Bluesky. Aquellos que resisten a la fuga pueden incorporar a su día a día las listas que ofrece la aplicación, una herramienta poco explotada a pesar de su utilidad. De esta forma eliges las cuentas que quieres consultar y observas el contenido en orden cronológico. Existe la opción de añadir listas de otros usuarios en las que depositas tu confianza. Es especialmente cómodo a la hora de seguir un tema, con el objetivo de no perder información. La periodista Carmela Ríos de El País, experta en redes sociales y desinformación, utiliza esta herramienta en su día a día y comparte en X otras formas de cribar y acceder a contenidos en redes.

Las newsletters de periódicos o de blogs son una alternativa a la orden del día. Muchas son de subscripción gratuita y, además, con formato de red social. Con plataformas como Substack, Beehiiv o Buttondown accedes a un amplio universo del que hacer tu propia selección. Tú decides a quién lees, sin que un algoritmo lo filtre. Así mismo, Kill the Newsletter! puede ser de utilidad si te subscribes a varias y quieres evitar una batería de entradas nuevas en tu correo.

Tal como mencionábamos a Bluesky, existen otras aplicaciones alternativas son Mastodon o Pixelfed, redes sin algoritmo o con opción de desactivarlo. También Feedy, X Pro o Unhook, que buscan reducir el ruido, pero que suponen un cambio radical de la forma de consumo de contenidos del usuario. Escapar del algoritmo, vencerlo, no es desaparecer de internet. Es recuperar la decisión. Elegir a quién seguir, qué leer, y cuándo hacerlo.

Recapiti
Andrea