Entrevista a Carolina Sobén, bióloga especializada en primatología y nueva incorporación a Verdes - Verdes Digitales

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La última incorporación a Verdes Digitales, ¡es primatóloga! Y ha sido esa vinculación ambiental la que le ha llevado hasta nosotros. Carolina Sobén ha llegado para darlo todo en materia de comunicación y marketing verde. Una más del equipo de contenidos para hacer realidad estrategias, ¡bienvenida!

¿Cuál es tu función dentro de Verdes Digitales?

Formo parte del equipo de contenidos, así que me dedico principalmente a la comunicación de los diferentes proyectos en redes sociales y blogs. Como es mi primera experiencia en el mundo del marketing, estoy inmersa en el proceso de aprendizaje de cómo es el trabajo en una agencia de proyectos tan chulos como estos, así que estas líneas quizá se transformen en otra cosa de aquí a un tiempo.

¿Qué magia crees que aportas a la agencia?

Todo lo que soy está alineado con la filosofía de Verdes Digitales, así que me gusta pensar que empiezo aportando desde la base: el propósito. Además, al venir del ámbito de la ciencia creo que puedo aportar una perspectiva diferente, junto a solidez y valor a la hora de comunicar ideas y proyectos relacionados con la sostenibilidad desde un punto de vista más científico. Pero, si hablamos de magia, para mí es ese estado de hiperfocus en el que entro. Ahí soy toda energía, creatividad e inspiración y creo que se plasma en los contenidos que hago. ¡Esa es la verdadera magia!

¿Cómo descubriste la agencia?

Estaba buscando un lugar donde hacer mis prácticas de comunicación y lo que tenía claro es que quería que fuese en una empresa con perspectiva ambiental. Me resultaba absolutamente imprescindible que, si me dedicaba al marketing (que antes asociaba al ciclo eterno de vender y consumir), el propósito estuviese alineado con mis valores. Con esa premisa no tardé mucho en encontrarlos y me sentí tan afín que tuve que escribirles inmediatamente. ¿Sabes cuando sientes eso de “este es mi lugar”? ¡Pues así fue!

Si no te dedicases al marketing…

Estaría persiguiendo monos por la selva (¡es un trabajo, en serio!). Soy bióloga especializada en primatología, y los monos son my first passion. Pero también sería feliz en cualquier otro trabajo donde tuviera contacto directo o indirecto con la naturaleza. O en educación, que también me enriquece mucho. La vida me ha dado muchas vueltas y ya he hecho un poco de todo eso. Siempre he dicho que me encantaría pasar temporadas de mi vida en ambientes diferentes a lo que he conocido siempre, conocer otras culturas, otras personas con estilos de vida que nada tienen que ver con el mío, y aprender de todo ello para seguir creciendo por dentro, así que algo que me permitiera viajar también sería genial. 

¿Con qué causa ambiental te sientes más identificada?

Con la protección de la biodiversidad. Creo que ni los negacionistas del cambio climático tienen excusa para eso: estamos arrasándola. Pero también con la contaminación de los entornos naturales, es algo que me da mucha pena. La voluntad de aportar mi granito de arena para contrarrestar todo eso es lo que ha acabado guiando mis pasos. 

¿Cómo se cuela la sostenibilidad en tu vida?

De muchas maneras. Primero porque gran parte de lo que leo y estudio está relacionado con esos temas. Pero también se ha infiltrado en mi vida cotidiana a lo largo de los años: consumo poco, y lo poco que consumo intento que sea de segunda mano. Me parece que de esta manera tiene un valor añadido porque ya viene con una historia y una vida, principalmente ropa y tecnología, que son dos industrias muy contaminantes. Soy muy cabezota y si algún día he ido a hacer la compra y he olvidado mi bolsa: ¿uso una de plástico? No, hago malabares hasta llegar a casa. También alargo muchísimo la vida útil de lo que uso, no hay nada que me ponga más nerviosa que el concepto “obsolescencia programada”. 

Puede parecer que en un mundo tan consumista e hiperestimulante, estas pequeñas acciones sean un sacrificio. Y a veces se sienten así, pero la recompensa viene con la satisfacción de ver que tus acciones se alinean con tus pensamientos, y cuanto más cuesta, más valiente es. Además, intento que lo que hago sea un ejemplo para otras personas que quizá no hacen lo mismo por desconocimiento, no por falta de interés. Creo que se gana mucho más compartiendo que atacando.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Me encanta conocer diferentes proyectos que trabajan por hacer este mundo un poquito mejor y saber que estoy contribuyendo a que tengan más voz y lleguen más lejos aplicando algo que me llena mucho: ¡la creatividad! Además, abre las puertas a la novedad constante y para una mente inquieta y curiosa como la mía eso es muy estimulante. Y por qué no decirlo, el hecho de que sea teletrabajo y no esté anclada a un lugar físico da muuuucho juego. ¿Estoy calculando ya diferencias horarias? Sí, pero ssshhh.

¿Qué vicios tienes en tus ratos libres?

Tengo mil y ojalá descansar fuese uno de ellos. Me agobia no tener “nada que hacer” así que cuando he estado en etapas de la vida más calmadas, me he buscado un montón de cosas que, a veces, se acaban convirtiendo en una montaña difícil de gestionar. Pero es que vivo así, al límite. Aun así, ahora estoy en transición a tomarme la vida de otra manera. La etapa de los 20, que ya se acaba…

Siempre estoy estudiando algo, soy fan de compaginar. Me encanta salir a pasear o hacer yoga, ese punto de conexión con el cuerpo y la naturaleza que a veces no se puede tener en un mundo digital, aunque también mis hobbies están tras la pantalla: desde que empecé con el dibujo digital no he dejado la tableta. Luego me da por el deporte, luego por coser, luego por la fotografía… ¡Y siempre por los monos!

¿Nos recomiendas algún libro o peli relacionado con el mundo social o ambiental?

Sin duda, el libro “Contra la sostenibilidad”, de Andreu Escrivà. Aunque el título sea un poco chocante, lo recomiendo especialmente a aquellas personas que ya estamos sensibilizadas en temas ambientales, es una guía genial para reconducir nuestros pasos y no dejarnos engatusar por aquello que nos han vendido como sostenible, pero que no lo es. Siempre hay algo que no sabíamos, y este libro no deja de sorprender. Creo que también puede ser muy útil para ajustar los mensajes que transmitimos desde el marketing verde.

Recapiti
Laura Martín