Hace pocos días, pasó por el estudio de grabación de Las Charis Podcast, el actor Carles Francino. Carles nació en 1980 en Barcelona. Desde muy joven, se interesó por la interpretación y, en el año 2000, con 19 años, comienza a estudiar en la escuela de Nancy Tuñón en Barcelona, donde estuvo formándose hasta el 2006. Al mismo tiempo, comenzó a tener sus primeros contactos con el mundo profesional y, en 2006, comienza a trabajar en series como “El Cor de la Ciutat” de Televisió de Catalunya, y participa en la película de Bigas Luna, “Yo soy la Juani”. En teatro también protagoniza algunas obras destacadas…
¿Cómo descubrió su vocación de actor, Carles Francino?
Pues sentí mi llamada tarde. Normalmente, la vocación de actor se descubre pronto. Pero a mí me vino porque estaba perdido estudiando sociología… del bar. Había esta cosa del periodismo; no sé por qué. Luego comencé con algo más general y, estando perdida, una amiga me dijo que probara lo del teatro, porque era muy… muy… No sé, muy qué. Pero le hice caso, me metí en la escuela de Nancy Tuñón y, aunque me costó, acabé los estudios.
Cine, teatro, series… pero, ¿con qué se queda Carles Francino?
Me encanta el teatro y ahora que me he instalado en Catalunya, me encantaría hacer más teatro en mi tierra. Pero me encanta el cine. Me dedico a esto, pero no soy de los cinco afortunados a los que les llegan los guiones a casa. Muchas veces me dicen que no. Pero vamos, que yo estoy abierto a Catalunya, resto de España e incluso Estados Unidos. Aunque igual tendría que entrar por el mercado europeo porque no tengo look latino, la verdad…
En 2019 retomas el teatro y te subes a los escenarios de la mano de Juan Carlos Pérez De la Fuente con “Un marido ideal”. He visto en Instagram que tienes pareja… Dime: ¿Eres un marido ideal?
Podría mejorar y, aunque quizás es otra persona la que tiene que contestar, creo que estoy bastante bien. Llevamos 8 años juntos y tenemos un hijo en común, así que la cosa va bien. Y tengo que decir que creo en el amor, para toda la vida y para toda la eternidad. Estamos en tiempos en los que hay poca ilusión. Pero es que, si no, ¿de qué vivimos? Siempre tendrás un momento en el que tendrás que revivir el amor para siempre.
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Y, ¿cómo vives tu papel de padre en la vida real?
La verdad es que estoy encantado. Ahora pronto entrará en la escuela y, cuando hablan de adaptación del niño, yo me pregunto dónde está la adaptación del padre, ya que llevo toda su vida (tiene un año y medio) con él a mi lado y soy muy feliz. En casa, nos organizamos bastante bien porque la madre es música y yo, actor, y, por tanto, no tenemos horarios de oficina de 9 a 6. Y también es una suerte que mis suegros viven al lado y nos ayudan mucho.
La paternidad me ha cambiado mucho. Sigo flipando. Me parece muy guay. Lo miro embelesado. Yo siempre animo a tener hijos. Y si sale del amor, que es de donde debe salir, pues maravilloso…
No hemos comentado nada de la peli que va a estrenar el próximo 8 de marzo, «Por tus muertos»…
He tenido unos compañeros fantásticos. Los cuatro hicimos mucha piña y funcionamos muy bien como grupo en «Por tus muertos«. Hubo muchos momentos en los que Jorge Sanz y Jose Mota no paraban de hablar de su pasado como cine y de lo mucho que saben del sector. ¡Ha sido maravilloso!
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La peli va de un grupo de los 80 a los que les fue bien, aunque algo pasó que hizo que se separaran… Entonces, entro yo como Repollo y el viaje que se mete con estos es increíble, porque es completamente diferente a ellos. Hago de Josep Lluís y siempre me pregunto por qué mi personaje fue al casting, porque no le pega nada la música que hacían ni el grupo.
En la peli tocas el bajo. ¿Lo tocas en la vida real?
No toco ningún instrumento… Durante una temporada, toqué el yembé. Intenté la guitarra y, nada. Y ahora estoy intentando tocar el piano. Ahora, martes y jueves, hago música con mi hijo, con instrumentos de madera. Menos mal que, Sayago, el director, me decía que no me preocupara por no saber tocar el bajo, que lo arreglaría con los planos y el montaje. Fue muy interesante mi papel porque tuve que rescatar al niño que llevo dentro, ya que él lo pinta todo de rosa.
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