La respuesta inmunitaria de las vacunas cambia según la zona anatómica de aplicación

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Según un reciente estudio realizado por investigadores australianos, y publicado en la revista Cell, recibir la vacuna de refuerzo en el mismo brazo que la primera dosis genera una respuesta inmunitaria mucho más efectiva. ¡Os explicamos los detalles!

¿Cómo funcionan las vacunas?

Las vacunas son fármacos preventivos que introducen una versión atenuada e inofensiva de los patógenos conocidos como antígenos. Estos patógenos se filtran en los ganglios linfáticos y, una vez allí, las células de defensa se entrenan para distinguir entre componentes propios y no propios del organismo, activando una respuesta defensiva cuando se detecta una infección real.

Funciona de la siguiente manera: cuando el antígeno llega a los nódulos linfáticos, es detectado por células del sistema inmunitario, llamadas macrófagos, que lo identifican y muestran en los linfocitos B de memoria. Estos últimos, al reconocerlo, se activan y, seguidamente, producen anticuerpos para defender el organismo.

Además de esto, el sistema inmunitario también genera células de memoria, que permiten reaccionar rápidamente si el cuerpo vuelve a entrar en contacto con ese mismo antígeno.

Los resultados del estudio

El estudio que ha revelado que la parte del cuerpo donde se ponen las vacunas puede influir en su efectividad se ha realizado con ratones. Los investigadores comprobaron que, cuando la vacuna se inyectaba en una pata, ciertos linfocitos B de memoria se desplazaban hacia la parte externa de los ganglios linfáticos y allí interactuaban con los macrófagos.

Sin embargo, lo más sorprendente es que, si la segunda dosis se ponía en el mismo lugar que la primera, existían más macrófagos o células del sistema inmunitario, lo que permitía activar más rápidamente los linfocitos B y producir anticuerpos con mayor eficiencia.

La aplicación en humanos

Los responsables de la investigación comprobaron también este mecanismo en un estudio clínico con 30 voluntarios a los que administraron la vacuna contra la COVID ​​de Pfizer-BioNTech. De esta investigación extrajeron la conclusión de que, si bien es cierto que poner la dosis de refuerzo en el mismo brazo mejora la respuesta inmunitaria, tan solo lo hace durante las siguientes semanas, diluyéndose esta ventaja un mes más tarde. Este estudio aporta un gran valor en el caso de enfermedades que generan una respuesta inmune de corta duración, pero no lo hace en situaciones que requieren una protección más prolongada.

Asimismo, hace falta añadir que, aunque hay estudios que han llegado a conclusiones similares, existen otros totalmente contrarios, por lo que se reclama cautela antes de cambiar las pautas de vacunación.

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