El estado de los recursos marinos y el caso del atún rojo en peligro: avances y amenazas

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Almudena Fdez. Sanandrés / Especial para Terabithia desde Niza (fRANCIA)

  • En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, celebrada la semana pasada en Niza, la FAO presentó su Informe sobre el estado de los recursos mundiales de la pesca marina 2025. El documento, que utiliza una metodología actualizada, incluye casi 50 páginas dedicadas al atún y destaca cifras muy positivas sobre el estado de las poblaciones globales de esta especie, atribuyendo en gran parte estos resultados a una gestión eficaz por parte de las OROP (Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera).

Principales datos sobre el atún según el nuevo informe de la FAO:

  • El 87 % de las poblaciones evaluadas son sostenibles, cuando se ponderan según su volumen de producción.
  • El 99 % de los desembarques de atunes y especies afines proceden de fuentes sostenibles, según la definición de sostenibilidad biológica de la FAO: poblaciones de peces cuya abundancia está en o por encima del nivel capaz de producir el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS).
  • En 2023, último año con datos disponibles, se capturaron aproximadamente 5,2 millones de toneladas de atún. La mayor parte correspondió al listado o barrilete (57 %), seguido del rabil (31 %), el patudo (7 %), el albacora (4 %) y las tres especies de atún rojo (1 %).
  • Ese mismo año, el Océano Pacífico fue la zona de mayor producción comercial de atunes, aportando alrededor del 66 % del total. Le siguieron el Océano Índico, con un 23 %, y el Océano Atlántico y mares adyacentes, con aproximadamente un 11 %.

Durante esta década se han alcanzado importantes hitos en materia de gestión pesquera, orientados a garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las poblaciones de atún. Sin embargo, este trabajo debe continuar a nivel de las OROP, complementado con la adopción de buenas prácticas por parte de las pesquerías.

“Gracias a la ciencia coordinada, la gestión responsable y una determinación colectiva, estamos logrando revertir la sobrepesca, garantizando que nuestras poblaciones de atún no solo se recuperen, sino que prosperen, manteniendo ecosistemas, comunidades y futuras generaciones.”

Bill Holden, Director de Relaciones con la Pesca de Atún del Marine Stewardship Council (MSC), declaró:

“La mejor herramienta de conservación de la que disponemos. Este informe lo confirma. Los datos demuestran que, si las poblaciones pesqueras se gestionan adecuadamente, es posible avanzar.” “… en Niza se ha alcanzado un consenso global claro sobre la necesidad de actuar. Esperamos que este renovado sentido de urgencia conduzca a una reducción significativa de las poblaciones sobreexplotadas de aquí a 2030.”

Rupert Howes, Director Ejecutivo de MSC, añadió que la FAO ha definido la gestión pesquera como
El atún rojo del Atlántico (Thunnus thynnus) es una especie pelágica que se distribuye a lo largo del Atlántico Norte y el Mediterráneo, desde Brasil hasta el norte de Noruega. Vive entre la superficie y hasta los 500 o 1000 metros de profundidad. Es una especie altamente migratoria, encontrándose tanto en aguas frías, en las que se alimenta, como en regiones cálidas, en las que se reproduce. En el mundo existen 3 especies diferentes de atún rojo. El atún rojo del Atlántico es una de dichas especies, que, a su vez, se divide en dos poblaciones: la población occidental y la población oriental y del Mediterráneo. La primera pesquería de atún rojo del Atlántico oriental acaba de completar las últimas etapas para obtener la certificación de pesca sostenible de MSC. Foto: MSC

El atún rojo en el Mediterráneo

Pese a estos avances globales, el atún rojo (bluefin) en el Mediterráneo aún enfrenta retos significativos y múltiples amenazas:

El informe “Review of the State of World Marine Fishery Resources 2025”, presentado por la FAO en la reciente Conferencia sobre los Océanos celebrada en Niza, ofrece luces y sombras para el futuro del atún. Aunque reconoce avances significativos en la gestión global de las pesquerías, advierte también que especies como el atún rojo del Mediterráneo siguen expuestas a un riesgo real de colapso si no se toman medidas inmediatas frente a la sobrepesca ilegal, el impacto del cambio climático y la creciente presión de la industria del engorde. El mensaje es claro: no basta con haber frenado el declive, ahora es imprescindible garantizar una recuperación sostenible y duradera. El tiempo, una vez más, juega en contra.

DE hecho, existe un censo mundial de atún rojo que se lleva a cabo mediante evaluaciones periódicas por organismos científicos internacionales, principalmente ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), que siguen a la especie Thunnus thynnus en el Atlántico y Mediterráneo. Según ICCAT, la biomasa reproductora actual se estima en apenas un 15 % de los niveles previos a la pesca industrial.

Sobrepesca histórica y recuperación parcial

  • Debido a la gran demanda (sobre todo para sashimi), el stock cayó aproximadamente un 80 % entre 1970 y 2010, hasta niveles críticos.
  • Desde 2009, ICCAT instauró planes de recuperación y cuotas, y gracias al trabajo conjunto y el control, la biomasa ha aumentado hasta un 400 % desde entonces, aunque WWF advierte que aún es pronto para confiarse.

Cuotas e incumplimientos

  • En el Mediterráneo, más del 65 % de los stocks están fuera de límites biológicos seguros
  • Además, las actividades no declaradas o ilegales (IUU fishing) constituyen medio de las capturas de túnidos y pez espada, reduciendo la eficacia de las regulaciones

Cría y engorde en granjas

  • Prácticas controvertidas, como el engorde en jaulas en mar abierto, requieren hasta 20 kg de sardinas para producir 1 kg de atún. WWF considera que ponen en riesgo el ecosistema y la gobernanza de la pesca

Cambio climático y olas de calor marinas

  • Las olas de calor marinas recurrentes han provocado micro–masacres de fauna en el Mediterráneo, afectando indirectamente a los atunes .
  • El ascenso de temperatura también modifica rutas migratorias y zonas de cría, obligando a peces y pescadores a desplazarse y aumentando el estrés de las poblaciones .

Contaminación plástica y metales pesados

  • Más del 30 % de los atunes rojos analizados contenían plástico en su interior y una significativa acumulación de metales como mercurio, lo que plantea riesgos para su salud y la de los consumidores

Estos riesgos conforman un panorama complejo: aunque el atún rojo ha mostrado signos alentadores de recuperación, la coexistencia de prácticas ilegales, efectos del cambio climático, residuos contaminantes y presiones extractivas sobre la especie exige una gestión urgente, interdisciplinar y adaptativa. El informe Review of the State of World Marine Fishery Resources 2025 lo señala claramente: frenar la recuperación no es suficiente; hay que consolidarla con una estrategia integral.


Los desafíos

En 2024–2025, la UE adaptó las recomendaciones de ICCAT en regulación nacional, incluyendo cuotas actualizadas, vedas, control de artefactos (FADs), censos electrónicos y cámaras a bordo

  • Destacan los procedimientos de control basados en ciencia (Harvest Control Rules) adoptados desde 2022, que mejorarán la estabilidad de cuotas y la gobernanza a futuro .
  • Se hace urgente mejorar el control frente a pesca ilegal/reporte no regulado, asegurar trazabilidad en el engorde y adaptar la gestión al impacto del cambio climático .

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