Por Pablo López Gil, director general del Foro de Marcas Renombradas Españolas
Este artículo pertenece al nº39 de la revista electrónica: “Proyección exterior de la economía
española”.
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25 de junio 2025 /
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El Foro de Marcas Renombradas Españolas ha presentado la propuesta de un Pacto de Estado por la Competitividad, para poner sobre la mesa los desafíos específicos de nuestro país, proponer medidas y líneas prioritarias de actuación y constituir una alianza entre diferentes actores en favor de la competitividad de la economía y de las empresas españolas. Su director general, Pablo López Gil, explica en este artículo las líneas fundamentales de esta propuesta de Pacto.
El diagnóstico está claro: Europa tiene un problema de competitividad, principalmente frente al crecimiento y al dinamismo innovador de China y EE.UU. La receta también viene claramente descrita en los informes Draghi y Letta y en la hoja de ruta de la actual Comisión, que ha situado la competitividad como una de sus prioridades estratégicas para los próximos años. Es un desafío europeo y la respuesta también lo debe ser, pero no debemos olvidar que la Unión Europea no es homogénea, existen diferencias sustanciales entre las economías de los distintos estados miembros. Es por ello que resulta también imprescindible incorporar una perspectiva nacional, que aborde también las particularidades propias.
Y esa es la razón por la que decidimos lanzar una iniciativa específica para España, cuya puesta de largo tuvo lugar el pasado 9 de junio con la presentación en el Congreso de los Diputados del informe “Hacia un Pacto de Estado por la Competitividad”, para poner sobre la mesa los desafíos específicos de nuestro país, proponer medidas y líneas prioritarias de actuación y constituir una alianza entre diferentes actores en favor de la competitividad de la economía y de las empresas españolas. El ejercicio se basa en las siguientes premisas:
- La competitividad es un desafío compartido, no se trata de una responsabilidad únicamente de los gobiernos ni tampoco es un reto exclusivo de las empresas. Hay factores estructurales que favorecen o perjudican la competitividad, hay factores de contexto, hay decisiones políticas y también hay decisiones empresariales que nos hacen más o menos competitivos. Es necesario llevar a cabo un diálogo franco y constructivo entre los actores públicos y privados y practicar la colaboración de verdad.
- El análisis no detecta únicamente riesgos o amenazas, también existen oportunidades y fortalezas específicas para España sobre las que debemos construir nuestra estrategia competitiva. Hay dimensiones en las que partimos con desventaja (atomización empresarial, escasa inversión en intangibles, baja productividad) y otras en las que contamos con importantes ventajas competitivas (fortaleza del sector exterior, energías renovables, infraestructuras, turismo, red de banda ancha).
- Se trata de un reto de país que exige cooperación, lealtad y visión de largo plazo.
- Existe una relación evidente entre competitividad y productividad, y por tanto también existe esa misma relación con el bienestar y el progreso de nuestra sociedad.
A partir de dichas premisas, nuestro informe, elaborado a partir de las aportaciones e ideas de expertos y empresas, identifica las siguientes áreas críticas de actuación:
- Mejora regulatoria y administrativa. Avanzar a un entorno normativo más favorable para la actividad empresarial, reduciendo su complejidad administrativa, y armonizando los diferentes niveles regulatorios para garantizar coherencia en el territorio nacional.
- Impulso avanzado a la digitalización. Evolucionar hacia un modelo que contemple tanto el desarrollo de infraestructuras digitales como la capacitación para su aprovechamiento.
- Desarrollo del capital humano. Modernizar los mecanismos de formación profesional y continua para mejorar el desajuste entre sistemas formativos y las necesidades del mercado laboral.
- Fortalecimiento de la financiación para la innovación. Diversificar los mecanismos de financiación empresarial, superando la dependencia del crédito bancario, con el desarrollo de instrumentos adaptados a las etapas del ciclo de vida empresarial. En España, alternativas como el capital riesgo siguen siendo marginales.
- Inversión estratégica en activos intangibles. Impulsar esta inversión como pilar fundamental para la diferenciación competitiva de las empresas con un marco de apoyo integral y un marco fiscal favorable que potencie los activos inmateriales como I+D, software, diseño, marca y capital organizacional, elementos clave en la economía del conocimiento y la diferenciación competitiva.
- Transformación industrial y descarbonización. Se plantea una convergencia entre política industrial y transición energética como palanca de competitividad, con un mayor equilibrio entre los objetivos ambientales y el desarrollo industrial.
Pensar en que en España es posible avanzar hacia un Pacto de Estado, en concreto en materia de competitividad, puede parecer un poco iluso, pero sin duda la ambición es necesaria, la importancia y la naturaleza del desafío nos permiten ser optimistas con respecto a la posibilidad de construir consensos y en todo caso debemos ser capaces de avanzar en medidas concretas, por lo que nos atrevemos a lanzar un decálogo de prioridades:
- Simplificación normativa y administrativa. Eliminar duplicidades y burocracia innecesaria, con evaluaciones de impacto normativo en la competitividad.
- Armonización regulatoria. Coordinar mejor las normativas entre administraciones (estatal, autonómica y local) para evitar barreras territoriales.
- Digitalización de la administración pública. Implementar una ventanilla única digital para empresas, usando tecnologías como blockchain y automatización.
- Fomento de la transformación digital de PYMEs. Crear un programa escalonado de digitalización (básica, avanzada, profunda), con incentivos fiscales.
- Red de Centros de Excelencia en IA y Ciberseguridad. Establecer centros que brinden apoyo técnico y asesoramiento especializado a empresas en estas áreas clave.
- Fortalecimiento de la Formación Profesional Dual. Reforzar la FP con mayor implicación empresarial, beneficios fiscales y adaptación de contenidos al mercado laboral.
- Planes de recualificación sectorial. Diseñar formación intensiva adaptada a sectores estratégicos como energías renovables o biotecnología.
- Atracción de talento internacional. Agilizar procesos de visado y crear programas específicos (ej. visa tecnológica) para atraer perfiles cualificados.
- Apoyo a la inversión en innovación y activos intangibles. Desarrollar programas de apoyo y productos financieros adecuados, y facilitar el acceso a fondos europeos mediante asesoramiento centralizado.
- Sistema de monitorización y evaluación. Crear un cuadro de mando con indicadores clave para medir, ajustar y dar transparencia a los avances en competitividad.
Podemos y debemos seguir incorporando voces e ideas, propuestas y soluciones, pero sobre todo debemos seguir sumando fuerzas y esfuerzos, constituyendo una verdadera alianza en favor de la competitividad de la economía y las empresas españolas. Nos va el futuro en ello.