¿Qué es el impacto textil y cómo podemos reducirlo?
Impacto textil se refiere a las consecuencias medioambientales -la industria textil es una de las más contaminantes del planeta-, sociales -condiciones laborales precarias en muchos países productores- y económicas que genera todo lo relacionado con la ropa que usamos: desde su producción y transporte hasta su uso y descarte.
Por tanto, nuestros hábitos como consumidores de ropa importan más de lo que pensamos. Un cambio en nuestro comportamiento puede marcar la diferencia y contribuir a la reducción de este impacto textil.
Por ejemplo: si somos conscientes del uso que realmente damos a nuestra ropa, consumiremos con más criterio. Si alargamos la vida útil de nuestras prendas, retrasaremos la necesidad de fabricar nuevas. Si reducimos la frecuencia de lavado, si optamos por reparar la ropa que se estropea en vez de desecharla, si evitamos compras innecesarias… disminuirá el consumo de recursos y la generación de residuos.
Como ves, reducir el impacto textil no es solo una cuestión ambiental sino que también mejora nuestra economía personal, puede simplificar nuestro día a día y nos permite vivir de forma más respetuosa con el planeta.
¿Se puede consumir moda de forma sostenible sin gastar dinero?
Sí, se puede. Es más, esta es la mejor forma de iniciarse en la moda sostenible. La idea de que la moda sostenible es sinónimo de gastar más en prendas “eco” está muy extendida, pero la sostenibilidad no empieza en lo que compramos, sino en lo que hacemos con lo que ya tenemos. Es decir, sostenibilidad también es sentido común: dejar de consumir por consumir, valorar lo que poseemos y aprender a cuidarlo.
A continuación compartimos 10 gestos diarios y puntuales que reducen nuestra huella textil, alargan la vida útil de las prendas y nos ayudan a vivir en un entorno más ordenado, práctico y alineado con unos valores de respeto al medio ambiente.
Hábitos diarios que nos ayudan a cuidar mejor la ropa
Lava menos, pero mejor
El lavado de la ropa juega un importante papel en el contexto de la sostenibilidad textil. Cada lavado desgasta las fibras y consume agua y energía. Por tanto: hazlo solo cuando sea necesario, con programas cortos y en frío. Prioriza ventilar o cepillar las prendas entre usos si no se han manchado en exceso.
Seca al aire siempre que puedas
La secadora también desgasta la ropa y consume mucha energía. Así que si lo que buscamos es apuntarnos a la moda sostenible sin gastar un euro, en este caso, tender en el exterior (o incluso en interiores bien ventilados), siempre que sea posible, es más ecológico, gratis y contribuye en el correcto cuidado de las prendas. Recuerda: no expongas las prendas al sol directo para que el color o los acabados no se vean perjudicados.
Organiza el armario de forma más consciente: ordena tu ropa por uso real
Es así de fácil: lo que no se ve, no se usa. Por tanto, lo más recomendable es tener a mano lo que más te pones -porque se adecúa con tu estilo de vida actual- y guardar lo estacional. Así evitarás compras impulsivas y tendrás un consumo de moda más consciente, aprovechando mejor lo que ya tienes.
Repite sin miedo
Repetir ropa es una señal de coherencia con nuestro estilo personal y con el propósito de un armario sostenible sin inversión extra. Elige tus básicos favoritos y lúcelos con orgullo, descubriendo nuevas formas de combinarlos y abrazando fórmulas de ‘uniforme consciente’ que no solo te ayudarán a ahorrar dinero sacando todo el partido a lo que ya tienes, sino que también te ayudarán a ahorrar tiempo cada mañana a la hora de elegir look.
Cuida tu relación con la ropa
A veces, lo más sostenible es parar y observar(te). Dedica unos minutos a reflexionar sobre tus valores y tu forma de consumir, y si ambos están alineados o necesitan reajustarse y cómo puedes conseguirlo.
Moda re-
Hábitos puntuales que nos ayudan a cuidar mejor la ropa
Repara antes de reemplazar
Como repetimos continuamente: perder un botón o tener un dobladillo descosido no son excusas para desechar ropa. Sobre todo cuando es algo que se soluciona tan fácilmente como teniendo a mano un pequeño kit de costura y dedicando unos minutos a realizar algunos arreglos sencillos. Es más fácil de lo que parece y puede ayudarnos a alargar la vida útil de una prenda durante años.
Da una segunda oportunidad antes de desechar
¿Esa camiseta ya no te convence? La creatividad también es sostenible. Prueba a combinarla de una forma diferente, a personalizarla o a darle otro uso mediante técnicas de upcycling o reciclaje creativo (convirtiéndola en otra prenda distinta, como un bolso de tela, por ejemplo).
Intercambia en lugar de comprar
Organiza una tarde de intercambio con amigos/as o únete a grupos locales. Cambiar lo que no usas por algo que sí necesitas es una forma circular de renovar sin gastar ni producir más.
Analiza diferentes opciones antes de desechar
Antes de tirar una prenda, pregúntate si puedes donarla, repararla o transformarla. Es decir, intenta agotar todas las posibilidades existentes de reducir su impacto textil. Sí, el reciclaje textil existe, pero la opción más circular y sostenible es siempre evitar llegar a ese punto.
Haz pausas de compra cada mes
El primer paso para conseguir un armario más sostenible es… ¡no llenarlo más! Proponte un reto: un mes, dos, tres… sin comprar nada nuevo. Esto te permitirá ser más creativo/a a la hora de vestirte, descubrir nuevas combinaciones de ropa, ser consciente realmente de qué es lo que utilizas y qué es lo que sigue muerto de risa en el armario, qué es realmente lo que necesitas reponer… Observa, aprende de tus propios hábitos ¡y ahorra! (porque no gastarás nada en todo este proceso).