En la primera edición de Retratos de Liderazgo de la Asociación Española de Directivos (AED) en Valencia, Pedro Ballester, presidente y CEO de Logifruit, compartió las claves sobre liderazgo, estrategia y gestión en el ámbito de la empresa familiar y la logística. La sesión ofreció un retrato de empresario que combina la autocrítica con la visión a largo plazo y que subraya la necesidad de evolucionar desde la empresa familiar tradicional hacia modelos más profesionales, sostenibles y comprometidos con la sociedad.
Logifruit se ha consolidado como un actor esencial en la logística circular española. Con más de 1.500 empleados, una facturación cercana a los 170 millones de euros y 16 plataformas logísticas en España y Portugal, la compañía es responsable de la gestión de envases reutilizables, o las icónicas “cajas verdes” y palets que, según Ballester, llegan a numerosos hogares españoles. Su modelo, alineado con las 3R de la Unión Europea (reducir, reutilizar, reciclar), se basa en el alquiler, higienizado y almacenado de cajas, palots y palets para el transporte de bienes de consumo en la red de suministro.
El empresario recordó el origen de esta estrategia innovadora: “Al principio le llamábamos logística cíclica, ahora se llama economía circular”. Según explicó, este cambio implicó estructurar un sistema eficaz de logística inversa, integrar la sostenibilidad en el núcleo del negocio y profesionalizar procesos que combinan eficazmente la logística tradicional y la logística inversa para cerrar el ciclo de los envases.
La sesión fue más allá de la descripción del negocio y entró de lleno en los dilemas de gobernanza y organización de la empresa familiar. Ballester fue explícito al advertir de los riesgos de confundir roles de propiedad, gobierno y gestión. Compartió como decisiones estratégicas como la recompra de participaciones
permitieron fortalecer el alineamiento y potenciar el desarrollo de Logifruit.
El empresario subrayó que muchas empresas familiares fracasan por no planificar bien su diversificación: no se trata de acumular activos, sino de aislar riesgos y separar patrimonios para evitar contagios en caso de crisis. “Una de las claves de la diversificación es precisamente tener las actividades separadas con sus activos
y riesgos asociados”, afirmó.
En este punto, Ballester explicó cómo en su trayectoria había aprendido la importancia de construir una estructura societaria clara, con un consejo de administración profesionalizado, pero también un consejo de familia activo. De hecho, defendió que el consejo de familia es incluso más importante para la continuidad de la empresa, porque en él nacen las ideas informales, la cohesión de la visión y los valores compartidos, y se resuelven potenciales conflictos antes de que escalen.
Sobre la sucesión, Ballester no eludió la dificultad de separarse de un proyecto que ha ocupado la vida entera del fundador. Reconoció con franqueza el reto emocional y humano que supone ceder espacio a la siguiente generación: “Tienes un pegamento con la empresa que te une por muchos motivos”. Según explicó, la
implicación de sus hijos comenzó desde pequeños, con la intención de compartir la responsabilidad y el propósito empresarial.
Asimismo, Logifruit ha apostado por el modelo de calidad total aplicada a las personas, con un enfoque de misión, visión y valores compartidos que busca alinear la toma de decisiones en todos los niveles de la organización. Ballester defendió que la coherencia ética no puede ser un lema vacío y explicó que la
compañía promueve la autonomía y la responsabilidad de los equipos, pero también la exigencia de asumir retos para crecer profesionalmente.
El empresario también realizó una reflexión crítica sobre el ecosistema empresarial valenciano. Destacando el talento y la calidad de las universidades y centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana, lamentó la brecha existente entre la investigación y su transferencia al tejido productivo. A su juicio, es imprescindible mejorar la colaboración para aprovechar el potencial existente y reducir duplicidades que encarecen el desarrollo tecnológico.