Un año más contamos con el apoyo incondicional de los voluntarios y voluntarias de la Fundación Repsol, que, a través de su programa de Voluntariado Profesional, nos ayudan a crear espacios más eficientes, sostenibles y responsables con el entorno.
Gracias a su implicación, varios de nuestros hogares de protección para niños, niñas y adolescentes, así como los pisos de emancipación para jóvenes extutelados, han dado un paso importante hacia la eficiencia energética. Esta colaboración, más allá de los aspectos técnicos, representa un verdadero gesto de compromiso y solidaridad.
Un impacto que se siente en el día a día
Durante esta edición, los voluntarios y voluntarias han llevado a cabo una auditoría energética completa de las instalaciones en tres de nuestros hogares, detectando oportunidades de mejora y proponiendo medidas concretas para reducir el consumo. Además, han ofrecido formación personalizada a parte del equipo, lo que nos permite no solo implementar las mejoras, sino mantenerlas en el tiempo, integrando criterios de eficiencia en la gestión diaria de los recursos.
Este trabajo conjunto no solo se traduce en ahorro energético y económico, sino también en un impacto directo en la calidad de vida de los/as niños, niñas y jóvenes que acompañamos. Una casa más eficiente es también una casa más confortable, segura y respetuosa con el entorno.
Por eso, agradecemos el esfuerzo, la dedicación y la sensibilidad del equipo de voluntariado de Fundación Repsol, que ha sabido escuchar, asesorar y acompañar con cercanía y profesionalidad.