Escrito por Nicola Vasini
Sana tiene 23 años y viene de Senegal. Lleva un gorro en el que ha envuelto sus largas rastas, una camisa de cuadros verde, tiene los hombros anchos y camina con una dignidad que no pasa desapercibida.
Nos encontramos en un luminoso día de primavera en el parque de la Ciutadella, en Barcelona, para charlar un rato y grabar un breve vídeo sobre su experiencia con Refugees Welcome y el camino que lo ha llevado a construir una nueva vida en la ciudad.
“Hubo momentos difíciles, sobre todo al principio, porque no conocía a nadie aquí”, cuenta Sana. Recordando los primeros meses en Barcelona, adonde llegó tras un largo viaje que pasó por Canarias y luego por Madrid. “Ahora me siento muy bien. Me gusta ir a los museos, conocer la cultura, ¡y también me gusta la playa!” añade, riendo con una sonrisa contagiosa.
Mira en YouTube de Refugees Welcome la historia de Sana
Encuentro con Refugees Welcome
“Conocimos a Sana en noviembre de 2023”, explica Flavia de Freminville, técnica de atención social de Refugees Welcome. “En ese momento se encontraba acogido en un piso de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado en situación administrativa irregular y acababa de iniciar el proceso de arraigo por formación” — un procedimiento que permite obtener una autorización de residencia temporal en España para personas que han vivido en el país al menos dos años, siempre que se inscriban en un curso formativo para mejorar su integración laboral.
Aunque ofrece una vía de regularización administrativa, el arraigo por formación presenta varios problemas y desafíos. Uno de los principales es la imposibilidad de trabajar durante el período de formación, lo que puede conllevar dificultades económicas.
“Era una situación complicada”, subraya Flavia. “Por suerte, Sana es un chico muy espabilado y logró salir adelante. Además, encontramos a Martí, con quien podía compartir piso y construir una relación de confianza.”
En febrero de 2024, Sana comenzó una convivencia con Martí, un fotógrafo catalán del barrio de Horta, colaborador habitual de los proyectos de Refugees Welcome.
“Al principio había algunas dificultades para comunicarnos, no nos entendíamos bien”, recuerda Sana sobre los primeros meses de convivencia con Martí, donde surgían pequeños malentendidos. Como explica Flavia, se trata de situaciones muy comunes, sobre todo al principio de la convivencia.
“Las personas que han pasado por un proceso migratorio como el de Sana suelen haber vivido mucho tiempo en situación precaria. Compartiendo habitación con otras personas o incluso residiendo en condiciones de infravivienda. Cuando por fin logran una mínima estabilidad, es normal que necesiten su propio espacio — también mental — y eso puede significar querer estar un poco a solas,” continúa Flavia.
“Nosotros estamos presentes para mediar en la convivencia: entre las necesidades, las diferencias culturales, los malentendidos que pueden surgir».
Mediación y escucha
El papel de la asociación no se limita a facilitar el encuentro entre quien busca alojamiento y quien está dispuesto a acoger, sino que continúa en el tiempo a través de una mediación cultural y relacional constante. «La primera figura de referencia es una persona voluntaria del municipio, el vínculo local. Para Sana es Aurélie, tienen una relación muy cercana y están en contacto cada semana. Pero si surgen situaciones más delicadas, intervenimos nosotras desde el equipo técnico”, continúa Flavia.
“Una de las frases que más escuchamos al comienzo de las convivencias es: ‘nunca nos pide nada, no habla con nosotros.’ Pero todo forma parte de un proceso. Las personas tienen códigos culturales diferentes, historias duras detrás, y necesitan tiempo. La empatía y la capacidad de ponerse en el lugar del otro son fundamentales.”
Flavia de Freminville y Sana en las oficinas de Refugees Welcome España
Un futuro que empieza ahora
“Ahora la convivencia va muy bien y me gusta vivir aquí«, dice Sana. “Hemos superado los problemas iniciales.”
Más allá de la convivencia, ahora se siente más tranquilo también porque ha logrado regularizar su situación administrativa y encontrar un trabajo. Actualmente trabaja como mozo de almacén en Mercabarna.
“Estoy muy feliz con Refugees Welcome. Me apoyan y me han ayudado mucho: con los documentos, con la casa, con mi vida aquí.”
Gracias a esta nueva estabilidad, Sana empieza a imaginar un futuro en Barcelona. Ya no se trata solo de sobrevivir, sino de tener las posibilidades reales para construir una vida propia.
