01 de agosto de 2025.-
- El presidente de la Cámara de Comercio Carlos Paniceres advierte que “la industria del siglo XXI será verde o no será”: “se trata de entender que economía y ecología van de la mano”
- Paniceres defiende cinco medidas “imprescindibles” para hacer posible en Asturias esa transición industrial y energética: claridad regulatoria, financiación accesible, apoyo institucional concreto, garantizar el suministro energético y apuesta clara por la innovación
El presidente de la Cámara de Comercio Carlos Paniceres ha advertido hoy desde los Cursos de la Granda, en Avilés, que “la industria del siglo XXI será verde o no será”; y ha defendido cinco medidas “imprescindibles” para hacer posible en Asturias esa transición industrial y energética: claridad regulatoria, financiación accesible, apoyo institucional concreto, garantizar el suministro energético y apuesta clara por la innovación.
En el marco de los Cursos de la Granda, donde ha intervenido este mediodía en la mesa bajo el título “Transición justa para una industria competitiva y descarbonizada”, el presidente de la Cámara ha defendido que “no se trata de elegir entre economía o ecología, sino entender que van de la mano”.
“Europa lo ha dejado claro: los fondos europeos, las normativas sobre emisiones y las nuevas cadenas de suministro exigen sostenibilidad. Asturias tiene que apostar por modelos productivos coherentes con los objetivos europeos de neutralidad climática, aprovechando su estructura industrial y su potencial energético. Las industrias que primero se adapten serán las más competitivas, eficientes y resilientes. Asturias debe anticiparse y liderar”, ha afirmado Paniceres; que ha recordado el peso de la industria en la economía de Asturias, pues representa en torno al 20.6% del PIB regional: lo que evidencia su “relevancia estructural”.
Carlos Paniceres se ha mostrado convencido de que “la industria asturiana cuenta con capacidades que permiten afrontar este reto”. Por ejemplo, Asturias lidera el crecimiento de empleo en I+D+i en el norte de España, con un incremento del 30 % en personal dedicado a investigación, superando los 4.700 trabajadores en más de 200 empresas innovadoras. “Y esperemos que lo mejor esté por llegar con el impulso de la industria de la defensa en nuestra tierra”.
Durante su intervención, el presidente de la Cámara ha ido desgrado las medidas que considera “imprescindibles” para facilitar esa transición industrial. La primera, garantizar un marco regulatorio estable, predecible y alineado con las directrices europeas. “Las empresas necesitan seguridad jurídica para planificar inversiones a largo plazo. Desde la Cámara defendemos que Asturias cuente con una hoja de ruta industrial clara, con metas intermedias, indicadores y plazos concretos, tal como prevé la Estrategia Industrial Asturias 2030 que está en plena revisión justo en estos momentos. Esa estrategia debe ir acompañada de diálogo y colaboración público-privada y de una evaluación constante de su impacto real”.
La segunda medida prioritaria es garantizar el acceso a financiación para la transición energética e industrial. Esto implica, por un lado, simplificar el acceso a los fondos europeos, especialmente para las pymes, que a menudo se ven frenadas por trámites complejos. A este respecto, las Cámaras pueden ser agentes colaboradores gestionando programas con rigor y eficiencia allí donde a las pymes les cuesta llegar. Y por otro lado, ha explicado, implicar impulsar líneas de ayuda específicas a consorcios y clústeres empresariales, de forma que puedan alcanzar masa crítica y compartir recursos para proyectos de innovación, eficiencia o digitalización.
Paniceres ha defendido como tercera línea de actuación, ofrecer a las empresas un acompañamiento cercano, técnico y útil durante todo el proceso de transformación. Y ha destacado aquí de nuevo el “papel fundamental” de las Cámaras de Comercio.
Hay un cuarto aspecto que es “crítico”: la garantía de acceso a energía suficiente, asequible y descarbonizada, especialmente en sectores de alto consumo como la metalurgia, la química o la siderurgia. “Es imprescindible anticipar las necesidades energéticas futuras, como la nuclear para poder competir en la captación de inversiones de base industrial”. Y esto requiere, a juicio de Paniceres, planificación energética regional coordinada, apuesta firme por las renovables (solar, eólica, biomasa) y el hidrógeno verde, inversiones en infraestructura eléctrica y almacenamiento y fomento de acuerdos público-privados para asegurar tarifas estables y suministro continuo.
Como quinta medida clave, se ha referido a la promoción de la innovación alineada con la sostenibilidad: apoyar proyectos en tecnologías limpias, eficiencia energética, captura de CO₂ o nuevos materiales, impulsar la adopción de certificaciones verdes, como la huella de carbono o los estándares ESG (Environmental, Social and Governance) y facilitar la participación en programas como Horizonte Europa, LIFE o los Digital Innovation Hubs, que permiten a las pymes asturianas internacionalizar su conocimiento y atraer inversiones.
El camino pasa por la colaboración, la anticipación y la innovación
En este contexto, el presidente de la Cámara ha apelado al tejido empresarial a actuar “con visión de futuro”, es decir, a “anticiparse, asumir riesgos, innovar y colaborar”. En este sentido, ha defendido que “la cooperación empresarial, los clústeres industriales, la conexión con centros tecnológicos y la alianza con el sistema educativo, especialmente con la Universidad de Oviedo, son elementos estratégicos. Las empresas que compartan conocimiento y lideren proyectos tractores serán las que aceleren la transformación”.
A este respecto, ha asegurado que “este es un aspecto clave que desde la Cámara de Comercio de Oviedo consideramos estratégico. A ello dedicamos importantes esfuerzos que empiezan a dar sus frutos en proyectos concretos, tractores de importantes inversiones en todo el territorio asturiano”.
