Como sabrás, el entorno empresarial actual está cambiando. Y, si hablamos del sector asegurador, debemos destacar que el rol del Chief Risk Officer (CRO) está en plena transformación.
Y es que ahora, además de velar por el cumplimiento normativo, participa activamente en las decisiones estratégicas de la empresa, abordando nuevos retos como la sostenibilidad, los riesgos cibernéticos y la cultura corporativa.
En esta entrevista, Jesús Manuel Román, director de Riesgos de Santalucía Servicios Compartidos del Grupo Santalucía, explica cómo ha evolucionado esta figura, cuáles son los principales riesgos emergentes y qué habilidades debe reunir un buen profesional de riesgos.
¿Tiene ahora esta figura un papel más destacado en la estrategia y la toma de decisiones?
Jesús Manuel Román: Sí, pero depende de cada compañía. En Santalucía formamos parte de los comités de dirección y tenemos una gran influencia estratégica. Este es el modelo al que debemos aspirar en todo el sector para que se valore nuestro trabajo más allá del simple cumplimiento normativo.
¿Cuáles son los riesgos emergentes más relevantes a corto y medio plazo?
Jesús Manuel Román: En primer lugar, el contexto económico afectado por políticas proteccionistas, que ya están impactando en los resultados del sector. También destacan los riesgos de sostenibilidad y cambio climático, que repercuten tanto en la siniestralidad como en las inversiones del sector. Las compañías aseguradoras fueron pioneras en advertir sobre los efectos del cambio climático y su repercusión en la economía y en el bienestar social.
¿Cómo aborda Santalucía el riesgo tecnológico y cibernético?
Jesús Manuel Román: Para nosotros ya no es un riesgo emergente, sino uno principal. Exige especialistas y un tratamiento específico dentro del marco general de gestión de riesgos. Además, la nueva regulación DORA nos ayuda a protegernos mejor frente a posibles incidentes tecnológicos o de seguridad de la información.
¿Qué papel juega la cultura del riesgo en la organización?
Jesús Manuel Román: Somos promotores de la cultura del riesgo, que debe estar presente en todos los niveles de la organización. Usamos un modelo de tres líneas de defensa: la primera es el propio negocio; la segunda es la nuestra, que mide y coordina riesgos; y la tercera es auditoría interna, que supervisa a las dos anteriores. Esto garantiza que todas las decisiones tengan en cuenta los riesgos de forma proporcional y adecuada.
¿Cómo se logra alinear perfiles técnicos y no técnicos dentro del equipo de riesgos?
Jesús Manuel Román: En mi equipo hay desde abogados hasta ingenieros. Cada uno tiene un nivel de especialización, pero trabajamos con un método común y un objetivo compartido: que la cultura de riesgos y sus mediciones estén bien integradas en la organización. La clave es compartir una visión de negocio que permita encajar trabajos muy diversos.
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¿Qué competencias buscas en los miembros de tu equipo?
Jesús Manuel Román: Busco compromiso, conocimientos técnicos sólidos y sobre todo visión de negocio: que entiendan el sector asegurador y cómo encaja su trabajo en la estrategia global de la compañía. Es esencial que sepan extrapolar su especialidad a las necesidades y objetivos generales de la empresa.
¿Qué habilidades consideras esenciales en un director de riesgos actual y futuro?
Jesús Manuel Román: Son imprescindibles conocimientos técnicos y visión estratégica. Hay que acompañar las decisiones con análisis rigurosos de escenarios, impactos y probabilidades. También hace falta ética profesional y capacidad para garantizar que el cliente esté bien informado, que los productos sean adecuados y que todo el proceso cumpla con la normativa vigente.
¿La gestión de riesgos requiere más orientación técnica o estratégica?
Jesús Manuel Román: Requiere ambas. Dominar la parte técnica es fundamental, pero también hay que salir de la zona de confort y aportar valor en el ámbito estratégico: ayudar a evaluar escenarios, anticipar impactos y contribuir a decisiones informadas que consideren los riesgos de forma integral.
Conclusión
La gestión de riesgos ha dejado de ser una función puramente técnica para convertirse en una herramienta estratégica esencial en el sector asegurador.
Como destaca Jesús Manuel Román, el Chief Risk Officer debe asumir un papel activo en el negocio, combinar conocimientos técnicos con visión de conjunto y promover la cultura del riesgo en toda la organización.
Solo así las compañías estarán preparadas para afrontar desafíos complejos y convertir la gestión de riesgos en una ventaja competitiva real.