Entrevista a José Jaime Linares, presidente de APPA, en ProducciónAudiovisual.com

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Cine, Televisión, Comunicados APPA, Socios

El portal web ProducciónAudiovisual.com entrevistó a nuestro presidente y director de producción José Jaime Linares sobre la profesionalización del sector, así como la situación actual y retos a futuro. Compartimos la entrevista completa.

José Jaime Linares, presidente de APPA, la Asociación de Profesionales de la Producción Audiovisual, nos habla en esta entrevista sobre la importancia que debería tener en nuestro sector una solida formación técnica, sobre los retos de la producción en España hoy en día y sobre la necesidad de estar organizado como colectivo para dignificar la profesión ante una industria en expansión.

APPA ha crecido mucho en los últimos años. ¿Cuál es tu visión actual del mercado y qué retos ves para vuestros miembros?

Así es. Ya somos casi 400 socios y seguimos creciendo. APPA es desde hace tiempo la asociación más importante de técnicos de producción audiovisual en el país, especializada en ficción —cine, series y publicidad—. No trabajamos con entretenimiento. Mi principal preocupación es el volumen de trabajo. Hay muchos proyectos, pero no siempre con técnicos suficientemente preparados. Se asumen responsabilidades sin la formación adecuada, lo que complica mucho los rodajes.

Hoy se hacen el doble de series que de películas, pero ese crecimiento no siempre ha ido de la mano de la calidad profesional. Eso es lo que más me inquieta. Hay que crecer con cabeza, con criterio. El convenio colectivo ha mejorado, sí, pero sigue siendo interpretable según cada productora, gestoría o asesor legal, lo que genera confusión entre los trabajadores. Estamos en un momento de expansión, pero lleno de dudas legales, técnicas e interpretativas.

¿Cuál es vuestra principal función?

La principal función de APPA es formar, de la mejor manera posible, a todos sus miembros. Y los miembros de APPA son profesionales técnicos de producción. De ahí su nombre: Asociación de Profesionales de la Producción Audiovisual.

Entendemos que los profesionales técnicos de producción abarcan muchos perfiles: ayudantes de dirección, ayudantes de producción, localizadores, jefes de producción, directores de producción, coordinadores, controllers, e incluso algunos productores ejecutivos.

Hay personas que comenzaron como ayudantes o jefes de producción y hoy son directores de producción o productores ejecutivos. Siguen en APPA porque toda la información que ofrecemos es muy valiosa para desarrollar proyectos y mantenerse al día con lo que ocurre en el sector audiovisual.

Además de la formación, ¿Qué papel juega APPA en la representación y defensa de los profesionales de la producción?

APPA persigue un sueño: la dignificación del sector de la producción. Ese es su papel dentro de la industria. Todos los técnicos de producción que están bajo su paraguas reciben formación a través de cursos, investigaciones, actualidad e información especializada, para que estén bien preparados y puedan ser competitivos en sus diferentes roles.

Queremos que se note la diferencia entre alguien formado por APPA y alguien que no. Siempre tendremos más información, más I+D. Estamos continuamente actualizándonos: nuevos softwares, nuevas aplicaciones, nuevos sistemas, legislaciones y convocatorias, etc. Siempre a la última. Ese es el objetivo.

¿Cómo funcionan las formaciones?

Los cursos formativos responden a las necesidades que nos transmiten los propios socios. Tenemos grupos organizados por sectores —dirección, producción, coordinación…— y cada uno tiene representantes dentro de la junta directiva. Ellos recogen las demandas y las trasladan.

Por ejemplo, si aparece un nuevo software que puede sustituir o complementar al Movie Magic, lo investigamos, analizamos costes y ventajas, y buscamos una empresa que pueda ofrecer formación. Este proceso lo replicamos en todos los sectores.

Todo esto es gratuito para los socios. Además, grabamos las formaciones y las dejamos disponibles en la nube, para que los asociados puedan consultarlas cuando quieran. Tenemos decenas, si no cientos, de cursos archivados.

¿Qué requisitos y pasos deben cumplir quienes deseen asociarse a APPA?

Es un proceso similar al de la Academia de Cine u otras asociaciones. Distinguimos entre socios agregados y socios de número.

Los socios de número —o de mayor rango— deben acreditar haber realizado al menos tres producciones en el rol que declaran. Por ejemplo, si alguien quiere inscribirse como jefe de producción, tiene que demostrar que ha trabajado al menos en tres producciones como tal. Debe presentar su currículum, y nosotros verificamos la información con rigor. Además, necesita el aval de dos socios de APPA.

El socio agregado tiene requisitos más flexibles: basta con haber participado en una producción. Su cuota es más baja, la mitad que la de un socio de número, pero también tiene menos derechos —no puede formar parte de la junta directiva ni ocupar ciertos cargos—, aunque tiene acceso a toda la información.

Esto nos permite garantizar que los miembros de APPA tienen ADN profesional: todos han demostrado con hechos su trayectoria. No estamos mezclados con personas ajenas al sector. Sabemos exactamente qué ha hecho cada socio.

El acceso de nuevos profesionales al sector audiovisual puede resultar complejo. Desde tu experiencia, ¿Cómo ves las oportunidades actuales para quienes intentan incorporarse?

Es cierto. Hay mucha gente queriendo entrar, pero no lo consigue. Y no es exclusivo de este sector; pasa también en otros que son peculiares o distintos del mercado general. Si quieres trabajar en una gran superficie, suelen contratar en temporadas altas como Navidad. Pero entrar en una película o serie es más difícil: hay mucho riesgo, mucha responsabilidad.

Me recuerda al fútbol. Miles de jóvenes quieren ser futbolistas, pero los clubes no dan tantas oportunidades. No es fácil entrar, hay que pasar pruebas y solo entran los mejores. Nuestro sector también es muy cerrado. Acceder a un departamento no es sencillo. Hay que saber encontrar la oportunidad y aprovecharla. Siempre digo que una de las puertas más accesibles es entrar como becario. Así entras en un círculo que, de otro modo, está cerrado.

Ahí es donde hay que darlo todo: el 150%. La gente tiene que ver cómo trabajas, tu actitud. Si no aprovechas esa primera oportunidad, será difícil tener otra. Pero si lo haces bien, llegará una segunda, y luego una tercera. Lo complicado es meter el pie por primera vez.

Por cierto, ¿Cómo es la calidad de vida del profesional audiovisual hoy? ¿Es posible equilibrar lo personal y lo profesional?

No es fácil, pero se puede. Eso sí, hay cosas que uno tiene que dejar de lado.

Este sector funciona con horarios y temporadas que no se ajustan al resto de profesiones. No se puede vivir como quien trabaja en una oficina o en un banco. Ellos pueden planear vacaciones en agosto; nosotros solemos rodar más en verano, aprovechando la luz. Esas son nuestras temporadas altas.

También nos movemos según los incentivos fiscales, hacia Canarias o el País Vasco, por ejemplo. Y a veces se encadena un proyecto tras otro. A mí me cuesta decir que no, sobre todo a personas que confiaron en mí desde el principio. Pero es complicado.

Aun así, yo lo hago. Tengo mi vida familiar, mi hijo, y logro compatibilizarlo. Evidentemente, hay cosas que se quedan fuera. Mientras trabajas y estás con la familia, la parte que más se sacrifica es la personal, la de tus hobbies. Antes salía más con la bici, ahora es difícil.

Conozco compañeros que van al gimnasio a las seis de la mañana para estar listos a las ocho en el rodaje. Se puede hacer, pero requiere sacrificios. Lo que no puedes esperar es tener un trabajo de ocho horas de lunes a viernes y planear tus vacaciones con meses de antelación. En este oficio, eso es casi imposible.

Está claro, somos parte de una industria particularmente compleja y desafiante. Teniendo esto en cuenta, ¿Qué cambios necesita el sector para proteger mejor a sus profesionales?

Me encantaría que el sector estuviese bien organizado a través de asociaciones. Faltan muchas asociaciones de técnicos. Hay quien dice: “Estamos asociados, tenemos un grupo de WhatsApp”. Pero eso no es una asociación. Que los de cámara o los eléctricos tengan sus grupos no significa nada.

Una asociación es otra cosa. Solo desde ahí podemos sentarnos en una mesa redonda con representantes de todos los sectores, llegar a conclusiones, acuerdos y ejercer presión ante las instituciones.

Un grupo de WhatsApp es un patio de opiniones desordenadas. No se puede construir nada serio así. La gente tiene que dar el paso. Cuesta montar una asociación, pero es el camino para defender lo propio. Ocho personas debatiendo en una mesa son más eficaces que mil debates sueltos.

Por último, ¿Qué puedes decirnos del futuro de APPA?

Las líneas de trabajo están claras. Sabemos hacia dónde vamos. Queremos seguir creciendo, pero con cabeza. No nos preocupa la velocidad, sino la calidad. Y lo estamos consiguiendo. Esperamos que más técnicos se asocien y que, desde esa plataforma común, podamos crecer todos. A veces vemos el cine americano como un ideal, pero allí también funcionan así, con estructuras asociativas.

Las quejas en un bar, con una cerveza, no cambian nada si no estás asociado. Si de verdad quieres que tu voz se escuche, tienes que dar pasos y estar en un lugar desde donde se pueda actuar. APPA es uno de esos lugares. Y hay otras asociaciones muy buenas en otros sectores.

Invito a todos a unirse, para avanzar con criterio y dar sentido a lo que hacemos.

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