Los suelos sobre los que crece la vid tienen una enorme influencia en el perfil y la personalidad de un vino. A diferencia de otras frutales, la cepa es una planta de secano que requiere de terrenos pobres, aireados o pedregosos, que faciliten un buen drenaje y en los que sea capaz de profundizar en busca de la humedad que necesita. Pero, a la vez, deben ser ricos en nutrientes.
El minifundismo que caracteriza a nuestra Denominación de Origen y su división en cinco subzonas da como resultado que, dentro de un perfil predominantemente granítico, existan diferentes composiciones, profundidades, estructuras de suelo y tipos de roca que explican la amplísima variedad de vinos D.O. Rías Baixas que tenemos, con matices diferentes y notas gustativas y olfativas distintas. Si a esto unimos que además de Albariños 100%, elaboramos coupages con otras variedades autóctonas, y que en nuestro territorio conviven viñedos pegados al mar con otros en terrazas o bancales sobre la ribera de los ríos, con climas, orientaciones y orografías diferentes… Pues eso, que tenemos casi tanta variedad de vinos como marcas tienen nuestras bodegas.
Tipos de suelos vinícolas en la D.O. Rías Baixas
¿Y qué tienen de diferente los suelos de la D.O. Rías Baixas respecto a otras zonas vitivinícolas? ¿Cómo se notan esas características en los vinos? ¡Vamos con todo!
Suelos graníticos
Los suelos graníticos son los que predominan en general en toda Galicia, más en Ourense, Pontevedra y la zona oeste de A Coruña, y específicamente en la D.O. Rías Baixas. En nuestra subzona del Val do Salnés, el granito se expresa profundamente en los vinos, gracias a la presencia de esta roca y xabre, el granito descompuesto por la acción del mar y un tipo de roca muy poco presente fuera de Rías Baixas. Las montañas graníticas también predominan en nuestra subzona de Soutomaior, pero es un tipo de roca que existe en todas nuestras subzonas.
¿Y qué aporta el granito a los vinos? Pues características que ya has identificado en una copa de Albariño D.O. Rías Baixas. Hace que los vinos sean ligeros y frescos y, a la vez, ayuda a conservar la acidez presente en la uva, una de las cualidades más destacadas en nuestra variedad reina.
Los vinos tintos producidos en terrenos graníticos como los Rías Baixas Tintos tienen menos taninos, por lo que resultan más ligeros y frescos que otros de este tipo. El granito, que además de la D.O. Rías Baixas, está presente en parte de la zona del Ródano (Italia) también ayuda a conservar los aromas propios de las variedades de uva.
Esquistos, en la zona central de Galicia
Esta roca que surge de la metamorfosis de sedimentos arenosos, arcillosos y mixtos de silicio y carbonato está presente en una veta que recorre Galicia de norte a sur por su zona más central. Por eso se encuentra en nuestra subzona Ribeira do Ulla, conviviendo con los suelos graníticos. Los esquistosos son suelos cálidos en los que las raíces profundizan bien y favorecen tanto la acidez como el sabor a fruta, dando lugar a vinos con mayor complejidad aromática, con notas a frutos secos, y persistencia, más minerales que salinos. Este tipo de suelos también predominan en la zona del Ribeiro.
Depósitos cuaternarios y sedimentarios
En nuestras cinco subzonas también existen suelos aluviales y co-aluviales de la época cuaternaria, formados por gravas, arenas y arcillas, tanto localizadas en la subzona del Condado do Tea como en los municipios de Sanxenxo, Meaño, Cambados y Ribadumia (Val do Salnés), y a lo largo y en la desembocadura del río Umia, con depósitos limo-arcillosos. Estos suelos, presentes en nuestra subzona de O Rosal y en Valdeorras, son fértiles y producen muchos racimos, aunque enmascaran ligeramente las propiedades de la uva, en comparación con el granito, por ejemplo.
Rocas metamórficas
En menor medida, concentradas en el municipio de Sanxenxo del Val do Salnés y en los de O Rosal y Tomiño, de la subzona de O Rosal, existen en la D.O. Rías Baixas suelos con rocas metamórficas, en algún caso pizarrosas, que producen vinos más minerales con una acidez más matizada.
La estructura del suelo en los viñedos de la D.O. Rías Baixas
Más allá del tipo de roca que origina el suelo de un viñedo, también tienen su relevancia otros factores, como la profundidad del suelo, que beneficia el desarrollo de la vid, pero puede reducir la concentración de aromas y sabores. Además, son importantes los nutrientes, el pH, que en Rías Baixas tiene a ser ácido, y la inclinación del suelo. ¿Y qué pasa con la estructura, con la textura de la tierra donde enraízan las viñas?
En función del calibre de las partículas que forman los suelos, los terrenos vinícolas se clasifican en gravas, arenas y arcillas. Los suelos pedregosos aluviales retienen el calor de manera eficiente, lo que puede resultar en vinos más concentrados y con mayor estructura. Los suelos arenosos o francoarenosos, que abundan en nuestra D.O. producen vinos más suaves, poco alcohólicos, ácidos y aromáticos y los suelos arcillosos producen vinos de menor graduación, con volumen y estructura.
Como ves, la diversidad de suelos es grande, tanto como la de nuestros vinos, en la que no solo influyen los suelos, sino como dijimos al principio, el clima, la altitud, orografía, inclinación y la orientación del terreno y, por supuesto, la elaboración. Nadie lo describió mejor que el gurú británico Tim Atkin en este mismo Blog:
“Hay suelos de granito, pero también de xisto (pizarra), de arcilla y de arena. La proximidad del mar, de los ríos y de las rías también influye, al igual que la altitud, la exposición al sol, el sol de la mañana, de la tarde, la exposición al sur, norte… y la manera en la que los enólogos elaboran los vinos: sobre lías, en huevos de granito, con madera, con maloláctica, con fermentación con pieles…
Hay muchos vinos D.O. Rías Baixas, no hay un solo carácter, no hay un solo Albariño, no hay un solo D.O. Rías Baixas” .
La importancia de los suelos para las variedades de uva autóctonas de Rías Baixas
La peculiaridad de nuestros suelos no solo afecta al perfil de nuestros vinos y hace que sean Blancos como Ningunos, difíciles de replicar en otras zonas del mundo donde ya se cultiva Albariño desde hace mucho tiempo, sino que también ha salvado la supervivencia de nuestras variedades autóctonas. ¿Cómo?
La producción de vino estuvo francamente amenazada en toda Europa desde finales del siglo XIX. La filoxera, una plaga procedente de América que arrasó viñedos de todo el continente, encontró en unas pocas zonas de España un enemigo natural: el suelo. La filoxera, que sigue sin estar erradicada y obliga a injertar las plantas de vid autóctonas en pies americanos resistentes a la plaga, es un insecto que se alimenta de las raíces de las cepas. Para avanzar, crea túneles en el subsuelo que, en terrenos arenosos, silíceos y con esquistos se desmoronan. Así que las características de nuestros suelos y la dispersión de nuestros viñedos hicieron que aún existan en nuestra Denominación viñedos en pie franco, prefiloxéricos, que permitieron mantener, identificar y extender el cultivo de variedades autóctonas como nuestra uva reina, la Albariño.
Con estas pistas, tal vez te resulte más fácil identificar qué vinos de Rías Baixas y de qué zonas pueden gustarte más. De todas formas, y como decía Tim Atkin, no hay un solo D.O. Rías BAixas Albariño, un solo vino D.O. Rías Baixas, así que la mejor manera de saber cuál es el mejor para ti es catando diferentes elaboraciones. Todas tienen una alta calidad, garantizada por la Denominación de Origen Rías Baixas
¡Salud!