"La cosa más valiosa en el mundo es el tiempo"

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Después de una semana marcada por giros, datos mixtos y la cautela de los bancos centrales, los mercados internacionales cerraron el viernes con subidas, que no conseguían salvar las caídas semanales. Los inversores oscilaron entre el optimismo por la resiliencia de la economía y la preocupación por lo que ello implica para futuras bajadas de tipos. Los principales índices —S&P 500, Eurostoxx 50 y MSCI World— registraron movimientos leves.

En este contexto, la sensación general es de pausa. La Reserva Federal sigue caminando por la delgada línea entre contener la inflación y sostener el crecimiento, y cada nueva publicación macroeconómica tiene el potencial de marcar el rumbo de los próximos meses. Como se dice en la mítica película Wall Street: “La cosa más valiosa en el mundo es el tiempo.” Para la Fed, el reto precisamente es gestionar ese tiempo: actuar lo bastante pronto para contener la inflación, pero sin asfixiar el crecimiento.

Se agota el plazo para evitar un cierre de la Administración

La semana estuvo dominada por el riesgo de un cierre parcial de la Administración estadounidense. Aunque la Cámara de Representantes aprobó una prórroga presupuestaria, los demócratas en el Senado se resistieron a respaldarla, lo que llevó a la Casa Blanca a amenazar con recortes en personal considerado no esencial. La posibilidad de un acuerdo de última hora sigue abierta, pero la incertidumbre pesa sobre los mercados. Hoy tendremos una reunión en la que Donald Trump espera cerrar la prórroga con los demócratas.

Más allá del ruido político, los datos económicos mantienen un tono positivo. El PIB del segundo trimestre se revisó al alza hasta el 3,8%, apoyado por un consumo robusto. Las solicitudes de desempleo cayeron, disipando temores de un deterioro laboral, mientras que la inversión empresarial mostró dinamismo. Sin embargo, los datos del mercado laboral que se publicarán en los próximos días serán decisivos. Un resultado en línea con las expectativas reforzará la idea de recortes de tipos graduales; en cambio, una sorpresa podría inclinar la balanza hacia decisiones más agresivas por parte de la Fed.

El consumo sigue siendo el motor de la economía: en agosto repuntó un 0,4% y se mantiene una tasa de ahorro relativamente elevada (4,6%). Esto ha llevado a que las proyecciones de la Fed de Atlanta anticipen un crecimiento cercano al 4% para el tercer trimestre, reforzando la narrativa de solidez, aunque también prolongando el dilema inflacionario. En los últimos días, las rentabilidades de la deuda estadounidense han repuntado al calor de dichas cifras.

Divergencias en la zona euro

Mientras, en Europa la calma ha predominado en los mercados de deuda, aunque con contrastes notables. Cuando Francia afronta dificultades para cumplir compromisos fiscales, Italia podría cerrar el año con un déficit inferior al 3%. Estas divergencias subrayan la complejidad de la política fiscal en la eurozona. Además, seguimos viendo revisiones de rating, en las que la periferia se ha beneficiado por su buen momento económico.

Geopolítica

En paralelo, los riesgos geopolíticos siguen al alza. Las incursiones aéreas de Rusia en espacio europeo y las declaraciones de líderes occidentales han devuelto a primer plano la necesidad de aumentar el gasto en defensa. A corto plazo, el estímulo fiscal podría dar cierto soporte al crecimiento, aunque la actividad se mantiene contenida en torno al 1–1,5%. La inflación, en cambio, podría relajarse gracias a la presión deflacionista de las importaciones chinas, lo que abre margen a que el BCE considere recortes en 2026.

Reino Unido

En el Reino Unido, los últimos informes apuntan a un desfase presupuestario de unos 30.000 millones de libras, que previsiblemente se cubrirá con una serie de incrementos fiscales de menor calado. El gobierno británico sigue muy condicionado por la evolución de las rentabilidades globales: una caída aliviaría la presión sobre Starmer y Reeves, mientras que un repunte en los tipos a largo plazo fuera del país agravaría sus dificultades. El panorama podría complicarse aún más en caso de que Starmer fuese apartado y el Partido Laborista girase hacia la izquierda. Prueba de ello son las declaraciones de Andy Burnham, actual alcalde de Mánchester y principal aspirante a sucederle, quien la semana pasada criticó abiertamente a los mercados de deuda y planteó un aumento del endeudamiento de 40.000 millones de libras para financiar vivienda social.

En Japón

La atención está puesta en las elecciones de liderazgo del LDP (Partido Liberal Democrático). Shinjirō Koizumi parte con ventaja para convertirse en primer ministro, lo que podría impulsar al yen y a los bonos soberanos (JGB), al amparo de una plataforma de ortodoxia en política económica. Ahora mismo, el mercado ve probable que el Banco de Japón suba los tipos oficiales hasta el 0,75% a finales de octubre. Con la inflación aún por encima del 2% y un mercado laboral muy ajustado que sostiene los salarios, tampoco sería sorprendente que el BoJ dé más claridad sobre su visión del tipo nominal neutro.

Mercado de crédito

Por su parte, el mercado de crédito continúa mostrando una fortaleza notable, con elevada demanda en las subastas recientes. Aunque los diferenciales están ajustados, algunos analistas argumentan que los inversores, en carteras diversificadas, podrían estar más que compensados frente al riesgo de impago, justificando valoraciones que en apariencia lucen exigentes. En un entorno de abundante emisión soberana y dudas fiscales, los bonos corporativos parecen mantener su atractivo relativo.

De cara a los próximos días, se espera que el Tribunal Supremo rechace la tentativa de Trump de destituir a Lisa Cook. También podría intensificarse el enfrentamiento político en torno al cierre de la Administración, anunciarse el próximo presidente de la Fed y sumarse un amplio abanico de factores internacionales y geopolíticos con impacto en los mercados. La semana pasada comenzó de forma inusualmente tranquila, incluso en la Asamblea General de la ONU, donde el discurso de Trump pasó casi inadvertido, en marcado contraste con las risas y burlas de hace seis años. En cuanto a la publicación de datos macroeconomicos, la atención de la próxima semana se centrará en el informe de empleo de EE.UU., que se publicará el viernes. Además, se conocerán indicadores de confianza relevantes: el lunes la encuesta empresarial de la Comisión Europea, el martes el índice de confianza del consumidor del Conference Board en EE.UU. y, el miércoles, la encuesta Tankan en Japón (encuesta económica a corto plazo de empresas japonesas, realizada trimestralmente por el BoJ para evaluar la confianza empresarial y las tendencias económicas). También se publicarán las lecturas finales de los PMI de septiembre en distintos países, especialmente el miércoles y viernes. Tras las reuniones de los principales bancos centrales, los inversores parecen tomarse un respiro para reevaluar el contexto. Los índices de volatilidad permanecen en niveles bajos, lo que indica que el apetito por el riesgo se mantiene, aunque los datos de posicionamiento de Deutsche Bank sugieren que las carteras aún no muestran una exposición excesiva a activos de mayor riesgo como la renta variable. Ahora que nos adentramos en el último trimestre de un año convulso, es difícil pensar que la calma se prolongue demasiado. Pero, por ahora, es un buen momento para hacer una pausa y reevaluar lo que viene por delante.

Buena semana.

Jorge González Gómez
Director de Análisis
Recapiti
Armando