Entre la calma y la cautela

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Los mercados cerraron la semana con un tono mixto, pero más optimista en renta variable. En Estados Unidos, el S&P 500 subió un 0,5%, el Nasdaq 100 avanzó 0,7% y el Dow Jones repuntó también 0,5%, apoyados en el rebote de los bancos regionales —el ETF SPDR S&P Regional Banking ganó 1,6%, con Zions (+5,8%) y Western Alliance (+3,1%) al frente—. El MSCI World Index apenas sumó 0,1%, mientras el Russell 2000 cedió 0,6%. En el plano empresarial, Oracle cayó un notable 6,9% tras decepcionar con su perspectiva de crecimiento en inteligencia artificial. Por su parte, en renta fija, las TIR del Treasury a diez años subieron tres puntos básicos al 4,00%, mientras los bonos alemanes y británicos repuntaron ligeramente. El dólar se mantuvo estable; el Bitcoin bajó hasta los 105.000 dólares; el Brent sumó un 0,3% hasta 61,3 dólares por barril y el oro retrocedió un 2,2%, hasta 4.213 dólares la onza.

China y EE.UU.

La semana cerró con un tono más constructivo de lo que habíamos visto en días anteriores. En Wall Street, los comentarios conciliadores de Donald Trump hacia China devolvieron algo de calma. El presidente moderó su amenaza de imponer aranceles del 100% a China. Pese al discurso proteccionista, la Casa Blanca parece consciente de la interdependencia que aún une a ambas potencias, especialmente en minerales críticos, y busca evitar un choque que pueda dañar la economía estadounidense o los mercados financieros.

En paralelo, el presidente estadounidense intenta reforzar su perfil internacional tras los avances en Gaza, orientando ahora sus esfuerzos hacia una negociación con Rusia, con la convicción de que asfixiar la financiación del Kremlin podría ser clave para frenar la guerra en Ucrania. Mientras tanto, el shutdown de la Administración estadounidense sigue pesando sobre la economía: la parálisis administrativa impide la publicación de datos oficiales, los aeropuertos comienzan a sufrir ausencias de personal y el riesgo de una mayor disrupción aumenta.

Zona euro

En Europa, la atención estuvo centrada en la inflación y en la estabilidad política. El IPC de la eurozona de septiembre confirmó un aumento mensual modesto del 0,1%, tal como se esperaba. Durante el mes, los precios de energía, alimentos y servicios cayeron un 0,9%, mientras que los bienes subieron un 2,2%, impulsados por la recuperación de la ropa. En términos anuales, la inflación general repuntó ligeramente hasta 2,2%, con la subyacente en 2,4%. Los mayores impulsores siguen siendo los alimentos (3%) y los servicios (3,2%), mientras la energía suaviza su caída (-0,4%) y los bienes se mantienen estables (0,8 %).

En Francia, la agencia S&P rebajó la calificación crediticia del país de AA- a A+, citando la persistente incertidumbre sobre las finanzas públicas tras la suspensión de la reforma de pensiones. Pese a la presentación del presupuesto para el 2026 en el Parlamento, la incertidumbre se mantiene elevada. El primer ministro Sébastien Lecornu logró superar dos mociones de censura, consolidando su posición tras comprometerse a suspender una ley impopular que aumentaba la edad de jubilación. En Reino Unido, los gilts repuntaron gracias a señales de moderación salarial, impulsando las expectativas de recortes de tipos por parte del Banco de Inglaterra, mientras el avance del partido Reform UK limita tensiones dentro del Gobierno laborista.

En Japón, la ruptura de la coalición LDP-Komeito ha generado incertidumbre política, aunque se espera un gobierno minoritario liderado por el LDP. El Banco de Japón probablemente mantendrá tipos estables este mes, aunque un ajuste en diciembre no se descarta.

El foco también se ha desplazado hacia los mercados de crédito privado, donde las recientes quiebras de Tricolor Holdings y First Brands Group han actuado como recordatorio de que no todo está en calma. Ambos casos han reavivado las dudas sobre la calidad y transparencia de los fondos BDC (Business Development Companies), vehículos cotizados que agrupan préstamos privados. La reacción no se ha hecho esperar: las acciones de los BDC han caído a mínimos de varios años y los diferenciales de sus bonos se han ampliado, reflejando el creciente escepticismo de los inversores ante la opacidad del sector. No obstante, el entorno macro —con una Fed más dovish y tipos a la baja— sigue favoreciendo el crédito corporativo público, donde el apalancamiento es menor y las valoraciones parecen más razonables.

En cuanto a la política monetaria, el mensaje de la Reserva Federal se mantiene prudente, pero cada vez más dovish. El presidente de la Fed de San Luis, Alberto Musalem, sugirió que podría apoyar un nuevo recorte de 25 puntos básicos para apoyar un mercado laboral que da señales de fatiga. Los inversores prevén esa rebaja en la reunión de octubre, y otra potencial en diciembre, mientras el mercado espera que el IPC de septiembre confirme una moderación en la inflación subyacente.

En el frente empresarial

La atención estuvo el viernes en nombres de peso. Oracle cedió casi un 7% tras decepcionar con sus previsiones sobre el negocio de inteligencia artificial en la nube. En contraste, American Express batió expectativas con su nueva tarjeta Platinum. Trump también apuntó a la industria farmacéutica, insinuando una rebaja drástica en el precio de Ozempic, lo que lastró a Novo Nordisk y Eli Lilly. Por su parte, BYD, el gigante chino de vehículos eléctricos, anunció la retirada de más de 115.000 coches por defectos técnicos, recordando que el crecimiento acelerado a veces pasa factura en control de calidad.

Hoy hemos conocido que el PIB de China creció un 4,8% interanual, superando las previsiones del 4,7% pero más lento que el crecimiento del 5,2% en el segundo trimestre. El dato también fue la lectura más débil del PIB desde el tercer trimestre de 2024.

Durante la semana que comienza, los PMI de las principales economías ofrecerán pistas sobre la resistencia de la actividad. Hasta ahora, el sector servicios ha mostrado una recuperación más sólida tras el impacto de los aranceles de abril que la industria manufacturera, aunque la producción industrial en la eurozona sugiere cierta debilidad. En Estados Unidos, la incertidumbre generada por el shutdown complica la interpretación de los datos, pero se espera que el IPC de septiembre, cuya publicación está prevista para el 24 de octubre, muestre un crecimiento estable en la inflación subyacente, sin aceleración por los aranceles y sin alivio de la inflación por encima del objetivo. Si se levanta el cierre administrativo, otros indicadores, como el empleo o la vivienda, podrían publicarse rápidamente, algo que los mercados esperan ansiosos, ya que como diría Gordon Gekko “la cosa más valiosa del mundo es la información” y últimamente andamos un poco escasos de ella. En el Reino Unido, la inflación de servicios podría continuar moderándose, aunque el BoE probablemente se guiará más por el presupuesto de noviembre que por los datos intermedios. Por su parte, en Japón la inflación debería estabilizarse tras meses de desaceleración. Finalmente, tendremos que estar pendientes de la presentación de resultados corporativos, que ganara algo de ritmo.

Buena semana.

Jorge González Gómez
Director de Análisis
Recapiti
Armando