Queridas autoridades, queridos empresarios y empresarias, queridos amigos y amigas:
Muy buenos días y gracias, de corazón, por acompañarnos hoy en este acto tan especial para la Cámara de Comercio. Gracias también a quienes representáis a las instituciones, al mundo empresarial, a la sociedad civil y, por supuesto, al Real Oviedo, protagonista indiscutible de este día.
Hoy nos reunimos para celebrar un reconocimiento que es también una declaración de principios. Porque cuando la Cámara de Comercio entrega su Medalla de Oro, no entrega solo una distinción: expresa una convicción.
Reconocemos a quienes, desde su ámbito, ayudan a construir una Asturias más fuerte, más cohesionada, más competitiva.
Hace unos meses, esta distinción fue concedida al Tribunal Superior de Justicia de Asturias, símbolo del respeto al Estado de Derecho y de la confianza institucional. Su presidente, Jesús Chamorro, nos acompaña en este acto como varias de las personas que recibieron nuestra medalla de oro.Hoy la entregamos al Real Oviedo, símbolo del esfuerzo colectivo, de la superación, de la identidad y del orgullo compartido.
Las Cámaras: vertebradoras de progreso
Ese es, precisamente, el espíritu que inspira la existencia de las Cámaras de Comercio: ser puentes, vertebrar, unir.
Las cámaras no son meros organismos corporativos: somos instituciones al servicio del bien común.
Defendemos el emprendimiento, apoyamos la internacionalización, impulsamos la formación y trabajamos para que la economía asturiana sea más innovadora, más abierta y más inclusiva.
Nuestra misión es facilitar que las empresas crezcan para que Asturias crezca con ellas.
Y por eso reconocemos hoy al Real Oviedo: porque representa, en el terreno deportivo y emocional, exactamente lo mismo que defendemos en el terreno económico y social.
Un proyecto con raíces y con futuro, que sabe de crisis y de renacimientos, y que demuestra que cuando una comunidad se une en torno a un propósito común, no hay obstáculo ni dificultad que no pueda superarse.
Buenas noticias para Asturias: educación y defensa
Estamos, además, en un momento de buenas noticias para Asturias.
Esta misma semana se ha confirmado el aterrizaje definitivo de las universidades privadas en nuestra región, con la Universidad Alfonso X a la cabeza.
Su llegada no es solo una noticia educativa: es una gran noticia económica.
Significa más oferta formativa, más atracción de talento, más empleo, más actividad económica.
La Cámara ha ayudado con discreción y con firmeza para permitir que este proceso llegara a buen puerto, convencida de que la educación y la empresa son dos pilares inseparables del progreso.
Asturias no puede renunciar a competir también en conocimiento. Y hoy damos un paso adelante en ese terreno.
También el sector industrial y de la defensa nos ofrece motivos de esperanza.
Los grandes contratos adjudicados recientemente a Indra y a Tess Defence, con participación de Santa Bárbara Sistemas, Sapa y Grupo Escribano, van a generar cientos de empleos directos y miles de indirectos en Asturias.
La fabricación de vehículos blindados en Gijón y Trubia supone una inversión multimillonaria y una apuesta de país que coloca a nuestra tierra en el mapa de la innovación industrial.
Y como ya tuve ocasión de señalar recientemente es una gran noticia para Asturias. Hablamos de unos contratos adjudicados a empresas comprometidas no solo de palabra, sino también de hechos, con nuestra tierra.
Así lo demostró hace unas semanas el presidente de Indra, Ángel Escribano, aquí en la propia Cámara de Comercio de Oviedo, justo en esta sala, donde reafirmó la apuesta de la compañía por consolidar en Asturias un polo industrial y tecnológico de referencia.
Estamos ante una industria tractora y transformadora, generadora de empleo y motor de crecimiento. Esto supondrá una fortísima dinamización para nuestra economía y un impulso decisivo al tejido productivo asturiano.
Se empiezan a ver ya los frutos de una apuesta que se hizo hace tres años, que el Gobierno de Adrián Barbón supo ver y que, a través del consejero de Ciencia, Borja Sánchez, y del director de la Agencia Sekuens, David González, se ha trabajado con constancia, con rigor y con visión de futuro.
Algunos llevamos tiempo soñando con que exista una gran industria transformadora en las instalaciones del Tallerón, en La Vega, o en los polígonos de las cuencas mineras. Y lo mejor de todo es que estamos convencidos de que lo mejor aún está por llegar.
Asturias empieza, por fin, a recuperar su pulso industrial y a mirar el futuro con ambición.
Y desde la Cámara queremos seguir siendo un motor de esa confianza colectiva.
Un compromiso con la justicia y con Asturias
Y hablando de confianza, también tenemos el deber de alzar la voz cuando las cosas son injustas.
Y pocas injusticias hay tan clamorosas como el peaje del Huerna, que castiga a nuestra región desde hace décadas.
Bruselas ha reconocido que la prórroga de la concesión es nula de pleno derecho, y pese a ello el Gobierno central insiste en mirar hacia otro lado.
No se trata de un debate técnico, sino de un agravio económico y moral.
Mantener ese peaje es mantener una barrera artificial al progreso de Asturias.
Por eso, desde la Cámara, hemos hecho un llamamiento claro y firme para participar hoy, viernes, a las cinco y media de la tarde, en la manifestación que partirá de la estación Norte de RENFE y llegará hasta la Escandalera, donde se leerá un manifiesto por el fin de esta injusticia.
No es una cuestión política: es una cuestión de dignidad y de futuro.
Asturias no pide privilegios, pide justicia. Y la justicia, cuando se retrasa, deja de ser justicia.
El Real Oviedo, símbolo de una Asturias que resiste y que cree
Y en medio de todo esto, el Real Oviedo representa como nadie el espíritu de esta tierra: una mezcla de orgullo, resistencia y fe en el porvenir.
El Comité Ejecutivo de la Cámara aprobó por unanimidad concederle esta Medalla de Oro porque es una institución centenaria que ha contribuido —y seguirá contribuyendo— al progreso social, cultural y económico de Asturias.
Porque ha sido, y es, un motor de cohesión territorial y emocional, un embajador de Oviedo en el mundo, y un ejemplo de cómo la adversidad puede convertirse en estímulo colectivo.
Como escribí en el libro del centenario:
“El Real Oviedo no necesita justificar su grandeza. Es una de esas ficciones mágicas que sostienen a una comunidad. No hace falta ganar la Champions League para ser inmortal. Basta con resistir, subir, creer, volver.”
Y como recordaba Dolores Medio en Nosotros, los Rivero,
“Las raíces no se ven, pero son las que sostienen.”
El Real Oviedo es una de esas raíces invisibles que sostienen a esta ciudad, que la hacen más fuerte, más suya, más nuestra.
Y también podríamos decir, con Clarín en La Regenta, que
“En Vetusta, cada piedra tiene su historia, cada historia su pena, y cada pena … su orgullo.”
Eso es el Real Oviedo: historia, pena, orgullo y esperanza, todo en uno.
Por eso esta Medalla de Oro no es solo un homenaje al pasado: es una apuesta por el futuro.
Acompañamos al Real Oviedo en su centenario, pero también en su camino hacia nuevas metas, convencidos de que su éxito será también el éxito de toda Asturias.
Quiero terminar agradeciendo la presencia de José Armando Tellado, director general de Central Lechera Asturiana, que ha ejercido hoy como glosador del homenaje. Nadie mejor que él —empresario y deportista— para poner palabras al sentimiento que nos une.
Y quiero también, con un guiño de humor, recordar que en Asturias tenemos tres certezas:
que llueve, que discutimos… y que el Real Oviedo nos hace sufrir.
Pero también tenemos una cuarta: que siempre merece la pena creer.
Muchas gracias.
¡Hala Oviedo!
¡Y puxa Asturies!