Paul Klee
Ciudad de ensueño, 1921
Acuarela sobre papel sobre cartón. 47,5 x 31 cm. Museum Berggruen, Neue Nationalgalerie, Stiftung Preußischer Kulturbesitz, Berlín
Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen: diálogo entre dos genios del arte moderno.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta, del 28 de octubre de 2025 al 1 de febrero de 2026, la exposición Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen, una muestra excepcional que establece un diálogo visual e intelectual entre dos de los creadores más influyentes del arte moderno: Pablo Picasso y Paul Klee. Organizada en colaboración con el Museum Berggruen de Berlín, la exposición está comisariada por Paloma Alarcó, jefa de Pintura Moderna del Museo Thyssen, y Gabriel Montua, director del museo berlinés.
A través de más de sesenta obras procedentes en su mayoría de la colección del Museum Berggruen y de la Neue Nationalgalerie de Berlín, la muestra rinde homenaje al legado de Heinz Berggruen, uno de los marchantes y coleccionistas más relevantes del siglo XX, cuya pasión por el arte moderno transformó para siempre la forma de entender el coleccionismo y la conservación del patrimonio artístico contemporáneo.
El jersey amarillo, 1939
Óleo sobre lienzo. 81 x 65 cm. Museum Berggruen, Neue Nationalgalerie, Stiftung Preußischer Kulturbesitz, Berlín. ©Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2025
Heinz Berggruen: un puente entre coleccionismo y arte.
Nacido en Berlín en 1914, Heinz Berggruen vivió un siglo atravesado por la guerra, el exilio y la reconstrucción. Durante su estancia en San Francisco, trabajó en el San Francisco Museum of Art y colaboró con el muralista Diego Rivera, experiencia que definió su interés por la pintura moderna. Tras su regreso a Europa en 1948, abrió en París la Galerie Berggruen & Cie, que se convirtió en un centro neurálgico para artistas, críticos y coleccionistas en una época en que París perdía protagonismo frente a Nueva York.
A partir de los años ochenta, Berggruen se consagró al coleccionismo privado, reuniendo una de las colecciones más importantes de Picasso, Klee, Matisse y Giacometti, con el propósito de preservar y difundir el arte del siglo XX. En el año 2000, su colección fue adquirida por el Gobierno alemán, dando origen al Museum Berggruen, parte de la Nationalgalerie. Este gesto de generosidad tiene su paralelo en el legado de Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, cuyo compromiso con el Estado español permitió el nacimiento del museo madrileño en 1993.
Picasso y Klee: la forma, el gesto y el espíritu.
Aunque Picasso y Klee nunca pertenecieron al mismo círculo artístico, sus trayectorias dialogan en torno a una misma idea: la transformación del arte como lenguaje universal. Picasso, más visceral, sensual y mediterráneo, se movió entre la materia y el deseo; Klee, más espiritual e introspectivo, buscó la esencia interior de las cosas. Sin embargo, ambos compartieron una incesante curiosidad por la forma, la línea y el color, así como una profunda ironía frente al mundo.
La exposición se estructura en cuatro secciones temáticas —Retratos y máscaras, Lugares, Objetos y Arlequines y desnudos— que muestran cómo ambos artistas exploraron los mismos géneros desde perspectivas diferentes pero complementarias.
Dama con lacre, 1930
Pluma y acuarela sobre papel sobre cartón. 49 x 35 cm. Museum Berggruen, Neue Nationalgalerie, Stiftung Preußischer Kulturbesitz, Berlín. Foto: Jens Ziehe
En Retratos y máscaras, Picasso y Klee redefinen el género del retrato, utilizando la deformación, la caricatura y el enmascaramiento como medios de introspección psicológica. En el caso de Picasso, obras como Cabeza de mujer (1906-1907) o Desnudo femenino (Estudio para Las señoritas de Aviñón) (1907) revelan su fascinación por las máscaras africanas y la expresividad del rostro humano. Klee, por su parte, crea figuras que parecen flotar entre lo humano y lo simbólico, como en La señora R. viajando por el sur (1924) o Dama con lacre (1930), donde la máscara es una metáfora de la identidad fragmentada.
La sección Lugares indaga en la representación del paisaje y la ciudad como espacios de experimentación formal. Picasso, influido por Cézanne, descompone la realidad en múltiples perspectivas, mientras Klee convierte el paisaje en una composición musical, como se aprecia en Ciudad de ensueño (1921) o Casa giratoria (1921). Ambos utilizan el paisaje no como mímesis, sino como estructura mental.
En Objetos, las naturalezas muertas evidencian el interés de ambos por los materiales, los objetos cotidianos y el juego entre lo real y lo representado. Naturaleza muerta con racimo de uvas (1914) de Picasso introduce elementos del collage cubista, mientras que Klee propone arquitecturas imaginarias en obras como Porcelana china (1923) y Flor y fruta (1927), en las que la materia parece viva.
Por último, Arlequines y desnudos explora la dualidad entre el cuerpo y la máscara, el deseo y la teatralidad. Para Picasso, el arlequín simboliza al artista, figura de ambigüedad y metamorfosis, mientras que Klee lo convierte en un arquetipo entre lo humano y lo cósmico.
Un diálogo entre coleccionistas y civilizaciones.
Más allá de la comparación formal entre ambos artistas, la exposición del Thyssen rinde tributo a la figura del coleccionista como mediador cultural. Tanto Berggruen como Thyssen-Bornemisza entendieron el arte como patrimonio compartido y legado para las generaciones futuras.
En tiempos en que los museos se reconfiguran como espacios de diálogo global, Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen ofrece una lectura poética y lúcida sobre el arte del siglo XX: una conversación sin fronteras entre dos genios y dos visiones complementarias del mundo moderno.
Toda la información : Museo Nacional Thyssen-Bornemisza