Sentido y sensibilidad (Por Elena Villar)

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La insigne novelista británica Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775, con lo que este año 2025 conmemoramos el 250 aniversario de su nacimiento.

            Sense and Sensibility, conocida en castellano como Sentido y sensibilidad, fue su primera novela publicada. En ella se narra la historia de las hermanas Dashwood. Elinor simboliza el buen juicio (el sentido) y Marianne encarna las emociones (la sensibilidad).

            En inglés, el término sensibility tiene varias acepciones. Aquí, en el título de esta novela, sensibility aparece con la acepción de “cualidad de sensible”, como sinónimo de “emotividad” o “sentimentalismo”, cuya clara traducción es “sensibilidad”.

            En castellano, la palabra “sensibilidad” se corresponde, pues, en su segunda acepción, con sensibility. Pero el Diccionario de la Real Academia de la lengua española (DLE) recoge como primera acepción para “sensibilidad” la “facultad de sentir, propia de los seres animados”. Un sinónimo adecuado para esta primera acepción sería “perceptibilidad”. Y para esta significación de “sensibilidad” como “perceptibilidad” o “receptividad” existe en inglés un término específico mucho más oportuno: sensitivity.

            El DLE no recoge *sensitividad como palabra existente, sino que dentro de la única entrada “sensibilidad” se incluyen ambas acepciones: la que se corresponde con el término de Jane Austen, sensibility, y la que se corresponde con “perceptibilidad”, sensitivity.

            Cuando hablamos de Personas Altamente Sensibles (PAS) nos estamos refiriendo, en realidad, a personas altamente perceptivas. La emotividad no deja de ser una consecuencia de ese procesamiento profundo de la información que caracteriza a las PAS. Por tanto, si nos tenemos que quedar con la figura de un personaje de esta novela de Jane Austen para ilustrar lo que es una PAS, Elinor se acercaría mucho más, ya que su sentido común encaja mejor con el perfil de una PAS. Las PAS no suelen tomar decisiones impulsivas, son personas analíticas y muy juiciosas; y, aunque tengan una carga emocional importante debido a su capacidad empática, no suelen dejarse llevar por los sentimientos, y sus decisiones son más acertadas.

            Con esta reflexión acerca de los personajes de Jane Austen vemos que el término “sensibilidad” puede resultar ambiguo en el caso del castellano, principalmente cuando queremos hablar de la sensibilidad de procesamiento sensorial (SPS).

            Cuando alguien dice que es PAS, quienes escuchan suelen entenderlo de dos formas, ninguna de ellas buena: que la PAS es sensible y la no-PAS, no (lo cual supone un ataque a la “humanidad” de la no-PAS, que, evidentemente, también tiene sentimientos); o que la PAS es sensiblera, es decir, débil (lo cual supone para ella una posición de inferioridad que no es ni justa ni cierta).

            La gente acaba por identificar a las PAS como Marianne, aunque en realidad las PAS son Elinor.

            Una palabra más precisa y menos ambigua ayudaría en la comprensión del rasgo.

            El lema de la Real Academia Española es “limpia, fija y da esplendor”. No es una institución normativa, sino descriptiva, ya que documenta y recoge el uso real del español, incluyendo variaciones y neologismos. Quiere esto decir que no obliga a los hablantes imponiendo determinados usos, sino que describe cómo es el lenguaje que los hablantes utilizan. Por tanto, si los hablantes necesitan una palabra nueva (y entiendo que en este caso sí que la necesitamos), solo depende de los hablantes que esta acabe por entrar en el diccionario a fuerza de aumentar su uso. Propongo, pues, el neologismo “sensitividad”, cuyo significado se hace claro y transparente para el hablante medio que ya conoce el significado del lexema “sensitivo”, adjetivo que sí recoge el DLE, y del sufijo añadido “-idad”, para crear este sustantivo tan necesario. Y de esta manera podríamos, además, mantener la sigla PAS, pero referida a Persona de Alta Sensitividad.

            Y para finalizar, añadiremos un apunte etimológico: sensitivo viene del latín sensus, que significaba “sentido”. Por tanto, curiosamente, en el título Sentido y sensibilidad, las PAS ejemplificarán el “sentido”, y pertenecerán al “equipo Elinor”, pese a que se las pretenda incluir en el “equipo Marianne”, el de la “sensibilidad”.

            En cualquier caso, el mundo necesita tanto de Elinor como de Marianne, y esta efeméride es una maravillosa excusa para volver a disfrutar de la elegancia y del ingenio de la prosa de Jane Austen.

Elena Villar Conde

Filóloga y lingüista. Profesional PAS

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