Las delicias chinas de Cantón, Shanghái, Pekín, Sichuan… en restaurante Zhen, en plena Castellana de Madrid • LoComunicas

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  • El grupo chino de restauración Dragon Taste aspira a convertirse en el referente culinario chino

  • Se respira elegancia a través de una cuidada estética en el amplio local de tres plantas del madrileño Paseo de la Castellana

Firma: @marmota_vFR / Lo Comunicas

Treinta años de experiencia, más de doscientos restaurantes repartidos por Europa —casi un centenar sólo en Madrid—, y ahora el grupo de hostelería china más grande de España, Dragon Taste, abre su buque insignia junto a la madrileña Plaza Castilla.

Con esas credenciales, no podía resistirme a conocer Zhen (Paseo de la Castellana, 179. Madrid. Tel. 91 057 51 85), el nuevo restaurante del que todo el mundo habla. ¡Y allí me ‘colé’ en la fiesta -como decía Mecano- de presentación.  No me sorprendió, por tanto, ver el local lleno el día de su inauguración, entre los que estaban colegas periodistas gastronómicos y familiares y amigos de los ´padres’ de este nuevo local: Guo Xu Jianyong, propietario de reconocidas marcas como Go Sushing, Ramen Shifu, Dragon Kitchen o Xiaolongkan Hotpot; y Luis Chen, fundador de Sumo y Wok Garden. Después de la fiesta de inauguración no ha cesado la afluencia, sobre todo de compatriotas suyos que reconocen la autenticidad del recetario y lo celebran con entusiasmo.

¡Este tándem es toda una garantía! Y ya se dice en los mentideros que está  llamado a convertirse en el asiático de referencia. Después de mi visita, no tengo duda de que será así porque aquí no sólo se viene a comer: se viene a viajar por la cultura y la alta cocina de toda China, a recorrer el país sin moverse de la mesa, plato a plato, de norte a sur, de este a oeste ¡a un precio más que razonable!

Después de la fiesta de inauguración no ha cesado la afluencia, sobre todo de compatriotas suyos que reconocen la autenticidad del recetario y lo celebran con entusiasmo.

Elegancia en cada detalle

Entre barras, salones y elegantes comedores privados se pierde uno en este nuevo restaurante de tres plantas. La visita a Zhen es toda una experiencia viajera para el cliente porque el local, decorado por un reconocido interiorista chino, incorpora elementos de su cultura en cada detalle, desde farolillos, lienzos de escenas tradicionales del campo y la ciudad, enormes picaportes con dragones adornando las paredes y hasta una barca ‘varada’ en mitad de uno de los salones; a la vajilla, fina, delicada y sobre mesas bien vestidas.

La carta de Zhen es fascinante. Hay platos tradicionales de distintas regiones chinas —cantonesa, shanghainesa, sichuanesa y pekinesa—, y cada uno es una pequeña obra de arte. Observen el imprescindible pato Pekín asado con leña de frutas.

De momento he probado las costillitas de cerdo ibérico en salsa de ciruela, las tripas de ternera en salsa picante, la lengua de pato macerada, el lotus relleno de arroz glutinoso con miel y flores y la berenjena con salsa de ajo. Y también los clásicos rollitos primavera de verduras.

Y volveré para probar el estofado de pepino de mar con mijo, el abalón estofado con cerdo ibérico, el pimiento de hanzhou salteado con ternera o el jabalí con guindilla picante acompañado de panecillos de cereales.

También hay maravillas como el pescado ‘ardilla’ con salsa de tomate, la langosta al horno con caldo de cebolla, el foie gras en matsutake, el salteado campestre imperial (con loto, oreja de madera, tallos verdes, guisantes, pimientos de colores y camarones secos), el arroz con embutidos chinos al vapor en hoja de loto o la médula de atún en crudo.

A los postres me debatí entre la pera estofada con azúcar de roca y el postre de mango, pomelo y tapioca con leche de coco, y acabé decidiendo que había comido bastante y me decanté por un té tradicional chino para el bienestar. ¡Perfecto!

Viaje cultural

Parte de la majestuosidad la infunden sus cavas, con 130 referencias de vinos de diferentes países y espumosos, que presiden el pasillo central, sin olvidar la selección de licores chinos. La amplitud de espacios, mimados con una agradable luz indirecta, también recuerda a los grandes salones de Oriente, y los ocho reservados de la planta baja, para entre siete y veinte personas, son perfectos para celebraciones o reuniones privadas.

Zhen abre todos los días, de 13:00 a 16:30 y de 19:30 a 23:00. Tiene capacidad para 300 personas repartidas entre dos salones, dos barras y los ocho reservados. El ticket medio ronda los 35€, aunque hay menús para grupos desde 50€. Entre semana, además, ofrecen un menú del día muy completo —que cambia cada mes— por 19,50 €, con entrante, dimsum, principal, arroz o fideos, bebida y café o helado.

He salido de Zhen con la sensación de haber estado en China sin haber salido de Madrid. Una experiencia que combina el sabor, la elegancia y ese toque misterioso que solo tienen los lugares donde se nota el alma detrás de cada plato. ¡Zhen no es solo comida auténtica, es también un verdadero viaje cultural!

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