La COP30 abordará decisiones críticas sobre cómo realizar la transición más allá de una sociedad basada en los combustibles fósiles sin repetir los errores del pasado. En una nueva nota dirigida a los negociadores, la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y 16 de sus organizaciones miembros y asociadas analizan por qué y de qué manera las vías de transición deben proteger verdaderamente los derechos humanos, las comunidades y las personas defensoras. Este documento también cuenta con el respaldo del Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos (una colaboración FIDH-OMCT).
Belém, Brasil, 11 de noviembre de 2025. La emergencia climática ya está aquí. Mientras el mundo se apresura a alcanzar objetivos climáticos urgentes, el camino que elijamos para llegar allí es tan importante como el objetivo en sí. Y con la COP30 en el horizonte, los negociadores se enfrentan a un momento crucial: ¿la transición para abandonar los combustibles fósiles será una que afiance la injusticia y excluye las voces de primera línea? ¿O será una que encarne y logre los derechos humanos y la dignidad?
Hay grandes expectativas puestas en las recién iniciadas negociaciones de la ONU sobre el clima en Brasil. Sin embargo, la FIDH y 16 organizaciones advierten que los logros en materia de derechos humanos, conseguidos con tanto esfuerzo y reflejados en los borradores de los textos previos a esta COP, están ahora en peligro y deben protegerse y reforzarse.
En vísperas de la COP30, este informe de incidencia (en inglés), respaldado también por otras 12 organizaciones, ofrece recomendaciones detalladas para las negociaciones en torno a la transición justa. También analiza las buenas prácticas y los retos persistentes de las iniciativas de transición en diferentes contextos, basándose en las experiencias, la documentación y los conocimientos especializados de la FIDH, su Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos (una cooperación FIDH-OMCT) y las organizaciones miembros y asociadas de la FIDH en todo el mundo.
La COP30 ofrece una oportunidad única para situar en el centro de las negociaciones climáticas mundiales una visión de transiciones basada en el marco internacional de derechos humanos. “Transición justa” no debe convertirse en una herramienta retórica para etiquetar el statu quo. El cumplimiento de los derechos y la protección de las personas defensoras no son opcionales, sino esenciales para una acción legítima, eficaz y sostenible.
Las comunidades de primera línea y personas defensoras son los primeros en proponer soluciones eficaces, y en enfrentarse a amenazas por hacerlo. Sus voces son fundamentales para configurar transiciones que no solo sean respetuosas con el medio ambiente, sino también socialmente justas y en acuerdo con los derechos humanos. La nota recoge casos de personas defensoras acosadas, criminalizadas o silenciadas por resistirse a proyectos nocivos o pedir el fin de la dependencia de los combustibles fósiles.
La COP30 es una oportunidad para demostrar que la ambición climática y la justicia no son objetivos contrapuestos, sino imperativos que se refuerzan mutuamente. No debemos permitir que las transiciones justas repitan los errores del pasado. Deben servir como medios para un cambio sistémico que desmantele las desigualdades sistémicas y se centre en los derechos, las necesidades, las voces y los conocimientos de los más afectados.