La Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, Reem Alalem hizo un llamamiento en enero de 2024 a entidades y personas interesadas para remitir aportaciones al Informe sobre Prostitución y violencia contra las mujeres y niñas que estaba elaborando en ese momento. APRAMP acudió al llamado de la Relatora Especial y contribuyó a dicho informe trasladando la realidad y las propuestas que la entidad tiene con el fin de acabar contra esta forma de violencia y vulneración de derechos.
El Informe de la Relatora se encuentra disponible y puede consultarse al completo aquí: La prostitución y la violencia contra las mujeres y las niñas Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, sus causas y consecuencias
APRAMP se congratula y hace suyas las conclusiones y propuestas del Informe que realiza un minucioso examen acerca de la prostitución y lo que supone para la vida de las mujeres y niñas en relación con el acceso a la igualdad y el derecho a desarrollar una vida fuera de la violencia.
Según el propio Informe: “la Relatora Especial examina la violencia contra las mujeres y la explotación sexual como forma, causa y consecuencia de la prostitución, evalúa los principales marcos conceptuales y terminológicos y las normas internacionales de derechos humanos y jurídicas, y hace balance de los modelos legislativos y políticos”. Asimismo se señala que, para la elaboración del Informe, la Relatora ha contado con las aportaciones de más de 300 entidades, incluida APRAMP, y el concurso de 86 entrevistas individuales con expertas y supervivientes de la prostitución, construyendo así un relato solvente y avalado acerca del sistema de la prostitución.
De hecho, la relatora señala y reivindica la utilización del término “sistema de la prostitución” ya que el informe “se basa en la comprensión de la prostitución como un sistema de violencia, que reduce a mujeres y niñas a mercancías. Se trata de un sistema de desigualdad y discriminación basado en el sexo y otros motivos interrelacionados, que afecta a la capacidad de la mujer para alcanzar la igualdad”.
Así mismo realiza un análisis terminológico en el que reivindica la necesidad de utilizar términos como mujeres y niñas prostituidas, siendo este el termino adecuado y desechar otra terminología como “trabajadores sexuales” que no contempla el enfoque de derechos y “describe erróneamente la prostitución como una actividad tan digna como cualquier otro trabajo, ya que no tiene en cuenta las graves violaciones de los derechos humanos que caracterizan el sistema de la prostitución”.
En el marco de contextualizar el sistema de la prostitución, la Relatora señala que en el mismo existen 3 actores claves: “individuos —generalmente varones adultos o jóvenes— que compran actos sexuales; individuos —generalmente mujeres y niñas— que son el objeto de dichas compras destinadas a satisfacer esos actos sexuales; y terceros que organizan la prostitución del segundo grupo o se benefician o lucran con ella”.
A continuación, el Informe presenta un análisis pormenorizado de las causas y consecuencias de la prostitución, tanto sobre las mujeres y niñas prostituidas como sobre las mujeres en su conjunto y la sociedad en general. Recoge, igualmente, los Convenios y marcos jurídicos internacionales de derecho que aplican a la hora de abordar la erradicación de esta forma extrema de violencia y analiza las repercusiones que los diferentes enfoques de abordaje han tenido sobre la vida de las mujeres y niñas prostituidas.
Así, la Relatora señala y destaca que el enfoque abolicionista, también conocido como “nórdico” o “modelo de igualdad”, ha demostrado “resultados positivos concretos al mejorar la situación de las personas explotadas o en riesgo de serlo; disuadir a los compradores y a terceros; y reducir los estereotipos de género perjudiciales”; siendo la única propuesta que ofrece prevención, protección y alternativas de salida para las mujeres y niñas y empuja a los Estados a la expansión de los servicios de apoyo a las víctimas.
Igualmente se pone de manifiesto la negativa experiencia que supone para garantizar los derechos y la dignidad de las mujeres las experiencias de otros enfoques como el de la despenalización impulsado en Nueva Zelanda o el de la Regulación avalado por Alemania y advierte de la posibilidad de que estos enfoques afecten a los Estados “convirtiéndose en esencia en un “Estado proxeneta””.
REPERCUSIÓN EN LA IGUALDAD DE GÉNERO
La Relatora señala, igualmente, las consecuencias de la prostitución en la sociedad en general y en cómo afecta a la igualdad de género y al empoderamiento de mujeres y niñas. Advierte que: “La normalización de la compra de actos sexuales confiere al acto sexual un valor transaccional y sitúa la sexualidad en el ámbito del mercado. Ese planteamiento posibilita que se pueda considerar que todas las mujeres tienen un precio”. Lo que nos impulsa a defender la necesidad de continuar visibilizando la realidad que supone la prostitución para todas y todos y a des-romantizar estas prácticas violentas.
Recurrentemente, la Relatora especial señala cómo la normalización de la prostitución sexualiza a las mujeres y niñas, las deshumaniza y supone un obstáculo fundamental para una sociedad basada en la igualdad.
El Informe también pone el foco en la responsabilidad de los hombres demandantes de prostitución y los reconoce como parte activa y fundamental, consciente del sometimiento a explotación, violencia y vulneración de derechos a los que se somete a las mujeres y niñas prostituidas: “Los compradores de actos sexuales son muy conscientes de que las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen voluntariamente, pero creen que eso les exime de responsabilidad”.
Igualmente se ha desarrollado un “El derecho percibido de los hombres a comprar un acto sexual normaliza la violencia sistemática infligida a las mujeres a través de la prostitución,” que repercute en la cosificación de todas las mujeres y en la reproducción de sociedades desiguales. De ahí que la Relatora haga un llamamiento a la necesidad de que los Estados desarrollen sistemas y acciones de educación en Derechos Humanos, Igualdad y Sexualidad Igualitaria.
CONCLUSIONES, RECOMENDACIONES Y EL IMPULSO NECESARIO
El Informe se cierra con una serie de recomendaciones a los Estados en los que la Relatora de forma clara y contundente marca el camino hacia la erradicación del sistema de la prostitución como forma necesaria de garantizar la dignidad, los derechos y la igualdad de las mujeres y niñas en todas las sociedades.
Así extrae conclusiones orientadas a hacernos reflexionar como:
- La prostitución es un sistema de explotación y una forma agregada de violencia masculina contra mujeres y niñas que confluye con otras formas de discriminación estructural.
- Los intentos de ignorar las causas y consecuencias [de la prostitución] devastadoras para las mujeres y las niñas y para la sociedad en general son una extensión de la normalización histórica del papel estereotipado de la mujer en la sociedad y de la mercantilización de las capacidades sexuales y reproductivas femeninas.
- las sociedades que han aceptado que las mujeres y niñas más marginadas estén sobrerrepresentadas en la prostitución han estado legitimando la violencia contra ellas y su explotación al normalizar el sistema de la prostitución como medio de vida y supervivencia.
Y entre otras, realiza las siguientes y contundentes recomendaciones y propuestas de medidas a los Estados:
– Los Estados deben evitar convertirse en “Estados proxenetas” aboliendo las leyes que permiten, toleran o condonan la violencia y la explotación en el sistema de la prostitución y la pornografía.
– Abordar la prostitución desde un enfoque basado en los derechos.
– Reconocer la prostitución con sus variantes conexas, como la pornografía, como un sistema de explotación y violencia.
– Adoptar el marco jurídico abolicionista y sus cinco pilares.
– Trabajar para acabar con la demanda de compra de actos sexuales.
– Ordenar por ley la prestación de servicios integrales adaptados a las víctimas de la prostitución.
– Junto con las organizaciones internacionales, utilizar terminología y lenguaje basados en los derechos humanos para describir la prostitución, y abstenerse de utilizar terminología que la caracterice erróneamente y minimice sus graves violaciones de los derechos humanos.
– Abstenerse de añadir condiciones a la criminalización del proxenetismo.
– Establecer comités de coordinación interministeriales e interinstitucionales con la plena participación de las organizaciones de primera línea y dirigidas por las víctimas en el diseño y la aplicación de la política pertinente, entre otros mediante la creación de un consejo o grupo de referencia de víctimas/sobrevivientes.
– Abordar las causas profundas del sistema de la prostitución.
– Colaborar con los medios de comunicación para que cubran los asuntos relacionados con la prostitución teniendo en cuenta a las víctimas, transfiriendo la responsabilidad a los autores de los actos, abordando la estigmatización y fomentando el respeto por la dignidad y la humanidad de las mujeres y niñas prostituidas.
– Promover los derechos humanos y la educación sexual y de igualdad de género en la escuela, incluido el respeto mutuo y las relaciones sexuales sanas.
Desde APRAMP compartimos las conclusiones que se emanan de este informe y las recomendaciones que la Relatora Especial lanza a los Estados y la sociedad en general.
Destacamos especialmente el papel protagonista que la Relatora le da a las Supervivientes y su papel fundamental en la estructuración de las políticas públicas en la lucha contra la prostitución, compartiendo uno de los lemas y políticas fundamentales de APRAMP: #ConELLAS, con la propuesta de creación de consejos o grupos de referencia de supervivientes.
Con este documento que la Relatora Especial presentó ante el Consejo de Derechos Humanos en su 56º periodo de sesiones de julio de 2024, vemos respaldado y avalado el trabajo que desde hace 40 años realiza APRAMP centrado en el establecimiento de alternativas a la explotación y violencia que supone el sistema de la prostitución, la visibilización de las causa y consecuencias de la misma y el señalamiento a todos los “autores de actos de violencia” como son el proxeneta y el putero. Y la atención integral a mujeres y niñas centrada en la persona, con un enfoque de derechos y perspectiva de género.
Nuestro propósito como entidad pretende construir una sociedad libre de violencia y explotación donde las personas recuperen la libertad y la dignidad. Y nuestro trabajo se ha centrado en acompañar a las mujeres y niñas prostituidas para recorrer juntas este camino, que con este informe abre nuevas puertas.
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