Las bolsas globales prolongaron el rebote y encadenaron su tercera sesión de avances, apoyadas en la expectativa de un recorte de tipos en Estados Unidos en diciembre y en el renovado optimismo sobre un posible alto el fuego en Ucrania. Europa y Wall Street cerraron con subidas sólidas: el STOXX 600 ganó un 0,9%, mientras el Dow Jones avanzó un 1,4%. El S&P 500 (0,9%) subió algo menos y el Nasdaq (0,7%) quedó rezagado, con una rotación clara hacia compañías de corte más cíclico y financiero.
En Europa, la sesión estuvo marcada por las fuertes subidas en las compañías de materiales y construcción, sectores que volvieron a reaccionar ante las señales de progreso en las conversaciones de paz. Heidelberg Materials repuntó un 6,6%, Buzzi un 6,1% y Rockwool un 4,5%. También destacaron los bancos, que avanzaron un 1,8% después de que la prensa británica sugiriera que el Reino Unido podría quedar al margen de futuras subidas fiscales. El sector defensa (+1%) también recuperó algo de terreno tras dos sesiones muy débiles, en un contexto en el que la Unión Europea aprobó un programa de 1.500 millones de euros para impulsar la inversión y apoyar a Ucrania. Aun así, persiste la sensación de que el proceso de negociación puede dilatarse: Kiev respalda el marco propuesto por Estados Unidos, pero insiste en que los puntos sensibles deberán resolverse directamente entre Volodímir Zelenski y Donald Trump.
En Estados Unidos, el ánimo del mercado mejoró por el goteo de datos —algunos retrasados por el cierre de la Administración— que reforzó la expectativa de una bajada de tipos en diciembre. Las ventas minoristas crecieron un 0,2% en septiembre, por debajo de lo esperado, mientras que los precios a la producción repuntaron un 0,3%, en línea con las previsiones. El informe de ADP apuntó a una destrucción neta de empleo en las últimas cuatro semanas y la confianza del consumidor volvió a deteriorarse. Todo ello consolidó la sensación de que la economía pierde tracción y que la Reserva Federal se inclinará por un recorte de 25 puntos básicos, una probabilidad que el mercado sitúa ya cerca del 85%.
Fuente: CME FedWatch.
En Wall Street, la sesión dejó una señal que el mercado llevaba semanas esperando: la amplitud mejoró de forma clara. Más de dos tercios de los valores del S&P 500 cerraron en positivo, un giro relevante tras varias semanas en las que las subidas se concentraban en muy pocos nombres. Esa mayor participación contrastó con la caída de Nvidia (-2,6%), cuyo enorme peso sigue distorsionando los movimientos de los índices, especialmente del Nasdaq. Esta vez, el retroceso del fabricante de chips no se extendió al resto de las siete magníficas. Alphabet (+1,5%) marcó un nuevo máximo histórico —su capitalización ya ronda los cuatro billones de dólares— y Meta subió casi un 4% gracias a las noticias sobre sus conversaciones con Google para incorporar sus chips a partir de 2027. Además, brilló el consumo minorista: Kohl’s se disparó un 42% y Abercrombie un 37%, tras elevar ambas sus previsiones.
La rentabilidad del bono estadounidense a diez años cayó hasta el 4% y llegó a perforar ese nivel por primera vez desde finales de octubre. El dólar retrocedió frente al euro y la libra se fortaleció antes de la presentación del presupuesto británico. El petróleo volvió a ceder más de un 1%.
También fueron importantes las palabras de Scott Bessent, quien sugirió que el presidente Trump podría anunciar antes de Navidad a la persona que sucederá a Jerome Powell. Sus declaraciones refuerzan la idea de que la Reserva Federal atraviesa una fase de transición: varios de sus miembros han adoptado un tono más acomodaticio en los últimos días y el mercado empieza a contemplar que el relevo en la presidencia del banco central podría clarificarse antes de lo previsto. Es un factor a vigilar de cara a diciembre, porque cualquier pista sobre la futura Fed influirá directamente en la trayectoria de los tipos.
Feliz miércoles.
Jose Francisco IbáñezAnalista
