Un estudio presentado en ECTRIMS 2025 muestra que las mujeres con esclerosis múltiple, una vez pasada la menopausia, tienen un perfil de enfermedad y unas comorbilidades asociadas diferentes.
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que afecta el sistema nervioso central y se manifiesta de forma particular en cada persona. Se sabe que la EM es más frecuente en mujeres, especialmente durante sus años fértiles. Sin embargo, no había mucha información sobre cómo la menopausia, una etapa de importantes cambios hormonales, modifica la evolución y las características clínicas de la enfermedad.
Para obtener más datos, se presentó un nuevo estudio en ECTRIMS 2025, a finales de septiembre, en Barcelona. La investigación comparó a mujeres con EM antes y después de la menopausia, con un grupo de hombres de edad similar, para identificar diferencias clínicas clave. El estudio analizó un total de 864 personas con EM (298 mujeres premenopáusicas, 300 postmenopáusicas y 265 hombres).
Cambios en los primeros síntomas
Los resultados del estudio sugieren que el estado hormonal influye en la zona del sistema nervioso donde aparece la EM inicialmente.
- Las mujeres premenopáusicas presentaron más a menudo síntomas iniciales en el nervio óptico (como pérdida visual o visión borrosa).
- En contraste, las mujeres postmenopáusicas mostraron síntomas iniciales en la médula espinal, un patrón que se parecía al de los hombres de edad comparable.
Estos datos son relevantes, ya que indican que los cambios hormonales que suceden tras la menopausia podrían afectar los mecanismos inmunitarios y neurológicos, determinando la localización y la forma de los primeros brotes de la enfermedad.
Aumentan las comorbilidades tras la menopausia
El estudio también reveló una diferencia notable en las enfermedades asociadas o comorbilidades. Solo el 15 % de las mujeres premenopáusicas presentaba otras enfermedades, frente al 41 % de las postmenopáusicas.
- En mujeres postmenopáusicas, las enfermedades cardiovasculares fueron las más comunes, seguidas de trastornos endocrinos y metabólicos, como diabetes tipo 2 o problemas de colesterol (dislipemia).
- Las comorbilidades psiquiátricas (depresión y ansiedad) fueron más frecuentes en mujeres premenopáusicas.
Estos hallazgos muestran que, después de la menopausia, la salud general de las mujeres con EM tiende a ser más compleja y necesita una atención médica integral que no se limite al ámbito neurológico.
Implicaciones para la atención médica
Los autores del estudio señalan que los cambios hormonales de la menopausia pueden afectar la actividad del sistema inmunitario y la neuroprotección, modificando tanto el curso de la EM como la aparición de otras enfermedades.
Esto lleva a dos consideraciones importantes para el manejo clínico:
- Las mujeres postmenopáusicas podrían requerir un seguimiento más riguroso de su salud cardiovascular y metabólica, además del control de la EM.
- En las mujeres premenopáusicas, el tratamiento podría centrarse más en la prevención de brotes y el control de la inflamación.
Este estudio subraya la necesidad de considerar la edad, el sexo y, fundamentalmente, el estado hormonal a la hora de abordar la Esclerosis Múltiple. La menopausia marca un punto de inflexión en el perfil clínico de las mujeres, y la atención sanitaria debe ser flexible y personalizada para adaptarse a estos cambios fisiológicos y así optimizar la calidad de vida de cada paciente.
Reconocer estas diferencias es un paso esencial hacia una medicina más individualizada, enfocada en las características únicas de cada persona a lo largo de su vida.
Referencia: ECTRIMS 2025: Menopause linked to distinct differences in multiple sclerosis presentation and comorbidities, new study shows.