La IA deja de ser un concepto futurista y se convierte en un factor real de transformación en el mercado laboral español. Según un estudio reciente de la Universidad Politécnica de Valencia, dos de cada diez empleos en España ya están expuestos a la IA, un impacto que no solo modifica tareas, sino que redefine procesos, productividad y competencias requeridas.
Este fenómeno está provocando cambios profundos en la estructura de los puestos de trabajo, así como en la forma en que se desarrollan y actualizan las habilidades profesionales.
Exposición estructural y territorial de la IA
El estudio revela que la exposición a la IA no es homogénea. Provincias como Madrid y Barcelona lideran la incidencia, con más del 21,5% de los empleos afectados, mientras que áreas del interior como Soria, Teruel o Zamora presentan valores cercanos al 18%. Esta variabilidad responde a la composición sectorial de cada territorio: economías basadas en servicios avanzados, comercio, educación o sanidad presentan mayor exposición, frente a regiones con predominio de agricultura, manufactura tradicional y construcción.
Se identifica además un corredor centro-mediterráneo, incluyendo Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Málaga, y las Islas Canarias como zonas con alta interacción entre IA y empleo. La radiografía territorial muestra cómo la tecnología redefine procesos y perfiles laborales según la concentración sectorial de cada región.
IA sin sesgos, el reto en la transformación del talento
El análisis evidencia que el empleo femenino presenta mayor exposición a la IA que el masculino, especialmente en sectores como educación, sanidad, servicios administrativos o comercio. Las mujeres se concentran en áreas con alto uso de IA y están subrepresentadas en sectores menos expuestos, como construcción, transporte o industrias extractivas.
Este fenómeno subraya que la adopción de la IA plantea un reto de equidad en la transformación del talento. Gestionar el impacto de manera equilibrada requiere anticipar cómo los cambios tecnológicos afectan a distintos perfiles y diseñar estrategias que permitan a todos los trabajadores evolucionar sus competencias al ritmo de la digitalización.
Oportunidad y riesgo: la IA como motor de productividad
Los investigadores de la UPV advierten que la IA tiene un doble efecto: puede mejorar la productividad, optimizar servicios públicos y generar empleos cualificados; al mismo tiempo, si no se gestionan sus efectos de manera integral, puede intensificar desigualdades. Estrategias nacionales como la ENIA o el PERTE de la Nueva Economía de la Lengua buscan acompañar la digitalización con análisis de riesgos y oportunidades.
La transformación laboral provocada por la IA no se limita a la automatización de tareas: redefine formas de trabajar, procesos internos y gestión de competencias estratégicas, obligando a las organizaciones a integrar la tecnología como un catalizador de valor sostenible y no solo como una herramienta operativa.
Fuente: El País
