Defender lo humanitario, también es proteger la dignidad de las personas - Alianza por la Solidaridad: Un mundo más justo y sostenible

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En los últimos días, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución que reafirma algo fundamental: Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de permitir y facilitar la labor de las agencias de la ONU y de las organizaciones humanitarias, que prestamos servicios esenciales a millones de personas en Gaza.

La resolución reafirma algo fundamental: Israel tiene la obligación legal de administrar el territorio en beneficio de la población civil palestina y de permitir —y no restringir— el trabajo de las agencias de la ONU y de las organizaciones humanitarias, incluidas UNRWA y otras entidades internacionales, cuando estas cubren funciones esenciales para salvar vidas.

Este pronunciamiento es claro al señalar que restringir la ayuda humanitaria crea condiciones de vida incompatibles con la dignidad humana y puede contribuir al desplazamiento forzado de la población civil. Por ello, la Asamblea General exige que se permita de forma inmediata la entrada y el trabajo de las organizaciones humanitarias en Gaza. Algo que no se está cumpliendo, al igual que el alto el fuego. 

Presión internacional para defender la acción humanitaria

Sin embargo, a pesar de esta resolución, el Gobierno de Israel ha declarado públicamente que no modificará su posición ni su cooperación con el sistema humanitario coordinado por Naciones Unidas. Esta negativa explícita hace aún más urgente mantener y reforzar la presión internacional.

Porque cuando la presión internacional se sostiene en el tiempo, las instituciones se ven obligadas a reaccionar. Este avance no surge de forma aislada. Forma parte de un esfuerzo colectivo sostenido, en el que trabajamos junto a redes humanitarias y de derechos humanos para que estas obligaciones no queden en papel mojado y para que el derecho internacional siga siendo una herramienta real de protección para la población civil.

Aunque menos visible que la ayuda directa, la incidencia política y la defensa del acceso humanitario son esenciales para abordar las causas estructurales de la situación de indefensión que vive la población de Gaza. Este trabajo es posible gracias a una inversión pequeña pero estratégica en equipos y alianzas de incidencia colectiva, imprescindible para que la ayuda no solo se entregue, sino para que pueda seguir llegando con dignidad y respeto al derecho internacional.

La ayuda humanitaria no solo se entrega, se defiende

Defender el acceso humanitario es también una forma de poner límites colectivos a acciones que deshumanizan y normalizan el sufrimiento. Es recordar que la ayuda no es una concesión ni un favor, sino una obligación legal y moral. Este trabajo existe porque miles de personas deciden no mirar hacia otro lado. Gracias a ese apoyo colectivo, podemos sostener tanto la respuesta humanitaria sobre el terreno como la incidencia internacional necesaria para que esa ayuda pueda llegar.

Tenemos que seguir.

Seguimos apoyando a Gaza

En noviembre de 2025, nuestra socia palestina Wefaq reforzó la respuesta humanitaria en el sur de Gaza acompañando a las familias más afectadas por el desplazamiento forzado. En Al Mawasi y Khan Younis, distribuyó 236 lonas a hogares encabezados por mujeres, ofreciendo un mínimo de protección frente a la lluvia y el frío de las últimas semanas. También distribuyeron paquetes de alimentos a 713 familias desplazadas, con productos básicos como arroz, aceite, azúcar, pasta y queso.

En los hogares más vulnerables, especialmente aquellos con bebés, la ayuda incluyó leche infantil, atendiendo una necesidad crítica en un contexto de escasez extrema y hambre. Estas acciones, sostenidas en condiciones muy difíciles, buscan preservar la dignidad y la supervivencia cotidiana de las familias, poniendo en el centro a las mujeres que sostienen la vida en medio de la emergencia.

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