La retirada de amianto es una actividad regulada tanto por la normativa europea como por la nacional debido a los efectos graves que este material puede causar en la salud humana. Empresas homologadas como Amisur deben cumplir no solo con los protocolos técnicos, sino también con una cobertura aseguradora específica que garantice la seguridad jurídica y económica de todas las partes involucradas. Sin embargo, existe un desconocimiento generalizado sobre qué tipos de seguros son necesarios o recomendables para estos trabajos, especialmente entre promotores de obra, comunidades de propietarios o pequeñas constructoras.
En primer lugar, es esencial entender que no todos los seguros generales cubren la manipulación de materiales con amianto. Al tratarse de una actividad clasificada como peligrosa y de alta exposición a riesgos laborales y ambientales, muchas aseguradoras excluyen expresamente estos trabajos de sus pólizas estándar. Por eso, cualquier empresa que realice tareas de desamiantado debe contar con seguros diseñados específicamente para cubrir las particularidades de esta actividad, tanto desde el punto de vista de la prevención como de la responsabilidad.
El seguro más básico y obligatorio es el seguro de responsabilidad civil general, pero este, por sí solo, no suele incluir coberturas relacionadas con la retirada de amianto, a menos que se amplíe la póliza y se especifique expresamente esta actividad. Para que el seguro responda ante daños a terceros, es imprescindible que la empresa esté debidamente inscrita en el Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) y que las tareas se realicen conforme al Real Decreto 396/2006, que regula las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con exposición a amianto.
Según la normativa, el productor de residuos peligrosos estará obligado a suscribir un seguro u otra garantía financiera que cubra las responsabilidades que puedan dar lugar sus actividades atendiendo a sus características, peligrosidad y potencial de riesgo. Asimismo, aclara que quedan exentos los productores de residuos peligrosos que generen menos de 10 toneladas al año.
Dicha garantía, en las condiciones y con la suma que se determinen reglamentariamente, deberá cubrir:
1.º Las indemnizaciones debidas por muerte, lesiones o enfermedad de las personas.
2.º Las indemnizaciones debidas por daños en las cosas.
3.º Los costes de reparación y recuperación del medio ambiente alterado. Esta cuantía se determinará con arreglo a las previsiones de la legislación sobre responsabilidad medioambiental.
Por su parte, los seguros de accidentes laborales deben contemplar específicamente el riesgo por exposición al amianto, ya que se trata de una actividad incluida dentro del grupo de enfermedades profesionales. Las mutuas de trabajo deben ser informadas y contar con protocolos específicos para este tipo de tareas, de lo contrario, en caso de una incidencia, la cobertura podría quedar en entredicho.
Por último, es fundamental señalar que los clientes, ya sean empresas, administraciones o particulares, deben asegurarse de que el contratista que realiza los trabajos cuenta con toda esta cobertura vigente. Solicitar las pólizas y verificar que incluyen la retirada de amianto como actividad asegurada es una buena práctica que evita problemas legales y económicos a futuro. En caso de accidente o daño ambiental, la ausencia de cobertura podría implicar responsabilidades solidarias con quien contrató el servicio.