La historia no explicada de las personas altamente sensibles

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Viviendo en un mundo que mayoritariamente no comprende

Imagina vivir la mayor parte de tu vida sintiendo que algo en ti es diferente, pero no sabes exactamente qué es. Eres esa persona que siempre parece experimentar las cosas más intensamente que los demás, como si llevaras una capa adicional en tu piel que no te protege, sino que te exponen a cada pequeño detalle del mundo. Eres quien se siente sobrepasado en lugares ruidosos, quien se siente agotado después de pasar tiempo en multitudes, quien percibe el estado de ánimo de todas las personas que hay en una habitación sin que nadie diga una palabra.

Te preguntas: “¿Qué hay de malo en mí?” “¿Por qué soy tan diferente?”

Muchas personas altamente sensibles (PAS) pasan gran parte de su vida sin saber que son diferentes por una razón biológica, no porque estén rotas.

Crecen sintiéndose fuera de lugar, incomprendidas, aisladas. A menudo, la sociedad las etiqueta como “demasiado emocionales”, “complicadas” o “exageradas”.

Estas etiquetas, repetidas una y otra vez, van calando profundamente en su autoestima. Con el tiempo, comienzan a creer que tal vez están defectuosas, que hay algo intrínsecamente mal en ellas.

¿Por qué no pueden ser como los demás, tan despreocupados, tan fuertes frente al ruido del mundo?

Una lucha interna por la validación

Estas personas no saben que lo que les diferencia no es una falla, sino una cualidad profunda y hermosa.

En cambio, se sienten inseguras, atrapadas en una constante búsqueda de aprobación externa, deseando que alguien les vea y les acepte tal como son.

Muchas veces, para evitar ser “demasiado intensas” para los demás, reprimen sus emociones, se adaptan al molde que la sociedad espera de ellas, ocultando su verdadera naturaleza.

Se esfuerzan por encajar, pero en ese proceso, se pierden a sí mismos. Se esconden tras corazas, máscaras y disfraces bien forjados que agotan su instinto.

Esas emociones reprimidas no desaparecen; se acumulan. El miedo a ser juzgadas como débiles o dramáticas les lleva a aislarse aún más. Se culpan por no poder manejar situaciones que para otros son normales.

Me pregunto a estas alturas: ¿Qué es la “normalidad”?

Y en el fondo, muchos piensan que están dañados. Esta sensación de “estar rotas” alimenta una inseguridad constante que afecta todas las áreas de su vida: las relaciones, el trabajo, la familia.

Las características de una persona que no sabe que es altamente sensible

  1. Sobreestimulación constante : Lugares concurridos, ruidos fuertes o luces intensas les resultan insoportables. Después de un día lleno de estímulos, se sienten agotadas, pero no entienden por qué.
  2. Empatía extrema : Captan las emociones de los demás con facilidad, hasta el punto de asumir las emociones ajenas como propias. Esto puede ser desconcertante, ya que sus estados de ánimo pueden cambiar repentinamente sin motivo aparente.
  3. Necesidad de soledad : Aunque deseen socializar, el mundo exterior se vuelve abrumador, por lo que tiende a buscar refugio en la soledad para recargar energías.
  4. Percepción profunda : Notan detalles que otros pasan por alto, lo que las hace sentir que ven el mundo de una manera diferente. Sin embargo, al no entenderlo, pueden llegar a pensar que están “leyendo demasiado entre líneas” e imaginar que lo que piensan o perciben no es real.
  5. Crítica interna : Suelen ser muy duras consigo mismas, criticando cada error o fallo, porque creen que, de alguna manera, deben ser más fuertes o más “normales”. Mas “comunes”

El despertar: Descubrir el rasgo PAS

El día que una persona altamente sensible descubre que no está rota, sino que posee un rasgo llamado “alta sensibilidad”, es un momento de transformación.

De repente, todo comienza a encajar. Es como si toda una vida de confusión y lucha interna encontrará una explicación. No están defectuosas, ni son menos que los demás; Simplemente, tienen una forma de experimentar el mundo más intenso y profundo.

Este descubrimiento es liberador.

Es como quitarse un peso de los hombros, el peso de la incomprensión y la autocrítica. En lugar de ver como personas frágiles o defectuosas, comienzan a reconocer que su sensibilidad es una fortaleza.

Las fortalezas de ser altamente sensibles

  1. Empatía extraordinaria : Pueden conectarse profundamente con los demás, comprender sus emociones y ofrecer un apoyo emocional que pocas personas son capaces de brindar. Esta capacidad de empatizar se convierte en su superpoder.
  2. Profundidad emocional : Experimentan las emociones de manera más rica y matizada, lo que les permite apreciar la belleza y los matices de la vida en formas que los demás a menudo pasan por alto.
  3. Creatividad amplificada : Su sensibilidad les permite ver el mundo desde perspectivas únicas, lo que fomenta una creatividad que muchas veces es increíblemente poderosa y original.
  4. Percepción aguda : Pueden captar detalles que los demás no notan, lo que les permite encontrar soluciones creativas a los problemas o anticiparse a situaciones antes de que ocurran.
  5. Conexión con la naturaleza : Muchas personas altamente sensibles encuentran consuelo y rejuvenecimiento en la naturaleza. Su conexión con el mundo natural es profunda, ya menudo se encuentran en él un refugio para recargar energías.

De la inseguridad a la confianza

Cuando las personas altamente sensibles descubren que su forma de ser no es una debilidad, sino una particularidad valiosa, comienzan a cambiar.

La inseguridad que solían sentir se transforma en confianza. En lugar de intentar adaptarse a un mundo que no comprende su sensibilidad, aprenderán a honrarla y a cuidar de sí mismas.

Se permiten establecer límites, sabiendo que necesitan momentos de calma para recargar. Dejan de sentirse mal por necesitar soledad y empiezan a valorarla como una herramienta para su bienestar.

El viaje de una persona altamente sensible hacia la autoaceptación es uno de los más poderosos que pueden experimentar.

El simple hecho de entender que no están rotas, cambia todo. La alta sensibilidad no es una carga, es un regalo que, cuando se comprende, se convierte en una fuente de fortaleza y de profunda conexión con el mundo y con los demás.

Si eres una de esas personas que siempre se ha sentido diferente, que ha pensado que algo en ti no está bien, quiero que sepas que no estás sola.

No estás en bucle. Ni perdida

 Solo tienes una capacidad emocional y sensitiva más profunda que el promedio, y eso es algo maravilloso.

El cambio es posible!

Escrito por Anna Company

Fundadora de la Comunidad www.altademanda.es

Coach Integrativa especializada en neurodivergencias

Certificada como experta PAS por pasespana.org

Certificada en diagnostico e intervención de altas capacidades

Especialista en asesoramiento de temperamento de alta demanda

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