Haití está atravesando una crisis extrema que ha afectado todos los aspectos de la vida. La violencia incontrolable dejó más de 5,500 muertos y desplazó a 300,000 personas en el último año. La inestabilidad política ha visto cambiar al primer ministro tres veces y paralizado cualquier avance significativo. La inseguridad y el control de territorios por pandillas posponen las elecciones, que han sido aplazadas desde 2021.
Esta situación ha llevado a que organizaciones como Human Rights Watch informen que la crisis de Haití ha alcanzado niveles catastróficos, con grupos criminales intensificando ataques a gran escala y coordinados contra la población y la infraestructura estatal clave, casi paralizando gran parte del país y empeorando la ya grave situación humanitaria y de derechos humanos
En medio de esta crisis, NPH, el Padre Rick Frechette, su equipo y su Fundación St. Luke continúan brindando apoyo y esperanza a las comunidades más afectadas, enfrentando desafíos diarios para proporcionar atención médica y asistencia humanitaria a los más vulnerables.
Este es el testimonio en primera persona de un día en la vida del Padre Rick Frechette, publicado originalmente en el blog de la Fundación St. Luke: What I do every day…..February 7, 2025
Que hago cada día…
Lamento el retraso en mantener estas notas al día. He estado ocupado ayudando a resolver el secuestro de una niña de 7 años que es nuestra vecina, evaluando y planificando ante los nuevos ataques de pandillas en Kenscoff durante los últimos 10 días (nos preocupa nuestro hogar de NPH para niños vulnerables), trabajando en los diálogos para solicitar una exención de la congelación de 90 días de los fondos de USAID pendientes de evaluación (esto para nuestros muchos pacientes con tuberculosis y VIH), y muchas otras cosas que nos han mantenido más que ocupados.
Jeannine finalmente se sometió a su cirugía para su hidrocefalia. Para ayudarles a entender nuestro dilema, si no actuamos para colocar una derivación (un tubo para mover el exceso de líquido de su cerebro a su intestino), nuestra experiencia es que la cabeza crecerá y crecerá hasta que comience a gotear.
Queremos evitarle esto a la madre, aunque la cirugía no hará que la cabeza tenga un tamaño normal, y la derivación será propensa a infecciones. Si Jeannine vive mucho tiempo, se necesitarán más cirugías para alargar la derivación a medida que crece. Estamos tratando de ayudar a Jeannine bajo un sistema de salud en decadencia, con familias (incluida la suya) a menudo huyendo debido a los ataques de bandidos.
Esto les ayudará a entender con qué frecuencia tomamos decisiones para evitar un peor resultado. Por favor, oren por Jeannine y su madre.
Tuvimos muchas discusiones sobre la posibilidad de trasladar a los niños de Kenscoff, los niños del programa de NPH St. Helen, pero por muchas razones hemos concluido que nuestro hogar tiene un bajo riesgo de ataque de pandillas y, de hecho, Tabarre, donde están nuestros hospitales y donde yo vivo, tiene un riesgo mucho mayor.
No diré mucho más al respecto, excepto que, como ya se ha demostrado, a las pandillas no les importan las monjas, los sacerdotes, los católicos, los protestantes, los ministros, los huérfanos o la benevolencia. La historia reciente es escalofriante. Hemos estado bastante involucrados en esfuerzos de rescate.
Así que ninguno de nosotros toma esto a la ligera, y realmente analizamos y sopesamos nuestras decisiones para proteger a los vulnerables en un país sin ley.
Hablando de los programas de NPH del Padre Wasson, esta mañana celebré el funeral de otro graduado de Nos Petits Frères et Sœurs (NPH Haití) que murió demasiado joven. Su nombre era Richard Jecoy. Fue conmovedor ver cuántos otros graduados vinieron a recordarlo en oración y a apoyar a su esposa en su dolor.
Cuando salí del funeral, recibí un regalo sorpresa de otro graduado de NPH, Madogah Joseph. Forma parte de los muchos graduados que están en el extranjero porque Haití es “inviable”, como muchos afirman con razón. Madogah es valiente al estar en la República Dominicana, donde los haitianos son a menudo arrestados y deportados.
Además de ser un músico talentoso, Madogah, como su padre, es pintor. Me envió una pintura como regalo: un Cristo herido. El rostro está incompleto, porque la imagen representa a muchas personas que sufren en todo el mundo sin rostro ni identidad. Tal vez quieran felicitarlo o incluso encargarle una pintura haitiana original ([email protected]). Estamos muy orgullosos de su ejemplo y de su creatividad para ganarse la vida. Le agradezco públicamente por su regalo.
Cuando rescatamos a la joven Hermana de las montañas alrededor de Coupeau hace poco, prometimos a las dos capillas de la zona (Nuestra Señora de Lourdes y San Miguel) algo de comida para distribuir entre los pobres agricultores rurales, así como suministros para sus clínicas. Ayer pudimos cumplir con la entrega de alimentos.
Quizás mencioné que, al salvar a la Hermana hace unas semanas, mi equipo y yo fuimos asaltados por fugitivos de la penitenciaría que se escondían en esas montañas. Su intención era secuestrarme a mí, al Padre David y a tres monjas. Mi equipo (Junior, Altes, Fanfan y André) tuvo que actuar rápidamente para sacarnos de allí.
Una de las razones por las que logramos salir fue que el líder de la banda, conocido como Djwol (Bocón), dijo que creía conocerme de algún lado. Pronto recordó que en 2009, cuando fue víctima de un disparo en Cité Soleil, yo le salvé la vida. “Lo que va, vuelve.”
Cuando la comida fue entregada ayer, el equipo descubrió que Djwol había muerto. Al parecer, formó parte del ataque de bandidos contra zonas de Kenscoff cercanas a Bonga y Coupeau. Repito de nuevo: “Lo que va, vuelve.”
Tarde o temprano, la vida nos alcanza, para bien o para mal.
HAITÍ TE NECESITA
La violencia en Haití ha generado más de un millón de desplazados internos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Los haitianos, huyendo del control de pandillas y enfrentamientos violentos, buscan refugio en teatros abandonados y colegios, viviendo en condiciones precarias sin acceso a servicios básicos. Las mujeres y niños son los más afectados, representando más del 50% de los desplazados. La crisis se agrava con la falta de seguridad, los campamentos sobrepoblados y un aumento alarmante en enfermedades debido a condiciones sanitarias inadecuadas.
En medio de esta crisis, NPH sigue siendo un faro de esperanza, proporcionando refugio, educación y atención médica a quienes más lo necesitan. Tu apoyo puede marcar la diferencia. Con tu donación, puedes ayudar a garantizar que niños como Jeannine reciban el tratamiento que necesitan, que los programas residenciales de NPH donde viven cientos de niños sigan siendo un lugar seguro y que las comunidades afectadas por la violencia y la pobreza reciban ayuda vital.
Te invitamos a unirte a nosotros en este esfuerzo, ya sea apadrinando a un niño, realizando una donación o difundiendo nuestra misión. Juntos, podemos marcar la diferencia y ofrecer un futuro más prometedor para Haití.
10 €
Apadrina el Hospital
Con 10 € mensuales puedes apadrinar el Hospital St. Damien y ayudar a proteger a la población haitiana.
25 €
Apadrina a un niño/a
Con 25 € mensuales puedes apadrinar y cubrir las necesidades básicas de la infancia.
50 €
Tratamiento desnutrición
Con 50 € podemos completar el tratamiento para un niño con malnutrición.