No rendirse: mujeres ante la respuesta humanitaria en Ucrania - Alianza por la Solidaridad: Un mundo más justo y sostenible

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“Estaba desesperada por volver. No me sentía bien mentalmente estando lejos de la guerra.”  Iryna apenas estuvo unas semanas fuera de Ucrania. Al comienzo de la invasión, se evacuó sola con su gato a Hungría, pero pronto se dio cuenta de que necesitaba volver y ayudar. Volvió y estuvo apoyando a compañeras y conocidas a poder salir de Ucrania y decidió que no podría volver a marcharse y que su sitio estaba en Ucrania.

Anhelina salió de Kherson entre disparos rumbo a Eslovaquia. A Yuliia le pilló viviendo en el extranjero y Olena se movió hacia el oeste buscando seguridad. Pero todas ellas decidieron volver para apoyar la crisis humanitaria en Ucrania y a las personas más afectadas.

Iryna, del activismo a lo humanitario

“Es una década de guerra” cuenta Iryna al echar la vista atrás “casi no recuerdo la vida sin guerra. Y creo que, para muchas de nosotras, se ha convertido en parte de nuestras identidades y nuestra forma de vida”. Tiene claro que siempre va a militar en el activismo desde que participara en la revolución de Euromaidan en 2013, poco antes de que Rusia invadiera Crimea. Desde entonces, nunca se planteó volver a trabajar en recursos humanos, sino en algo que le permitiera contribuir a la sociedad. Por eso su trabajo con ActionAid focalizado en los derechos de las mujeres es más importante que nunca.

No es fácil. «Mi sueño se vio afectado. No podía dormir. Todavía duermo con pastillas, me volví un poco dependiente, no he podido volver a la normalidad. También he perdido la capacidad de leer libros durante algún tiempo, de concentrarme. Nuestra vida se ha vuelto muy intensa. Estás constantemente en este modo de supervivencia”. A pesar de esto se siente segura en su barrio de toda la vida, en Podil (Kiev), donde sigue acudiendo a la misma cafetería por las mañanas.

«Otra dificultad […] son esos momentos emotivos es cuando te enteras de que un amigo tuyo o un colega tuyo ha desaparecido o ha muerto. No puedes normalizar estas experiencias y siempre duele. Nos estamos acostumbrando a la guerra, a la situación de seguridad, a las explosiones… a muchas cosas. Pero esa parte siempre es difícil”.

Rápidamente, a Iryna se le va el pensamiento a un amigo suyo. «Honestamente, no creo que esté vivo […] Han pasado más de dos años desde que está desaparecido. He tenido sueños con él. Es difícil de explicar. Pero no puedes aceptar que un amigo tuyo podría no estar vivo nunca más”.

A pesar de ello, trabajar junto a organizaciones ucranianas le inspira y le anima a seguir. «Ver cómo la gente se une y se le ocurre una idea brillante. Por ejemplo, una organización socia que trabaja en Kherson prestando servicios médicos en condiciones extremadamente inseguras, yendo de pueblo en pueblo y ofreciendo apoyo médico. Algunas organizaciones increíbles de derechos de las mujeres que se juntan, organizan refugios para mujeres y niños. Así que la gente está respondiendo a la situación, a los desafíos con los recursos que tienen a mano, movilizando voluntarios…»

Anhelina, encontrar un nuevo propósito en medio de la guerra

Anhelina era profesora en Kherson. Tras 3 meses de ocupación rusa, con apenas alimentos, con cortes de agua y calefacción, ella y su familia decidieron que tenían que salir. Se llevó con ella las postales que los niños le habían dibujado en la escuela. Unas postales que se trajo de vuelta a Ucrania cuando decidieron volver de Eslovaquia donde estuvo refugiada durante un año y medio.

Ahora como responsable del monitoreo y la evaluación de proyectos en ActionAid en Ucrania desempeña un trabajo muy distinto al suyo, pero se siente feliz de poder ayudar.  «Como persona, mi vida ha cambiado. Perdí mi casa, mis amigos, mi trabajo, mi… ritmo de vida. Pero ahora tengo otro trabajo, otros amigos, otra casa, otra oportunidad […], siempre me ha gustado ayudar a la gente y a mí me gusta trabajar en el ámbito humanitario, se trata de ser útil, se trata de conectar con la gente…”

Cuando suenan las sirenas y escucha los estallidos va a un refugio cerca de su nueva casa. Un sótano donde ha comenzado a escribir historias en su diario, y donde se refugia en los libros que tanto le gustan.

Ha sido un mal momento, pero también fue un buen momento para entenderme a mí misma, lo que quiero, lo que puedo hacer. Es importante entenderte a ti misma, qué sientes, qué te gusta y cómo enfrentar los desafíos psicológicos.» 

Su familia y el ejemplo de su madre y su abuela es fundamental para reconstruir todo lo que dejó atrás.  Un apoyo, que también siente por parte de la sociedad. «La guerra en Ucrania no es solo un titular en las noticias. Es la vida real, de personas reales que han sido destruidas y cambiadas para siempre. Perdimos nuestras casas, amigos, familiares, trabajos […] Para nosotras es muy importante tener a alguien que pueda decir “estoy con ustedes y me quedaré con ustedes”.

Yuliia, la esperanza en el cambio

El comienzo de la guerra la encontró en otro país y su principal temor era la situación de sus padres en Kharkiv, una de las ciudades más bombardeadas. Cuando consiguió que su familia se trasladara a Ivano-Frankivsk, en el oeste de Ucrania, respiró un poco más tranquila.

Para Yuliia para ella su familia es su punto de apoyo, un pilar fundamental «En algún punto entendí que necesitaba ayuda profesional y estoy trabajando con terapeuta desde hace mucho tiempo…. Pero también una ayuda muy importante para mí es mi familia. Cuando tengo momentos realmente difíciles, sé que puedo llamar a mi hermana…” Porque reconoce que el trabajo que realiza es “casi” personal; “a veces es muy difícil, verlo simplemente como un trabajo. Sigo estando a ambos lados de la respuesta [humanitaria]. Estoy muy conectada con los problemas locales y a veces es muy difícil separar el trabajo y mis sentimientos personales”.  Su amuleto personal, un llavero que le dio un amigo, también le ayuda.

Yuliia siempre se ha sentido un poco nómada, en apenas los, apenas, 27 años que tiene ha pasado por más de 30 países, pero tiene claro que tomó la decisión adecuada volviendo a Ucrania. “Estar el extranjero fue difícil, también muy solitario […] esta guerra me conectaba con un sentimiento de impotencia, que cuando estaba fuera era mayor […] así que fue una decisión difícil regresar, pero fue la adecuada en ese momento».

Cree, que precisamente ese sentimiento de impotencia es compartido y ha llevado a las personas a movilizarse como lo han hecho.

«Creo que este sentimiento también está muy extendido. Queremos despertar esta creencia dentro de la gente de que en realidad son capaces de cambiar la situación para mejor, incluso a pequeña escala, estando juntos, estando los unos al lado de los otros. Esto es esperanza para el futuro”.

Olena, un compromiso inquebrantable

«Antes de febrero de 2022 quería una familia, había un chico… había algunos momentos que no eran perfectos, pero estaba pensando en una familia. Pero en ese momento… todos los sueños que tenía, simplemente, dejaron de existir.» Olena recuerda cómo de repente la vida le dio un giro de 180 grados.

«Te Implica toda la vida, las relaciones con las personas, las prioridades en la vida. Cambia tu vida de arriba a abajo, y simplemente lo cambia todo«.

Tras unos meses en Lviv, trabajando para una organización “Me propusieron ir a Kharkiv. Es la mejor experiencia que he tenido”. A pesar de que Kharkiv es una de las ciudades más afectadas, es una de las regiones en la que “las personas tenían más necesidades, así que decidí ir. Kharkiv ha sido durantemente bombardeada, la ciudad estaba un poco herida, como un ser humano herido, o un animal herido, herida pero aún viva”.

Allí, también aprendió a no rendirse a pesar de los momentos tan duros que implica una situación como esta. Su peor momento, hasta ahora, ha sido enterarse de la muerte de un excompañero de trabajo; «un chico de unos 21-22 años, muy bueno, activista, con valores, maravillosamente inteligente, muy empático, con un futuro maravilloso en el sector… De hecho, no sabía que había ido al servicio hasta unas semanas antes de que me contaran que lo habían matado…»

A pesar de ello, trabaja cada día para apoyar a las organizaciones ucranianas con las que trabajamos codo con codo. «No puedes perder la motivación. Entiendes que hay algo más grande que tú, tus esfuerzos o los esfuerzos de las personas con las que estás trabajando juntas».

Mujeres ante la respuesta humanitaria en Ucrania

Iryna, Anhelina, Yuliia, Olena son algunas de los miles de mujeres que están en primera línea respondiendo a esta crisis humanitaria.

Las mujeres, y las organizaciones de derechos de las mujeres están ofreciendo servicios vitales a pesar de enfrentarse a enormes barreras, y de ser excluidas de importantes procesos de toma de decisiones, a pesar de desempeñar un papel fundamental en la respuesta humanitaria. El liderazgo de las organizaciones de mujeres y jóvenes en Ucrania es primordial; solo garantizando una participación real y recursos, nos aseguraremos de que las necesidades y los derechos de las mujeres y las niñas estén en el centro de la respuesta humanitaria.

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