¿Por qué no debes retirar amianto por tu cuenta? - ☣️ AMISUR

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A pesar de la prohibición del uso de amianto en España desde 2002, aún persiste una alta presencia de este material en cubiertas, bajantes, depósitos y otros elementos constructivos de viviendas y edificios antiguos. Ante la necesidad de renovación o reforma, muchos particulares optan por actuar por su cuenta, sin contar con empresas especializadas. Esta decisión, aparentemente económica, supone un grave error que puede poner en riesgo la salud de las personas y generar un impacto ambiental difícil de revertir.

Los principales errores al retirar amianto sin profesionales cualificados

Uno de los errores más frecuentes es subestimar la peligrosidad del amianto, considerando que, al estar en forma sólida o sin aparente daño, no representa una amenaza. Sin embargo, cualquier manipulación —como cortar, taladrar, romper o incluso mover— puede provocar la liberación de fibras microscópicas, altamente nocivas al ser inhaladas. Estas fibras permanecen suspendidas en el aire durante horas o incluso días, siendo invisibles y acumulativas en el organismo.

También es habitual que quienes actúan por cuenta propia no utilicen equipos de protección individual adecuados, ni conozcan las técnicas necesarias para minimizar la dispersión de fibras. El uso de herramientas eléctricas o la aplicación de agua a presión, por ejemplo, solo agravan el riesgo de contaminación, tanto para quien manipula el material como para el entorno cercano.

Otro error común es desconocer la normativa vigente, que prohíbe expresamente la manipulación de materiales con amianto por personas no autorizadas. La ley establece que solo empresas inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) pueden llevar a cabo tareas de retirada, encapsulamiento o transporte. Además, la incorrecta gestión de los residuos generados —dejándolos en vertederos no autorizados o en contenedores convencionales— constituye una infracción grave con consecuencias legales y ambientales.

Desde Amisur insistimos en que, más allá del cumplimiento legal, está en juego la salud de las personas y la seguridad del entorno. Cada fase del proceso, desde la identificación del material hasta su retirada y transporte, debe realizarse bajo protocolos específicos, con materiales homologados, equipos adecuados y seguimiento técnico riguroso. Solo así se garantiza que el trabajo se realice sin exponer a riesgos a trabajadores, residentes ni al medio ambiente.

Frente a la tentación de una retirada rápida y aparentemente sencilla, es fundamental apostar por la seguridad y la profesionalidad. El amianto no admite improvisaciones. Su retirada exige conocimiento técnico, formación, autorización administrativa y experiencia. Delegar esta tarea en especialistas no solo es obligatorio, sino la única vía segura para proteger lo que más importa: la salud de las personas.

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