Nestlé ha apostado por la agricultura regenerativa para garantizar la máxima calidad y sostenibilidad de sus productos, especialmente, de las papillas infantiles cuyos cereales proceden, en su totalidad, de esta modalidad, a través de un programa en el que colaboran 23 agricultores de Castilla y León.
Durante una jornada explicativa desarrollada en Villarmentero de Esgueva (Valladolid), donde están situadas varias parcelas que surten de cereales a la empresa alimentaria, se ha incidido en la importancia de invertir en la agricultura regenerativa y que, en el caso de Nestlé, ha supuesto ya 1,5 millones de euros.
Una cantidad que alcanzará los 3 millones en 2027 y que incluyen cerca de 5.000 hectáreas de cultivo de cereales donde se aplican estas prácticas, en las que la siembra directa y la agricultura de precisión -con estaciones meteorológicas y teledetección- optimizan la producción y los recursos empleados.
El proceso de la agricultura regenerativa
Así, según ha explicado uno de los agricultores que participa en este programa, Antonio Torres, se siembra la semilla directamente, sin arar la tierra, lo que favorece el incremento de la materia orgánica en el suelo y, por tanto, mejora su calidad y su respuesta ante adversidades climatológicas.
En el caso de las estaciones meteorológicas, permiten alertar sobre enfermedades para, en función del riesgo, controlarlas en el momento adecuado y realizar las correspondientes medidas cuando procede, lo que garantiza la mayor calidad de los cultivos.
Asimismo, tal y como ha advertido otro de los agricultores que distribuyen a la empresa alimentaria, Jorge Manso, se está fomentado la rotación de cultivos, integrando los de leguminosas, para aprovechar la capacidad de estas para fijar nitrógeno atmosférico en el suelo y beneficiar al cereal en la siguiente cosecha.
Un producto de Nestlé más orgánico
También se usan bioestimulantes que actúan en la planta mejorando la eficiencia en el uso de nutrientes, a la vez que favorece su crecimiento y desarrollo y reduce la utilización de fertilizantes químicos, que es uno de los aspectos que más encarece la producción del cereal y que influye en la calidad final del mismo.
Dicho programa se ha llevado a cabo en colaboración con la Fundación Global Nature, a la que pertenece la ingeniera agrícola Maite Llorens, quien ha incidido en la importancia de impulsar una nueva forma de cultivar cereales que, en este caso, no solo cumple con los objetivos marcados por Nestlé, sino que también se adapta a las necesidades de los agricultores.
«Es una alternativa al manejo de los sistemas convencionales, que permite cuidar el suelo y, con ello, favorecer los nutrientes, retener agua y controlar las plagas desde el punto de vista biológico. Se trata de aprovechar las nuevas herramientas con las que contamos para mejorar la sostenibilidad», ha advertido.
Por su parte, el director de nutrición de Nestlé España, Juan Borrell, ha destacado la importancia que en la empresa tiene la alimentación infantil desde que fue fundada en 1.867 por Henry Nestlé, ya que su objetivo inicial fue reducir la mortalidad infantil, en muchos casos, producida por la comida.
Años después, se sigue apostando por esa calidad, a través de una agricultura más sostenible y responsable, y para conseguir objetivos como llegar a 2030 con el 50% de todos los productos y materias primas con los que se trabaja, procedentes de la agricultura regenerativa.
Una estrategia común para diferentes productos
El cereal obtenido llega a la harinera de Emilio Esteban, ubicada en Renedo de Esgueva, que también colabora de manera estrecha con Nestlé tratando el cereal procedente de los cultivos de proximidad para transformarlo en harina, que se obtiene en un 100% con energías renovables.
Desde allí, el producto llega a la fábrica de La Penilla de Cayón, en Cantabria, la primera que instaló esta empresa, donde se terminan de elaborar las papillas infantiles que se comercializan en España, con todo el cereal procedente de la agricultura regenerativa.
En la actualidad, esta firma cuenta con diez centros de producción distribuidos en cinco comunidades autónomas con los que obtiene una facturación de 2.582 millones de euros y de la que forman parte más de 4.000 trabajadores.
Además de los productos de alimentación infantil, se añaden lácteos, chocolates, cafés y bebidas a base de cereales, aguas minerales, especialidades de nutrición clínica y alimento para mascotas. EFE