Desde #FfD4Sevilla, una apuesta por la justicia global, el multilateralismo y el trabajo decente – ISCOD

Compatibilità
Salva(0)
Condividi

En el segundo día de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), celebrada en Sevilla entre el 30 de junio y 3 de julio de 2025, se lanzan mensajes de esperanza para el mundo. El mensaje del Gobierno de España es claro: frente a quienes retroceden y debilitan sus compromisos internacionales, España se compromete firmemente con la solidaridad, el desarrollo sostenible y el fortalecimiento del multilateralismo. La nueva ley de cooperación, en este sentido, marca un antes y un después histórico que se ha trasladado a compromisos políticos de alto nivel en el marco de esta Conferencia.

El presidente Pedro Sánchez ha anunciado el compromiso de alcanzar de forma progresiva el 0,7 % del PIB destinado a la Ayuda Oficial al Desarrollo, marcando una diferencia clara con aquellos países que se retiran de sus responsabilidades globales. Un mensaje que resuena como faro en un contexto internacional marcado por la polarización, el auge de discursos autoritarios y la renacionalización de la política exterior.

En la misma línea, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha defendido con contundencia que “necesitamos más solidaridad, más protección social y más diálogo social”. Ha recordado que la única vía posible para resolver los retos globales es el multilateralismo, un multilateralismo vivo, con justicia fiscal, con voz sindical y con un nuevo pacto social global que no deje a nadie atrás.

Los ecos que resuenan en los pasillos y con mucha fuerza son los de utilizar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 (ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico) como una brújula para el desarrollo sostenible. Entendiendo que no es desarrollo ni es sostenible si no pone en el centro a las personas y al planeta y esto, a su vez, pasa por cumplir con los estándares mínimos y compromisos en materia de derechos humanos y derechos laborales y ambientales.

En este sentido, se ha puesto un acento especial en la igualdad de género y la financiación del desarrollo con un enfoque feminista para que las mujeres se sitúen en el centro y al frente de las transformas necesarias para alcanzar el cumplimiento de la Agenda 2030.

ODS 8: una brújula hacia el desarrollo sostenible

Como delegación de Sindicalistas sin Fronteras ISCOD UGT hemos tenido la oportunidad de participar en el evento paralelo organizado por UNDESA, moderado por Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, donde compartimos experiencias y perspectivas con delegaciones de diferentes regiones del mundo.

Como espacio de diálogo tripartito democrático, demostrado y reconocido, las y los diferentes actores presentes coincidieron en el diagnóstico común de que el Compromiso de Sevilla no puede quedarse en una declaración de intenciones, sino que debe traducirse en compromisos medibles, ambiciosos y dotados de recursos concretos. Lo mismo debe ocurrir con la Declaración Política que se prepara para el Foro Social Mundial que tendrá lugar en Doha en noviembre.

Desde nuestra visión sindical, el ODS 8 —trabajo decente y crecimiento inclusivo— debe ocupar el centro de la agenda de desarrollo. No se trata solo de crear empleo, sino de garantizar derechos laborales, salarios dignos, protección social desde un suelo común global y negociación colectiva. Sin eso, no habrá justicia climática ni desarrollo sostenible.

Al calor de las negociaciones, las reuniones y eventos, nos debatimos en Sevilla entre la urgencia y la esperanza marcadas por el contexto. Lo que está en juego aquí es algo más que una agenda de financiación o un documento declaratorio: es la credibilidad del sistema internacional y la posibilidad de materializar en acciones concretas las promesas y compromisos. Para transformar la realidad, es necesario que las promesas consigan resultados para las millones de personas en todo el mundo que hoy dudan de la eficacia de la eficacia de espacios como este para conseguir cambios tangibles en sus vidas.

Reforzar el multilateralismo con diálogo social y solidaridad

La FfD4 está mostrando que todavía es posible unir voces diversas en torno a una agenda transformadora, que defienda la financiación pública, combata la especulación financiera y garantice los derechos humanos y laborales como pilares del desarrollo. Pero también evidencia las tensiones y retrocesos que enfrentamos debido, en gran parte, al cuestionamiento del multilateralismo y el retroceso con discursos que socavan los cimientos de las democracias modernas.

En este escenario complejo, el sindicalismo internacional mantiene su compromiso con el diálogo, la cooperación y la transformación social. Para nosotras, es urgente reforzar la cooperación internacional con mirada de justicia social, y blindar los espacios multilaterales frente a los intentos de debilitarlos o vaciarlos de contenido. En particular, defendemos espacios de diálogo y concertación social con la participación de los diferentes agentes sociales con representación y legitimidad social para proponer y encontrar soluciones a los grandes problemas a los que como sociedades nos enfrentamos. Problemas como la transición justa, la igualdad o la protección social global.

En este sentido, consideramos que ante al repliegue, al cinismo y a los discursos de odio, solo cabe situarnos en la defensa de una política exterior solidaria, feminista, ecologista y sindicalista. Una política que no se limite a gestionar la desigualdad, sino que apueste por cambiar las reglas del juego para que el desarrollo sea sinónimo de derechos, democracia y equidad.

Por nuestra parte, seguiremos trabajando para que la voz de las trabajadoras y los trabajadores esté presente en todos los espacios donde se discute el futuro de nuestras sociedades. Porque no hay desarrollo sin derechos. Y no hay futuro sin justicia.

Recapiti
Verónica Castañeda