Prendas de segunda mano que merece la pena comprar

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Al elegir ropa de segunda mano, no todas las piezas ofrecen el mismo nivel de durabilidad o versatilidad. Hay ciertos tipos de prendas que, por su calidad de confección, resistencia de los materiales y atemporalidad en el diseño, resultan auténticas inversiones de futuro. Es decir, apostar por ellas significa incluir en tu armario prendas duraderas que te acompañarán durante años.

¿Qué tipo de prendas de segunda mano duran más en el tiempo?

Las prendas que mejor resisten el paso de los años suelen estar confeccionadas con tejidos resistentes, como el algodón grueso, la lana, el tejido vaquero de calidad, el cuero o el lino. Además, los cortes clásicos y los diseños atemporales (como el de la gabardina, el blazer o los vaqueros rectos) se identifican con compras más conscientes, ya que son mucho más fáciles de mantener en el armario temporada tras temporada.

¿Cuáles son las mejores prendas para comprar de segunda mano?

Además de priorizar prendas confeccionadas con materiales naturales, cortes atemporales y acabados de calidad, a la hora de comprar una nueva prenda de segunda mano, pregúntate si es una pieza que te seguirá gustando dentro de cinco o diez años y si encaja en varios looks o combina con prendas que ya tengas en el armario. Si todas las respuestas son afirmativas, probablemente estés ante una compra consciente y duradera.

Si buscas buenas inversiones en moda de segunda mano, apunta estos imprescindibles:

Abrigos y chaquetas de lana

Antes de comprar, fíjate que en la etiqueta de composición figure lana 100% o un alto porcentaje de este material, ya que se trata de prendas diseñadas para resistir años de uso. Un buen abrigo de lana (o con mezcla pero con la lana como protagonista) comprado de segunda mano puede acompañarte décadas si está en buen estado y se cuida bien desde el primer uso. Las piezas de lana que son vintage, además, suelen estar confeccionadas con más densidad de tejido que las prendas actuales.

Imagen de Francesco Compagnone vía Unsplash.

Pantalones y cazadoras en tejido vaquero

El denim o tejido vaquero grueso de algodón es famoso por su resistencia. Al igual que en el caso anterior, los vaqueros antiguos suelen ser de mejor calidad que muchos actuales, sobre todo si estos últimos pertenecen a la moda rápida. Además, el vaquero es un tejido que, por lo general, envejece bien cuando se desgasta de forma natural a través del uso y de los lavados (conscientes).

Camisas y blusas de lino o algodón de buena calidad

Tanto el lino como el algodón son fibras naturales, transpirables y resistentes (sobre todo el lino) que mantienen su forma. Estos tejidos tienen, además, vocación de básicos atemporales cuando protagonizan camisas en su versión blanca o de rayas.

Bolsos, calzado y cinturones de piel

Los complementos de piel, si se cuidan bien -nos referimos a mantener unos mínimos de limpieza e hidratación (cremas), cambio de suelas en el caso de los zapatos, correcto almacenamiento de los bolsos…-, son prácticamente eternos. A diferencia de los materiales sintéticos, la piel auténtica puede limpiarse, hidratarse y recuperar el brillo fácilmente. En el caso de las piezas vintage, además, estas pueden ser incluso más resistentes que los modelos más actuales.

Jerséis de fibras naturales como la lana, el cachemir o la alpaca

La calidad de los jerseys de fibras naturales supera a la mayoría de prendas acrílicas actuales. Su durabilidad, calidez y calidad los convierten en piezas mucho más resistentes que cualquiera que se pueda encontrar entre la moda rápida.

La lana es un tejido aislante, cálido y duradero. Si está bien cuidada, una prenda de lana puede acompañarnos toda la vida. Por su parte, el cachemir, ofrece suavidad y ligereza. Aunque requiere un cuidado más delicado, suele ser una inversión excelente si está en buen estado. En el caso de la alpaca, se trata de un tejido más resistente que la lana y tiene un acabado sedoso. Al ser poco común, encontrar uno de segunda mano es todo un hallazgo.

Como inconveniente, tenemos que destacar que estos tejidos pueden presentar bolitas (pilling) porque es algo habitual en las fibras naturales, pero su presencia no significa que la prenda esté, por defecto, muy gastada. Estas bolitas pueden retirarse fácilmente con una cuchilla especial y recuperar así su aspecto casi nuevo.

Antes de invertir en una prenda de segunda mano de estas características, comprueba su elasticidad, es decir, que el punto no esté dado de sí, sobre todo en puños, cuello y bajo. Revisa también si tiene agujeros mirando a contraluz. Si estos son mínimos, pueden repararse, pero es mejor descartar si la prenda está muy dañada. Por último, verifica su composición atendiendo a lo que dice en su etiqueta:
confirma el porcentaje de fibra natural (100% lana, si hay mezcla con otro tejido, etc). Ten en cuenta que las mezclas con acrílico o poliéster suelen ser menos duraderas.

Vestidos atemporales

Nos referimos a vestidos cuyo diseño, tejido y corte resisten el paso del tiempo, como los clásicos ejemplos del little black dress, un vestido camisero de lino o algodón, vestidos de corte recto o evasé que favorecen a diferentes tipos de cuerpo, etc. Estas prendas merecen tenerse en cuenta a la hora de comprar moda de segunda mano por su versatilidad, ya que los ejemplos mencionados son prendas que forman parte del fondo de armario y en muchas ocasiones basta con cambiar los accesorios para reinventarlos constantemente.

Prendas de sastrería como americanas y pantalones de traje

La confección de las prendas de sastrería —americanas o blazers, pantalones de traje, trajes completos— son una compra de segunda mano muy interesante por una sencilla razón: por lo general, su confección suele estar mucho más cuidada que la de otras prendas más informales y, además, los cortes clásicos son atemporales. Su confección se considera de calidad porque, incluso en gamas medias, la sastrería suele elaborarse con tejidos resistentes -lana fría, algodón grueso, mezclas con lino- y acabados profesionales. También hay que tener en cuenta que son prendas pensadas para mantener su estructura y caída en el tiempo.

Antes de comprar prendas de sastrería conviene revisar, precisamente, la estructura general de la prenda y, en particular, los hombros. En el caso de las chaquetas, revisa que esta zona no esté deformada ni hundida. Las costuras y solapas deben mantener también su forma firme (sin arrugas permanentes) y el forro debe estar limpio y en perfecto estado. Revisa detalles como los botones y los ojales, la caída del tejido (que no esté dado de sí) y si tiene manchas, prestando atención a la zona de las axilas, el cuello y los puños, que es donde más se suele acumular el desgaste.

Como señal de calidad extra antes de comprar, si encuentras etiquetas que indican tejido 100% lana, fabricación en Europa o confección artesanal, probablemente hayas encontrado una pieza de segunda mano a la que aún le queda mucha vida útil por delante.

Aunque las prendas de sastrería requieran algunos ajustes de talla, invertir en una buena americana o en un traje clásico es apostar por piezas atemporales y adquisiciones sostenibles que te acompañarán durante años.

¿Qué prendas de segunda mano pueden convertirse en una inversión?

Más allá de los básicos de los que hemos hablado hasta este momento, existen piezas que, con el paso del tiempo, si se mantienen en buen estado, mantienen su valor o, incluso, se revalorizan. Nos referimos a prendas como chaquetas de piel auténticas, abrigos estructurados de lana de marcas reconocidas o complementos como bolsos icónicos.

Imagen de Ruta Gudeliene vía Unsplash.

¿Cómo identificar la calidad en una prenda de segunda mano?

Si quieres profundizar en este tema, hemos hablado extensamente de él en ‘10 consejos prácticos para evaluar una prenda de segunda mano‘.

A modo de resumen, antes de comprar, te recomendamos dedicar unos minutos a observar los siguientes detalles:

  • Las costuras, que deben estar firmes y rectas.
  • Las cremalleras, que deben funcionar sin atascarse.
  • Los botones, que deben estar bien cosidos.
  • Revisa las etiquetas para conocer la composición textil de la prenda y elegir tejidos duraderos en vez de prendas de poliéster fino, por ejemplo, y fibras que se desgasten rápido.
  • Revisa el estado general de la prenda. Algunas señales de alerta evidentes para desestimar la compra de una prenda de segunda mano son las manchas permanentes o tejidos demasiado desgastados.

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Cristina Sánchez de Pedro