El entrenamiento de fuerza se dispara entre las mujeres españolas
- La evidencia científica y una mayor inclusión de las mujeres en los gimnasios están favoreciendo un cambio radical en el entrenamiento femenino
Madrid, septiembre de 2025. El uso de pesas ha estado vinculado, de manera tradicional, a la práctica deportiva de los hombres. Sin embargo, en los últimos años se ha podido observar cómo, poco a poco, el entrenamiento de fuerza se dispara entre las mujeres españolas. Detrás de este avance está un cambio de mentalidad sobre este tipo de práctica deportiva y una evidencia científica cada vez más potente, que presenta a las pesas como las grandes aliadas frente a muchos problemas derivados de la menopausia.
Tomás Junquera, CEO de Thomas Wellness Group, lleva más de 30 años diseñando, equipando y gestionando espacios deportivos y de bienestar y ha sido testigo de esta trasformación entre las usuarias de estos centros. “A comienzos de siglo, los gimnasios parecían divididos en dos zonas: la de fuerza para los hombres y la de cardio y clases colectivas, para las mujeres. Ahora eso ya no es así y esos límites de género se están desdibujando”, asegura.
Tal y como apunta Junquera, detrás de esta transformación está una evidencia científica creciente sobre los beneficios del entrenamiento de fuerza en las mujeres, especialmente de cara a la menopausia. “Se ha comprobado, por ejemplo, que el aumento y mantenimiento de la masa muscular es lo más eficaz para ralentizas o incluso retrasar la pérdida de masa ósea que da lugar a la osteoporosis”, destaca Junquera. “Además, también se ha comprobado que el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener cierto equilibrio hormonal en la etapa de perimenopausia y contribuye a combatir el aumento de grasa abdominal que se suele producir con el descenso en los niveles de estrógenos”, explica.
A estos beneficios físicos se suman los de carácter psicológico. “Nosotros somos testigos de cómo muchas usuarias comienzan a entrenar con bajo estado de ánimo y mejoran con el paso del tiempo, no solo porque el ejercicio activa el área de recompensa del cerebro, sino también porque ellas se sienten más fuertes, ágiles y enérgicas y eso hace que ganen seguridad en sí mismas”, detalla Junquera.
La búsqueda de estos beneficios se ve reflejada en las cifras de mujeres que practican deporte de manera habitual. En 2012, este porcentaje era de solo el 15%, pero en la actualidad ronda el 40%. “Si bien es cierto que no todas esas mujeres hacen entrenamiento de fuerza, el aumento de la actividad física ya es un logro de por sí”, celebra Junquera
Este auge del entrenamiento de fuerza entre las mujeres españolas también viene alimentado por un cambio de mentalidad. “Antes se veía la zona de musculación como un espacio inseguro e impropio para las mujeres. Ahora eso está cambiando y nosotros vemos cómo hombres y mujeres se tratan como iguales en todos los espacios del gimnasio”, cuenta, orgulloso, el CEO de Thomas Wellness Group. “A este cambio de mentalidad nos tenemos que sumar los responsables de estas instalaciones, por ejemplo, creando equipamiento que se pueda adaptar a diversas alturas y biomecánicas, para que puedas ser usado por hombres y mujeres con las mismas garantías de seguridad, efectividad y calidad” concluye.