Seda natural: qué es, beneficios y consejos para cuidarla

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¿Qué es la seda natural y cómo se obtiene?

La seda natural proviene del hilo que producen los gusanos de seda, principalmente la especie Bombyx mori. A través de un cuidadoso proceso de hilado, los capullos se transforman en un material fino, resistente y con un brillo bastante característico.

Desde sus orígenes en la antigua China hace más de 5.000 años, la seda natural ha sido considerada un tejido de prestigio cargado de simbolismo, reservado a la nobleza y la élite. Su introducción en Europa a través de la Ruta de la Seda no solo transformó la moda y las artes decorativas, sino que impulsó intercambios culturales, comerciales y tecnológicos de enorme trascendencia. De esta forma, durante siglos, la seda natural, además de ser un signo de distinción para quien la viste, se convirtió en un motor económico de ciudades como Granada, Valencia o Lyon, que florecieron gracias a la industria sedera.

En la actualidad, la seda mantiene ese halo de exclusividad, pero su importancia trasciende la moda. Su legado cultural se conserva en museos, archivos y talleres que custodian técnicas artesanales como el tejido en telar o la pintura sobre seda, que han pasado de generación en generación. En definitiva, más allá del lujo, hoy la seda se reinterpreta como símbolo de elegancia consciente, integrando su herencia cultural con una visión de futuro sostenible.

Imagen de David Clode vía Unsplash

¿Por qué la seda natural es más sostenible que las fibras sintéticas?

“La seda tiene un origen natural y renovable, proviene del capullo del gusano de seda, puede producirse de manera continua y no depende de combustibles fósiles como las fibras sintéticas. Al ser una proteína, la seda se degrada de forma natural en cualquier ambiente sin liberar microplásticos o químicos persistentes.

Aunque requiere energía y agua en el hilado y teñido, el proceso de la transformación en tejido es menos contaminante que el de fibras sintéticas o incluso que el algodón convencional, que consume pesticidas y agua en exceso. La cría del gusano de seda, es decir, la sericultura, no tiene necesidad de cultivos intensivos, se puede integrar y se integra en sistemas agrícolas sostenibles generando ingresos a las comunidades rurales”, explican desde Sodintex, especialistas en seda natural, desde su sede en Barcelona.

Beneficios que aporta la seda natural a quienes se visten con ella

La seda natural es sinónimo de elegancia y también un tejido con propiedades muy ventajosas que mejoran la experiencia de quien lo viste.

Para empezar, se trata de un tejido suave e hipoalergénico. Estas propiedades convierten a la seda natural en una excelente opción para pieles sensibles o con tendencia a irritaciones. A diferencia de las fibras sintéticas, la seda natural no acumula electricidad estática y reduce el riesgo de alergias y molestias en contacto directo con la piel.

Otro de sus grandes beneficios es la regulación térmica. La seda actúa como un aislante natural que se adapta a las condiciones del entorno, es decir, mantiene la frescura en los meses cálidos y aporta calidez en épocas frías. Esto la convierte en un tejido muy versátil y cómodo tanto en ropa de vestir como en prendas de descanso.

Además, la seda natural destaca por ser un tejido ligero y transpirable, lo que aporta confort durante todo el día. Su brillo natural y su caída elegante no solo elevan el estilo de las prendas que protagonizan, sino que refuerzan la sensación de bienestar de quien las lleva. Gracias a todos estos beneficios, la seda natural es considerada -al igual que el lino– un tejido que combina elegancia, comodidad y estética atemporal.

¿La seda natural es un tejido duradero?

La seda natural “es un material muy resistente y longevo, tiene una vida útil muy larga”, nos cuentan los expertos de Sodintex. “Las prendas de seda más antiguas conservadas en buen estado tienen unos 2.100–2.300 años y provienen de tumbas chinas Mawangdui y otros yacimientos de la época Han. Si hablamos de fragmentos de tejidos o de manuscritos sobre seda nos remontamos a 5.000-6.000 años de antigüedad”.

Con un buen cuidado, una prenda de seda puede durar décadas. Su resistencia a la tracción la hace más fuerte de lo que aparenta, y su carácter atemporal evita que pase de moda.

Imagen cortesía de The Cleveland Museum of Art vía Unsplash

Cómo cuidar y conservar las prendas de seda natural para que duren mucho tiempo

Como hemos visto, la seda natural es un tejido duradero pero también delicado. Y es que, a diferencia de otras fibras, requiere un tratamiento específico que respete sus características. Por tanto, manteniendo los cuidados adecuados, las prendas de seda pueden acompañarnos durante mucho tiempo sin perder su belleza, brillo o suavidad.

Ten en cuenta la siguiente guía del cuidado de la seda natural que hemos elaborado con la ayuda de Sodintex para conseguir que estas prendas se conserven en perfecto estado a lo largo de los años.

    • Cómo lavar la seda natural: realiza un lavado suave y puntual. Al igual que en el caso de la ropa interior más delicada, la seda se recomienda lavar a mano con agua fría o tibia (máx.30º) y un jabón neutro o específico para este tipo de prendas. Conviene evitar los detergentes agresivos, así como productos con enzimas, lejía o suavizantes, y nunca frotar con fuerza para no dañar las fibras. Además, las prendas de seda no deben mantenerse a remojo mucho tiempo. Unos pocos minutos serán suficientes, ya que este tejido es sensible al exceso de humedad. Por último, se debe aclarar muy bien eliminando todo el jabón, ya que sus restos pueden dañar las fibras.
    • Cómo secar la seda natural. Después del lavado, lo mejor es envolver la prenda en una toalla limpia para retirar el exceso de agua -enróllala y presiona suavemente- y dejarla secar en horizontal (o colgada en una percha acolchada), alejada de fuentes de calor (como radiadores o secadoras) y de la luz solar directa. Nunca debe escurrirse ni retorcerse, y se debe evitar el uso de pinzas, ya que pueden dejar marcas en la tela.
    • Cómo planchar la seda natural: con mucho cuidado. Si es necesario planchar una prenda de seda, se recomienda hacerlo cuando la prenda aún esté un poco húmeda, con la plancha a temperatura baja o en modo “seda”. Se recomienda, además, hacerlo del revés, a baja temperatura y colocando un paño de algodón encima. Si evitamos el contacto directo de la plancha con el tejido, no quedarán brillos indeseados ni se producirán quemaduras.
    • Cómo guardar una prenda de seda natural. Lo ideal es en un lugar fresco y seco, sin humedad. De la misma forma, es aconsejable doblar las prendas en lugar de colgarlas para evitar que se deformen, y cubrirlas con fundas de algodón que permitan respirar al tejido (al igual que en el caso de los bolsos), si las prendas no se van a utilizar en un tiempo.
    • Evita que productos como perfumes, desodorantes, lacas… entren en contacto directo con las prendas de seda ya que, además de generar manchas, sus componentes químicos pueden dañarlas. Por tanto, lo más aconsejable es que estos productos se apliquen siempre antes de vestirse.

El papel de la seda natural en la moda del presente y del futuro

En un contexto en el que la industria de la moda busca alternativas más sostenibles a los tejidos sintéticos, la seda natural se perfila como un tejido muy a tener en cuenta en la transición a una moda más consciente. Al ser un tejido biodegradable y que es capaz de integrarse en ciclos de producción de bajo impacto, la seda natural se considera un material alineado con los objetivos de una economía circular. A diferencia de otros tejidos sintéticos, no genera microplásticos y puede reincorporarse al medio ambiente sin dejar residuos nocivos, es decir, con el mínimo impacto textil.

Además, la seda natural posee valores cada vez más demandados por los consumidores: es un tejido duradero, atemporal y fácil de encajar en un armario consciente. De esta forma, las prendas de seda natural se consideran una inversión en calidad ya que, bien cuidadas, perduran en el tiempo y reducen la necesidad de un consumo rápido y desechable.

En paralelo, en la actualidad continuamente se están explorando nuevas vías de innovación como la seda producida con criterios de bienestar animal y alternativas basadas en la biotecnología, que buscan replicar las cualidades de la seda natural sin recurrir al cultivo tradicional de gusanos. Esto abre la puerta a una industria de la seda más diversa, capaz de responder a distintas sensibilidades y a un mercado global en transformación.

Recapiti
Cristina Sánchez de Pedro