El uso de materiales no friables con amianto - ☣️ AMISUR

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Aunque los materiales no friables presentan un menor riesgo de emisión de fibras en condiciones normales, su presencia sigue siendo una fuente de exposición potencial, especialmente cuando se deterioran, son desmontados sin control o se encuentran al final de su vida útil. Es necesario comprender dónde y cómo se utilizaron estos materiales para implementar estrategias eficaces de prevención y retirada segura.

Usos industriales del amianto

El amianto no friable fue una pieza clave en múltiples sectores industriales, donde se valoraban sus propiedades como aislante térmico, resistencia mecánica y durabilidad frente a agentes químicos y físicos. Algunas de sus aplicaciones más destacadas fueuron:

  • Industria naval: revestimientos de compartimentos, conductos, cubiertas y elementos estructurales resistentes al fuego.
  • Industria ferroviaria: frenos, embragues, juntas, recubrimientos térmicos y componentes estructurales de los vagones.
  • Automoción: elementos de fricción, juntas de culata, discos de embrague y aislamiento de compartimentos del motor.
  • Plantas térmicas y fábricas: aislamiento de calderas, turbinas y conducciones de vapor o líquidos corrosivos, mediante el uso de placas y tubos de fibrocemento.

Todos estos objetos generan polvo al ser manipulados, cortados o perforados. Por tanto, cualquier intervención requiere protocolos de seguridad específicos y la participación de empresas autorizadas.

Usos en edificación y vivienda

En el ámbito de la construcción, los productos con amianto no friable fueron ampliamente utilizados desde mediados del siglo XX. La facilidad de producción, su bajo coste y su resistencia lo convirtieron en uno de los materiales más usados en viviendas, edificios públicos, colegios y fábricas. Algunas de sus aplicaciones más comunes son:

  • Cubiertas onduladas de fibrocemento: instaladas en tejados de naves industriales, viviendas unifamiliares, casetas o garajes.
  • Bajantes y canalizaciones de agua o saneamiento: conductos verticales interiores y exteriores fabricados con tubos de fibrocemento.
  • Depósitos y tanques de agua: tanto en uso doméstico como agrícola.
  • Falsos techos y revestimientos interiores: especialmente en espacios públicos o industriales, como centros educativos, hospitales o estaciones.
  • Elementos decorativos y de mobiliario urbano: jardineras, separadores y cornisas moldeadas con fibrocemento.

Aunque la legislación española prohíbe desde 2002 el uso y comercialización de materiales con amianto, millones de metros cuadrados de cubiertas y kilómetros de tuberías aún permanecen instalados. Estos materiales, con más de 30 o 40 años de antigüedad, se encuentran en estado avanzado de degradación, lo que incrementa el riesgo de liberación de fibras.

Usos en el entorno doméstico

Además de su uso estructural, el amianto también estuvo presente en productos de consumo doméstico, como:

  • Electrodomésticos antiguos: secadores, tostadoras o planchas, que incluían amianto como aislante térmico interno.
  • Hornillos y estufas: recubrimientos de amianto para soportar altas temperaturas.
  • Adhesivos y masillas para baldosas o cerámicas: utilizados en cocinas y baños.
  • Pinturas resistentes al calor: aplicadas en chimeneas y hornos.

La falta de información sobre su presencia en muchos de estos productos genera una exposición involuntaria y difícil de controlar en viviendas antiguas o durante trabajos de reforma.

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