28 de noviembre de 2025.- Buenos días y bienvenidos a la Cámara de Comercio de Oviedo.
Quiero saludar especialmente al viceconsejero de Industria, Juan Carlos Campo. a los ponentes, a los representantes del sector y a todas las empresas que hoy nos acompañáis.
Esta es vuestra casa. Una institución con más de 130 años de historia cuya misión sigue siendo la misma: impulsar la actividad económica, apoyar a nuestras empresas y generar conocimiento útil para tomar mejores decisiones.
En la Cámara creemos profundamente en el valor de jornadas como esta. No son actos formales. Son espacios donde se comparte información rigurosa, se contrastan realidades y se construyen diagnósticos que ayudan a las empresas a orientarse en un entorno cada vez más complejo.
Acoger iniciativas que elevan el debate público y empresarial forma parte de nuestra razón de ser, y por eso hoy es un día importante.
Hoy hablamos de energía. Y hablar de energía en Asturias es hablar de industria, de empleo y de futuro.
Si algo caracteriza a nuestra región es que aquí sabemos distinguir muy bien —porque lo hemos vivido durante décadas— entre la energía que queda bien en una presentación y la energía que mueve hornos, que alimenta procesos críticos y que sostiene miles de puestos de trabajo.
Estamos cerrando 2025 en un momento que podríamos llamar de madurez forzada para todo el ecosistema energético.
Hace apenas tres o cuatro años abundaban los renders, las hojas de ruta ambiciosas y los anuncios de proyectos que el papel aguantaba sin rechistar.
Hoy, en cambio, la realidad industrial exige seriedad, datos y viabilidad.
Y ese es precisamente el valor de esta jornada organizada junto a Federación Asturiana de la Energía: bajar al terreno, analizar lo que ya es posible, lo que está en marcha y lo que aún necesita tiempo o certezas.
El programa estructura muy bien el contenido en dos bloques, dos vectores energéticos, dos velocidades distintas:
La primera parte estará dedicada al hidrógeno renovable, con una ponencia de contexto europeo y español, seguida de dos mesas muy relevantes: la descarbonización industrial con hidrógeno y el tejido industrial asturiano vinculado a este vector energético.
El hidrógeno es, sin duda, una promesa tecnológica. Pero también es un sector que en estos últimos dos años ha vivido un baño de realidad en toda Europa.
Tres cuestiones son claves:
- Costes y demanda: seguimos en el dilema del huevo y la gallina.
- Curva tecnológica: madura en unos ámbitos, incipiente en otros.
- Infraestructura: sin conexión con el Musel, sin red troncal y sin garantías logísticas, el hidrógeno será local… y caro.
En Asturias debemos ser ambiciosos, sí, pero también prudentes.
Hay oportunidades, pero su éxito dependerá de que la infraestructura nacional avance y de que los proyectos que hoy se anuncian alcancen FID[1] real. No todas las notas de prensa acaban en inversión; conviene decirlo con claridad.
La segunda parte de la jornada, tras la pausa café, se centrará en el biogás y biometano, con la ponencia inicial y dos mesas dedicadas a su uso industrial y al tejido empresarial asociado en Asturias, una de ellas moderada por José Ángel García, tesorero de la Cámara de Comercio y persona fundamental en el equipo directivo, aparte de gran amigo.
Si el hidrógeno es futuro, el biometano es presente.
Es circular, es tecnológicamente maduro y es una oportunidad que España —por razones difíciles de justificar— ha tardado mucho más en aprovechar que nuestros vecinos europeos.
Aquí sí hay proyectos, aquí sí hay industria, y aquí sí podemos hablar de retornos a corto plazo.
Antes de dar paso a las intervenciones, me gustaría dejar sobre la mesa dos reflexiones que creo que deben acompañarnos durante todo el día:
Primera. Si la transición energética no acompaña a la industria, la industria se irá donde sí encuentre energía competitiva.
Y eso Asturias no puede permitírselo.
Segunda. Podemos fijar objetivos climáticos, pero la industria necesita soluciones viables YA, no dentro de diez años.
Los proyectos que no cierran su CAPEX simplemente no se harán, por muy virtuosos que sean en teoría.
La energía será verde, sin duda. Pero tendrá que ser verde, disponible y competitiva. Ese es el auténtico reto.
Gracias a todos por estar hoy aquí.
Gracias a FAEN por la organización conjunta, y gracias a los ponentes —muchos de ellos líderes nacionales en su ámbito— por compartir conocimiento que será útil para las empresas asturianas.
Con este espíritu crítico, riguroso y constructivo, damos por inaugurada la jornada “La oportunidad industrial de los gases renovables”.
Muchas gracias.