Superando las barreras al reclutamiento de pacientes: soluciones para las barreras más comunes

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El reclutamiento de pacientes sigue siendo uno de los mayores retos en la ejecución de ensayos clínicos. No es extraño que más del 80% de los estudios se retrasen por dificultades para alcanzar los objetivos de inclusión. Cada día que pasa sin completar el reclutamiento supone un coste adicional y, lo más importante, retrasa la llegada de nuevas terapias a quienes las necesitan.

Uno de los primeros obstáculos que encontramos es la falta de información. Muchos pacientes desconocen qué son los ensayos clínicos, cómo funcionan y qué beneficios pueden aportar. Esta falta de conocimiento genera desconfianza y, en ocasiones, rechazo. Por eso, la comunicación clara y accesible se convierte en una herramienta poderosa. Explicar el propósito del estudio, los beneficios y los riesgos de manera sencilla, sin tecnicismos, ayuda a que los pacientes se sientan seguros. Las campañas educativas, el trabajo conjunto con asociaciones de pacientes y la creación de contenidos en lenguaje cercano son estrategias que marcan la diferencia. 

A esta barrera se suma el temor a lo desconocido. El miedo a los efectos adversos es comprensible, especialmente cuando se trata de terapias innovadoras. Aquí, la transparencia es clave: ofrecer información clara sobre los protocolos de seguridad, explicar cómo se monitoriza la salud del participante y dar acceso directo a expertos para resolver dudas son acciones que generan confianza. Incluso los testimonios de otros pacientes que han participado en estudios similares pueden ser un recurso valioso para reducir la percepción de riesgo. 

Criterios de inclusión y exclusión  

Pero no todo depende de la comunicación. Los criterios de inclusión y exclusión, necesarios para garantizar la validez científica, pueden convertirse en un muro difícil de superar. Cuando son demasiado restrictivos, el número de candidatos elegibles se reduce drásticamente. En estos casos, la revisión estratégica de los criterios junto al patrocinador, el uso de datos reales para ajustar la selección y la incorporación de herramientas digitales para agilizar la preselección son soluciones que permiten mantener el rigor sin comprometer la viabilidad del estudio. 

Otro desafío habitual es la logística. La distancia al centro de investigación, los costes de desplazamiento y el tiempo requerido son factores que desincentivan la participación. Aquí, la innovación tecnológica ofrece alternativas: los ensayos descentralizados, que incorporan telemedicina, dispositivos de monitorización remota y visitas domiciliarias, están transformando la experiencia del paciente. Además, compensar los gastos y ampliar la red de centros locales son medidas que facilitan el acceso y reducen las barreras geográficas. 

Por último, no podemos olvidar la importancia de la diversidad. Las poblaciones minoritarias siguen estando infrarrepresentadas en los ensayos clínicos, lo que afecta la validez de los resultados y limita la aplicabilidad de las terapias. Para cambiar esta realidad, es necesario diseñar estrategias inclusivas: campañas específicas para comunidades diversas, materiales en varios idiomas y colaboración con líderes comunitarios son pasos esenciales para garantizar que la investigación sea realmente representativa. 

Superar las barreras al reclutamiento no es solo una cuestión operativa; es un compromiso con la ciencia y con las personas. Con empatía, transparencia y soluciones adaptadas, podemos transformar este desafío en un motor de progreso para la salud global. 

Recapiti
lucia_martin@sermescro.com