El efímero tren | Institución Futuro

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El pasado día 18 julio, el Ministro de Transportes anunció en Pamplona que “en enero de 2025” los trenes Alaris sustituirán al famoso Civia en el trayecto Pamplona-Zaragoza, y viceversa. El Civia, para el lector despistado, es el tren en el que el 60% de los viajeros van de pie o sentados en el suelo, con las maletas bailando de un lugar a otro. El pasaje va, básicamente, hacinado en un trayecto de dos horas y media.

Hay que recordar que en enero (de este mismo 2024, no en enero de 1978) se desplazaron a Pamplona nada menos que el presidente de Renfe y el Secretario de Estado de Movilidad para inaugurar el Civia entre sonrisas y discursos de ellos mismos y de nuestra presidenta. Ahora, afortunadamente, se anuncia su sustitución (para enero del año que viene , ojo).

Como siempre, esto suscita varias preguntas. La principal. ¿Qué ha cambiado ahora respecto a enero de 2024? ¿Han cambiado las características del tren que Renfe nos colocó con el beneplácito del Gobierno de Navarra? En absoluto. ¿Ha cambiado la distancia entre Pamplona y Zaragoza? Parece complicado. Entonces ¿Por qué se aceptó entonces esta chapuza, que va a durar como mínimo, un año?

Parece evidente que alguien del Gobierno de Navarra, simplemente, no hizo su trabajo. La mínima diligencia hubiera exigido una inspección del mismo y el no aceptar el cambio (se iba a peor). Porque la otra alternativa es peor. Es decir, que el técnico de turno emitiera un informe negativo, pero que el político lo desautorizara.

Pero se aceptó, se organizó un acto protocolario berlanguiano para inaugurar un atraso y se sacó una nota de prensa, que es a lo que estamos. Pero de realizar una mínima inspección del tren para verificar si era el correcto para ese servicio, nada de nada. Es evidente que esto en una empresa privada tendría consecuencias, ya que miles de usuarios (este periódico ha dado buena cuenta de ello) han sido perjudicados y puestos en riesgo, pero también es evidente que en el Gobierno no tendrá consecuencias.

Y ya, mirando al futuro, y conociendo al personal (Al ministro y a los de aquí) ¿Alguien del Gobierno se ha asegurado de que lo que dice el ministro sobre el tren Alaris es cierto? ¿Alguien lo ha comprobado con el fabricante? ¿Están seguros de la fecha a la que se ha comprometido el ministro? Básicamente ¿Va a hacer alguien su trabajo?

Y mientras tanto, ¿Vamos a seguir con el famoso Civia y sus problemas de confort, pero sobre todo, de seguridad hasta enero? ¿Quién responderá si, Dios no lo quiera, hay un frenazo inesperado y tenemos un incidente porque gran parte del pasaje va de pie o sentado en el suelo?

Falta mucha, mucha profesionalidad.

Alvaro Bañón Irujo. Economista.

Recapiti
Isabel Larrión