Vivimos tiempos complejos en los que necesitamos compaginar los beneficios que las tecnologías nos ofrecen, con propuestas que sigan protegiendo los derechos laborales. Los cambios vertiginosos impulsados por la digitalización son vertiginosos. Los sindicatos y defensoras y defensores de los derechos laborales tenemos el grandísimo reto compartido de mantenernos en la vanguardia de la defensa de los derechos laborales en aguas en las que estamos aprendiendo a navegar. La velocidad en la que se están produciendo todos estos cambios, las plataformas digitales, los algoritmos, la inteligencia artificial están reconfigurando la organización del trabajo y, con ello, también transformando las conquistas históricas en materia de derechos. Las garantías que históricamente protegían a las personas trabajadoras de la precariedad podrían verse perjudicadas por estas transformaciones.
Con este contexto, asistimos a la presentación del proyecto «Derechos digitales y trabajo», en Buenos Aires el pasado 6 de mayo. Aquí nos reunimos con sindicatos, instituciones internacionales y otros actores de la cooperación internacional para debatir y construir colectivamente. En este espacio de intercambio, organizado por la Fundación UOCRA y Progetto Sud y financiado por la Unión Europea, representantes de Argentina, Italia, España y otros países de la región conversamos sobre el uso intensivo de las tecnologías, los desafíos que esto supone en materia laboral y las propuestas que en este sentido podemos aportar desde nuestra experiencia.
“Si el mundo del trabajo se transforma a través de plataformas, algoritmos e inteligencia artificial, entonces también deben transformarse las garantías que protegen la dignidad de quienes trabajan.”
— Intervención de ISCOD en la presentación del proyecto “Derechos digitales y trabajo”, Buenos Aires.
El objetivo fue claro: poner en el centro del debate la necesidad de construir un marco de derechos digitales para las personas trabajadoras, desde una mirada que combine justicia social, innovación tecnológica y soberanía democrática. Durante la sesión se organizaron paneles temáticos, presentaciones de experiencias y un diálogo abierto para dar cuerpo a una jornada profundamente política y pedagógica, a la vez que propositiva y de reflexión.
El proyecto se inscribe en una línea de acción cada vez más necesaria: reconocer que la justicia digital también es una cuestión de justicia social. En muchas economías, la digitalización del trabajo ocurre en condiciones de opacidad, con ausencia de regulación efectiva, debilidad del diálogo social y profundas asimetrías de poder entre plataformas transnacionales y trabajadores/as.
Por eso, la defensa de los derechos digitales de las personas trabajadoras no puede ser una lucha aislada ni local. Es una agenda global que necesita redes, alianzas y cooperación solidaria.
Durante el evento, se compartieron experiencias de lucha y avances normativos en distintos países. Se destacó el papel del sindicalismo en la conquista de normas pioneras como la Ley Rider en España —que reconoce derechos laborales a trabajadores de plataformas digitales—, así como la inclusión de derechos digitales en la legislación laboral, y las propuestas sindicales frente a los riesgos del uso de inteligencia artificial en el trabajo.
En Sindicalistas sin Fronteras ISCOD UGT participamos en este intercambio reafirmando nuestro compromiso con un enfoque de cooperación sindical que integre la transformación digital con derechos laborales, participación democrática y diálogo social. No se trata de exportar modelos, sino de construir respuestas colectivas ante desafíos compartidos.
Como organización que trabaja desde la cooperación para el desarrollo, creemos que no hay desarrollo sostenible sin derechos laborales, y hoy no hay derechos laborales sin regulación digital.
Este proyecto es una muestra concreta de cómo la cooperación internacional, el sindicalismo y la acción colectiva pueden impulsar cambios transformadores. Porque si el trabajo cambia, también deben cambiar las reglas. Y esas reglas deben construirse con la voz de quienes trabajan.