La creciente popularidad del alquiler vacacional a través de plataformas como Airbnb ha traído consigo nuevas responsabilidades para los propietarios. Entre ellas, la obligación de garantizar la seguridad y salubridad de los inmuebles puestos a disposición del público. En este contexto, la presencia de amianto en pisos turísticos representa un riesgo tanto para la salud de los huéspedes como para la responsabilidad legal del propietario.
La presencia de amianto en viviendas antiguas aún sigue siendo un riesgo real
Aunque en España el uso del amianto está prohibido desde 2002, muchas viviendas construidas antes de esa fecha pueden contener materiales con amianto, especialmente en elementos como bajantes, techos, conductos o depósitos. En zonas turísticas con abundante edificación de los años 60, 70 y 80, como el litoral mediterráneo, las islas o grandes ciudades, es habitual que aún existan materiales con amianto sin identificar ni retirar.
Esto se agrava cuando estas propiedades se transforman en alojamientos turísticos, ya que se produce una exposición indirecta a un número mayor de personas, quienes desconocen la posibilidad de entrar en contacto con materiales potencialmente peligrosos.
¿Qué obligaciones tiene un propietario de un piso turístico respecto al amianto?
En España, la legislación sobre amianto se encuentra principalmente en el ámbito de la salud laboral y medioambiental, pero en el caso de viviendas destinadas a uso turístico, entran en juego también las normativas autonómicas y municipales sobre seguridad y habitabilidad. Aunque no existe una ley específica que regule el amianto en pisos turísticos, la normativa general de protección del consumidor y la responsabilidad civil se aplican plenamente.
El propietario está obligado a garantizar que el inmueble no presenta riesgos para la salud, y si se sospecha de la presencia de materiales con amianto, debe realizar una evaluación técnica a través de una empresa especializada, como Amisur. La omisión de este diagnóstico puede derivar en sanciones, demandas civiles o incluso penales, si se demuestra que ha habido negligencia en la gestión de un material clasificado como residuo peligroso.
Airbnb y la responsabilidad compartida en materia de seguridad
Las plataformas de alquiler como Airbnb exigen a los anfitriones el cumplimiento de las leyes locales, pero no realizan inspecciones estructurales de los inmuebles ni alertan sobre el riesgo de amianto. Por tanto, la responsabilidad recae íntegramente en el propietario del alojamiento.
En caso de una denuncia por exposición al amianto, o si se detectan materiales contaminados durante una reforma, la obligación legal de gestionar y retirar estos residuos recae en el titular del inmueble, quien debe contratar servicios autorizados para su manipulación y eliminación. Además, si el amianto se encuentra en mal estado, el riesgo de liberación de fibras al ambiente puede tener consecuencias graves tanto para los inquilinos como para los trabajadores que intervengan en el inmueble.
La reforma de pisos antiguos destinados a alquiler turístico debe incluir un estudio de amianto
Cada vez es más común la rehabilitación de pisos antiguos para adaptarlos al mercado turístico. Cualquier empresa que realice una reforma en una vivienda anterior al año 2002 debe prestar atención a la identificación de posibles materiales con amianto. En caso de hayar evidencias, esto debe ser notificado a una empresa homologada ya que la manipulación de este material constituye un delito medioambiental.
Empresas autorizadas como Amisur ofrecen diagnósticos técnicos, informes de localización de amianto y gestión integral del residuo. De este modo, el propietario no solo se asegura de cumplir con la legislación vigente, sino que también protege su inversión y evita posibles conflictos legales o reputacionales.
En conclusión, la gestión del amianto en pisos turísticos es una responsabilidad ineludible para propietarios que desean operar legalmente y garantizar la seguridad de sus huéspedes. A medida que se fortalece la regulación sobre vivienda turística y residuos peligrosos, la identificación y eliminación segura del amianto será una exigencia cada vez más común en este sector.